Tómame Sebastián, soy solo tuyo

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Ciel siguió su camino, su mente parecía que podía explotar, cada pensamiento de lo sucedido le daba vueltas, aun no sabia como todo esto se le pudo pasar y lo peor que lo dejara suceder, algo mas lo mataba y era que en su interior le decía que el tenia un poco de culpa y que como su mayordomo el también  los deseaba, pero porque ahora siente eso, porque ese cambio de sexualidad en su cuerpo, porque al sentir los labios de su mayordomo se calentaba, esto lo mareaba y confundía mas, tanto que le hacia dudar de quien era.

En el camino hacia la sala se encontró con un espejo, voltio para verse y se quedo parado viendo su reflejo, en este se reflejaba la verdad lo que su cuerpo representaba, vergüenza y lujuria que vivían en el a la vez, se acerco un poco mas al espejo, se bajo el cuello de su camisa para ver las marcas de deseo que había hecho su mayordomo, las odia, les daba asco pero también sabia que esas y esa noche, marcaban su relación con Sebastián; agito su cabeza pues sabia que eso era raro, se acomodo el traje y siguió caminando intentando de olvidar lo que su mente lo hizo pensar.

Al llegar al gran comedor pudo ver que su mayordomo ya lo estaba esperando (es flash :v), pudo ver claramente que en la cara del pelinegro espesaba algo diferente, ahora era seria un poco mas recta, antes le hubiera gustado esto pero ahora lo destantéo, sentía que le faltaba algo,- Joven Amo, siéntese por favor- señalo el mayordomo interrumpiendo los pensamientos del peliazul, este acato y se acerco a la silla que señalaba el pelinegro,- A ya voy Sebastián- se sentó en ella y podía sentir como la atmósfera era diferente, mas tranquila, nada parecido a como era antes, sera que ahora extrañaba esa sensación, -Llego tarde bocchan, no lo vuelva hacer-, dijo el mayordomo mientras acercaba la cena, del otro lado Ciel miraba el plato que la había servido Sebastián, cada minuto que pasaba era consumido lentamente en el silencio, en ninguna de las dos bocas salia un palabra, era incomodo pero más para el peliazul, no sabia que decir, pero si sabia que todo esto era por las ordenes que le había puesto a su mayordomo, ahora se daba cuenta que eso estuvo y mal y se arrepentía, sabia bien que en verdad extrañaba esa sensación y que no podía vivir sin un minuto sin su mayordomo y su comportamiento raro,- Joven Amo sucede algo- interrumpió los pensamientos de su bocchan el mayordomo pues sentía que le pasaba algo,- No nada Sebastián- dijo el peliazul mientras se paraba -Ya acabe me voy a mi recamara- dijo mientras se levantaba -Pero bocchan, no toco para nada su comida- dijo el mayordomo mientras tomaba del hombro al peliazul,- No importa, me voy- dijo sin voltear,- Oh bueno, esta bien- dijo el mayordomo soltando a su bocchan, Ciel por su parte empezó a caminar hacia su cuarto, al llegar corrió a la cama y se acostó contra su almohada, quería tener un momento a solas para poder pensar pero parecía que esto no podía ser posible, después de unos minutos que había llegado alguien toco a la puerta, toco varias veces hasta que vio que no respondían entre por si solo, el señorito no tenia ni ganas de voltear quien era, el que había entrado se sentó en una esquina de la cama - Le traje budín por si se le llega la hambre- parecía que era Sebastián esto sorprendió al señorito, era la voz de su mayordomo- Oh gracias Sebastián, déjalo por ahí, luego lo tomo-dijo el señorito sin voltear, el pelinegro al oír eso dejo el pudin en su buro,- Bocchan también vine por otra cosa- dijo el mayordomo - ¿Esta bien?- pregunto esperando que su señorito se volteara, - No mucho- dijo el peliazul volteándose y sentándose en la cama  para ver la cara de su mayordomo la cual seguía seria como antes pero ahora en sus ojos se notaba preocupación, parecía que si le importaba lo que sentía su bocchan,- ¿Por qué sigues mis ordenes a pie de la letra? ¿Por qué nunca te has negado?- al oír las preguntas de su bocchan bufo el mayordomo - Porque por ti Ciel- tomo la mano de su señorito y se agacho, pues estaba sentado y no podía arrodillarse - Aria cualquier cosa- al decir esto subió su mano para tomarlo del mentón, -Cualquier cosa que se te ocurra yo lo haré sin importar cual sea su dificultad- al terminar de oír la frase el señorito se sonrojo, -Entonces no te negarías a saberme- dijo el peliazul, sorprendiendo al mayordomo, era verdad lo que había pedido su bocchan, -Pensé que usted no le gustaba que hiciera eso, ¿no hace unas horas me ordeno que parara que cambiara?- dijo el mayordomo seriamente pues ya se había cansado de la bipolaridad de su bocchan, - Me equivocado- dijo Ciel apenado -Parece que mis sentimientos van hacia ti y yo que siempre lo negué, pero ahora ya no lo quiero negar, ahora quiero estar solo contigo-  comento el peliazul, esto hizo que en las mejillas del pelinegro se notaran un pequeño sonrojo, -Oye Sebastián- dijo el señorito para llamar la atención de su mayordomo -Que paso Joven Amo-, - Pensé que eras un demonio, pero ahora veo que eres un tomate- bufo el señorito, rápido el mayordomo se toco una mejilla y sonrió ,-Vez que se siente feo que te digan to...- antes que terminara la frase el peliazul su mayordomo ya le había encasquetado un beso para callarlo, esta vez en vez de que Ciel intentara evitar rápido le contesto el beso aceptando entrar la lengua del pelinegro a su boca, mientras sus lenguas peleaban Sebastián abrazo a Ciel tumbándolo a la cama quedando el encima de su bocchan.

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⏰ Última actualización: May 23, 2017 ⏰

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Mi mayordomo endemoniado (Kuroshitsuji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora