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Ya era de noche todos dormían tranquilamente y yo los miraba fijamente pensando en como iba a sacar a todos de esto.

A las afueras de la casa de escuchaban esas cosas merodeando o acechando como típico cazador a su presa mis nervios eran muy grandes.

Fui a la cocina por un vaso de agua, me senté en una silla lo más cuidadosamente que pude, y mientras tomaba lentamente mi vaso escuché un golpeteo en la ventana de adelante, avía alguien con unos dientes enormes y diabólicos algo que me sacaba de mis casillas me hacía señas con las manos y no entendía, lo que me decía solo sonreía, me enoje y decidí salir para ver qué quería.

David despierta- decía una voz femenina.

David!- dijo José con fuerza y Leonardo me vacío un vaso de agua en la cara.

Que paso?- dije algo confundido.

Trataste de abrir la puerta y hay una horda entera afuera de la casa son cerca de 20 de esas cosas si entrarán no podríamos escapar- dijo Leonardo sobre saltado.

Te tire al suelo!- dijo Mónica.

No comprendía bien lo que había sucedido, solo recuerdo esa gran sonrisa demoníaca.

Bien vamos a dormír arriba al parecer aquí no es seguro- dije sin dejar de ver la cara de asustados de todos.

Miren, este cuarto es para Leonardo y para José indique el cuarto de mis padres, y este es el tuyo Mónica dije indicando el mío duerman bien.

Me retiré al baño y dormí en la tina con una almohada.

Empezaba a amanecer y me di cuenta pues había unos pequeños rayos de luz entrando por la ventana. La cabeza me dolía como nunca las imágenes de una pesadilla pasaban por mi cabeza rápidamente, llegue a la cocina donde ya estaban todos comiendo, lo que había preparado Mónica, saludé y me senté a comer, platicábamos​  naturalmente, algo andaba mal, cerré mis ojos y los abrí todos eran esas cosas corrí pero me alcanzaron en las escaleras, caí y José estaba arriba de mi tratando de morderme.

El tiempo se detuvo y ellos se desaparecieron camine hacia la ventana para ver a la misma cosa con esa sonrisa tan demoníaca, y a un lado de ella estaban mis amigos, inclinados levantaron la cabeza y eran todos iguales a la cosa que me sonreía.

Despierta- grito Mónica - estabas teniendo un mal sueño, baja ya está la comida!

Bajé y como lo soñé todos platicando y comiendo.

Se han ido esas cosas decía José, con una cara de felicidad.

Por fin iré a ver a mi madre decía mientras comía pero su plato seguía igual y Leonardo ya no estaba solo estaba la cuchara flotando y Mónica me miraba con una sonrisa, su cara se fue deformando asta esbozar la misma sonrisa de siempre, corrí hacia afuera y estaban muchas personas que conocía pero empezaban a temblar y sus caras cambiaban a donde fuera todos eran iguales. Estaba dentro de la casa de mi abuela, salí del cuarto donde me encontraba y ella me saludo, la abrazo y le digo lo que sucede, no responde y volteo a verla y era la misma cara de siempre, muerto de miedo caigo al piso el cual se destruye y caigo al vacío donde doy vueltas sin parar...

Despierto con con sudor frío en mi frente y mientras caminó por el pasillo miro a Mónica con ropa mía, quien me saluda con pena y me dice que había tomado una ducha y no tenía más ropa que ponerse, asentí y baje por las escaleras, y veo a José y a Leonardo pláticando sobre mi.

De que hablan- dije intrigado.

De que en toda la noche no dejaste de hablar y casi gritar pero solo te agitabas, decías no, al igual de cuando trataste de abrir la puerta principal- dijo Leonardo con un tono de preocupación.

Ho lo siento- dije preocupado.

Bajo Mónica y lo primero que dijo fue- ahora si podemos ir a casa de mi abuela a ver si están todos bien tal vez podamos quedarnos con ellos.

Asentí y fui al pasillo de atrás por algunos tubos de metal y subí a mi cuarto por un bate de metal, José encontró un machete entré las cosas del patio trasero me lo dió y dijo- por si ocurre algo de vida o muerte.

Salimos en silencio, y caminamos rápidamente durante más de media hora, sin hablar, solo nos comunicamos con las manos asta llegar a la entrada de la casa de la abuela de Mónica. Cuya puerta estaba abierta de par en par.

Entramos Mónica enfrenté de todos y José al ver la situación decidió quedarse en la entrada a vigilar, la casa era grande Mónica no dejaba de llamarlos a todos, pero nadie contestaba hasta que escuche un gruñido a mis espaldas, volte rápidamente y puse mi bate por delante era una anciana con una edad aproximada de 70 años, pero su fuerza era mucha y ya no aguantaba el empuje que hacía contra mi, la empuje con toda mi fuerza, impactó contra un mueble y esta callo de espaldas pero sorprendente mente se levanto, me volvió a empujar esta vez con más fuerza, mi cabeza dió un fuerte golpe en la pared, seguía sin ceder tanto yo como ella. Este sería mi fin, no escuchaba a nadie solo los gruñidos y golpes de mi espalda contra la pared.

Tal vez este capítulo estubo un poco confuso pero, así es mejor en un futuro lo sabrán :V

Entre vivos y muertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora