Capitulo 3 | Bella

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Odio los primeros días de facultad, si bien hace un año viví la misma experiencia, me adapté sola sin hacer preguntas tontas a cualquier mayor que me pasaba por al lado

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Odio los primeros días de facultad, si bien hace un año viví la misma experiencia, me adapté sola sin hacer preguntas tontas a cualquier mayor que me pasaba por al lado. Los ingresantes se alborotan, se los ve entusiasmados por su primer día de sufrimiento constante, exámenes que pasar, profesores que aguantar, después me entenderán, estoy segura de ello.

Todos me conocen en este lugar por ser la hija de la abogada de la mafia, todos los estúpidos chicos malos se me acercan por creerme como ellos, quisiera ser una chica normal, solo ser Bella Biani, tener una madre que no esté metida con toda esa suciedad que pudre esta hermosa ciudad.

Estoy en segundo año de abogacía, sí, sigo los mismos pasos de ella, me gusta la carrera, estoy enamorada de las leyes y el derecho.

●●●

Terminó la primera jornada de clases, me siento muy exhausta, anoche no pude pegar un ojo por sentir los gritos de mi madre discutiendo con Napolitano como si se tratara de una pareja; todos lo saben, algo más entre ellos hay, no puedo comprender los pésimos gustos de mi madre, primero mi padre que gracias a Dios nunca lo conocí y ahora este diablo que vino a terminar de arruinar a la única persona que me queda.

Mi vida cambió cuando mi progenitora decidió involucrarse con ese hombre; pasó de estar tranquila a vivir rodeada de hombres rudos y periodistas merodeando mí casa, trato de no meterme en esas cosas pero de alguna manera te terminas involucrando.

—Hola Bella ¿Qué tal tu día?—logro escuchar una voz familiar a mi espalda; me giro para poder ver su rostro, siempre sonriente este chico aunque el cielo se le esté cayendo encima.

—Hola Cody —saludo mientras me rodea en un estrecho abrazo— ¿Mi día? pésimo, lo único que quiero es llegar y dormir, amigo. —me apoyo sobre sus hombros.

— ¿Qué tal tu nuevo padrastro? Los rumores corren rápido. —habla en un tono burlón dibujando una pequeña sonrisa en su rostro.

—No me hables de eso, hoy no por favor Co. —ruego con un tono de amenaza, lo miro y me hace un gesto cerrando sus labios ocultando una sonrisa.

Cody es mi mejor amigo, es un chico muy solitario, inteligente e introvertido, se lleva mejor con las mujeres que con los hombres; en la universidad los matones que se creen dueños de estos pisos le hacen la vida imposible.

Vamos saliendo del establecimiento de derecho, yo sigo con la cabeza vencida sobre los hombros de Cody cuando veo el Citroën c4 deportivo, es inconfundible, pertenece al hijo adoptivo del parásito de Vicenzo Napolitano.

— ¿Ese no es tu nuevo hermanastro?, ¿por qué no le das la bienvenida? —bromea Cody señalando a Seth quien baja de su coche y comienza a ingresar al campo de la facultad observando todo y cada detalle de lo que se le cruza en frente.

—Ya para Cody, jamás lo va a ser, no quiero esa clase de gente en mi vida. —contesto hostil mientras ambos nos detenemos y vemos como Seth se queda mirando a una chica que pasa por su lado.

—Está bien querida, no te alteres.

—Como te gusta hablar de más. —reprocho y le doy un golpe en el hombro con cierta resignación.

Seth Napolitano estudiando abogacía, no sé si tomarlo como una buena noticia o mala. Bueno sería que termine la carrera lo más rápido posible así mi madre deja de trabajar para ese gusano; y la mala es tener que verlo todos los días y recordarme el odio que le tengo a ese intento de familia.

—Ahí viene tu querido novio Bella, nos vemos mañana. —habla Cody en un tono irónico mientras se despide.

—Adiós tonto. —le tiro un intento de beso al aire a lo que Cody responde con una carcajada al aire.

Mi novio Bautista, llevamos unos años juntos, nuestra relación de a poco se está volviendo cada vez más fría, culpa mía, culpa de mi madre. No le gusta que la abogada se haya involucrado en el ambiente de Vicenzo.

Bauti estudia la carrera para ser policía como su padre que hace tiempo está detrás de Napolitano, además hace la carrera de derecho, tiene ciertos privilegios en esta ciudad; su padre es un estandarte de la justicia en Mercy.

Estaciona su auto al frente mío y sonríe desde dentro del carro.

—Vamos amor, tengo una hora libre solo para ti. —saca sus lentes haciendo deslumbrar sus celestes ojos con la luz del sol.

Me encanta verlo de buen humor, me recuerda al chico del que me enamoré hace tanto tiempo.

La música a todo volumen hace que todos los estudiantes a nuestro alrededor nos observen.

El hijo de Napolitano camina a paso lento hacia la entrada de la facultad, las miradas de la gente que pasa por su lado lo persiguen.

Bautista lo ve, baja la velocidad del auto y se queda mirándolo de pie a cabeza, sus miradas ahora se enfrentan, acelera el auto logrando un ruido ensordecedor sobre el Napolitano junior, que en vez de intimidarse lanza una sonrisa irónica sobre nuestra presencia.

—Este es otro parásito de la calle que viene a degradar nuestra ciudad. —suelta fríamente mientras coloca nuevamente sus lentes y nos alejamos del lugar.

—Olvídalos, cada quien decide su futuro. —sentencio.

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⏰ Última actualización: Jun 01, 2021 ⏰

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