Misofobia *[SeBaek]

Mysos: Paz.

Tan pronto como lo dejaron en el consultorio de su hermano, BaekHyun se aferró a su peluche y se recostó en el sillón. Gracias a SeHun se había calmado y ahora podía descansar un poco. El miedo de que aquellos miserables lo regresaran al culto, lo tenía paralizado hasta el punto en el que no toleraba que lo sostuvieran de los brazos porque empezaba a gritar.

Suspiro profundamente, recostándose y haciéndose bolita.

—el doctor Oh es increíble...

—disculpa, me dijeron que necesitaban tu nombre para el reporte. — una mujer pequeña y de largo cabello se asomó por la puerta.

— ¿mi nombre?

—acompáñame por favor, tesoro. — la mujer le dio una leve reverencia y le sonrió de nuevo.

—p-pero Dae hyung...

—oh, ya le avise y como esta en medio de una junta, me mando a mí.

El chico sintió aun dudoso y dejo que la mujer lo guiara. Volteo hacia la dirección en donde SeHun y JongDae se habían ido y dudo de nuevo, quiso ir a avisarles pero aquella mujer le había dicho que estaban ocupados. No quería que se enojaran.

Cuando bajo al estacionamiento, empezó a temer.

—disculpe, ¿la policía está en el estacionamiento?

—vamos, no te detengas. — la mujer lo tomo de la muñeca y BaekHyun se tensó. — ¡vamos!

— ¡no, suélteme! ¡Ayuda! — hizo fuerza para no seguir siendo arrastrado y giro la cabeza hacia el pasillo por el que pasaban tres enfermeros. — ¡ayúdenme por favor! ¡Suga hyung!

La mujer maldijo y silbo. En una fracción de segundos, dos hombres aparecieron y sujetaron a BaekHyun

— ¡Hey! — grito NamJoon.

— ¡déjenlo! — grito SeokJin empezando a correr hacia ellos. — ¡Ve a avisarles, YoonGi!

El peliverde asintió y empezó a correr escaleras arriba, tenía que llegar rápido con JongDae y SeHun.

Los dos mayores se acercaron a los del culto e intentaron golpearlos. BaekHyun seguía retorciéndose en un intento por que lo soltaran, estaba en completo pánico.

Uno de los hombres le dio un codazo a SeokJin en la cabeza y lo dejo noqueado en el piso. El otro regreso con un fierro y golpeo a NamJoon en la espalda hasta que lo tiro.

— ¡No! ¡No quiero volver!

—mi hermoso y pobre niño...— aquella voz le helo la sangre a BaekHyun, lo hizo girar y tirar el peluche que abrazaba.

—S-SiWon...— empezó a temblar tanto que fue sencillo sedarlo con una inyección.

—Regresemos a casa, Baek...— aquello fue lo último que escucho antes de perder la consciencia.

.

Cuando despertó, reconoció la iglesia donde había sufrido tanto.

—n-no...— sintiéndose totalmente perdido, cubrió su rostro con sus manos y empezó a llorar.

El asqueroso hombre de cabellos negros estaba mirándolo desde la silla, deleitándose con su sufrimiento.

—estuve muy triste cuando te fuiste, querido niño. Pero también estaba furioso, te fuiste sin terminar la purificación.