Capítulo III: There's a Light in the woods.

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Jueves 10/9/99. 5:00 A.M.

«Y ahí, en medio de esa soledad, he encontrado mi razón de volver. »

No encontraba razón alguna para lo sucedido hace pocas horas, me encontraba pasmada frente al espejo, esperando a que mi marido volviera de enterrar el cuerpo de Ann. Lo sucedido en aquel cuarto no era normal, así como tampoco lo era aquella joya que había encontrado en la habitación horas antes.

Jace había salido a enterrar el féretro con la vana excusa de que eso ayudaría a que no me fijase en lo ocurrido. ¡Cómo si eso fuese a cambiar el hecho de que Ann ya no vive! Y para colmo... Su voz, la puedo oír con claridad, susurrando frases que luego el viento se lleva consigo. Desde aquel incidente aquel mundo en el que Ann ha entrado se ha hecho más presente, más palpable ante mis sentidos.

Podía sentir el llamado que me hacía, podía sentir como había algo inconcluso en todo esto. ¿Por qué yo? ¿Por qué sería yo quién debiera intentar devolverle ese pedazo de humanidad?

Ann quería algo, y no se irá hasta conseguir su objetivo, gracias a su obstinada personalidad. No cambia, ni en otro mundo.

Las gotas de lluvia que se habían dispersado durante horas anteriores habían bajado su intensidad, de forma que ya no era una tormenta si no una inofensiva lluvia. Decidí arreglarme junto con un traje para lluvia, unos jeans, botas de hule y un suéter con capucha. Viejos y descoloridos por la húmedad y falta del sol que el bosque brinda.

***

El aroma a pino y a tierra mojada era refrescante. Ese olor podría hacerte olvidar cualquier pena en segundos y dejarte en una serenidad asombrosa. Salí a buscar a mi esposo, aunque sinceramente no iba a hacer lo, quería estar sola, necesitaba estar sola.

«¿A donde vas, mamá

«No te olvides de mi

Esa voz, me había dejado atónita. Ann volvía a hablar me, y esta vez no son susurros si no una voz clara y fuerte dirigida hacia mí. ¿Qué pasa? ¿Por qué te escucho... Ann?

«La llave esta en la piedra, mami

¿Piedra? Piedra... ¡El collar!

Pude sentir como el sudor frío corría por mi cuerpo cuál río en su cause, mi piel pálida por aquel nerviosismo. Saque el collar y me lo colgué al cuello, la piedra de Turmalina era hermosa, aún con el hueco en ella. Recordé lo que en algunas películas de terror había visto, coloqué la piedra frente a mi ojo derecho, de forma que pudiera ver por el agujero Cómo si tuviera algún tipo de filtro, aquel agujero estaba mostrándome cosas que no eran visibles al ojo humano, ahora el mundo de lo inimaginable y vulnerable estaba a mi paso.

Había un camino que la piedra me marcaba, una línea fina de un tono rojo era visible por el sendero de grava y tierra.

***

Aquel camino me había guiado hasta un río que cruzaba horizontalmente por todo el bosque. Jamás había llegado hasta esa parte a pesar de que le conocía. Entonces divise una sombra entre los matorrales del otro lado del río, parecía una sombra humana, un tanto familiar, entonces decidí esconder me entre un arbusto que se encontraba cerca, todo por no ser vista en ese lugar.

— Mira, Ann. Sé que no te irás de este lugar hasta que ella se entere. Pero ya le haz causado suficiente daño, ¿No crees? —. Definitivamente era Jace, ¿Qué hacía ahí? Al otro lado del río, hablando con Ann. ¿Qué no estaba ella muerta? ¿Qué sabía el que yo no?

— Pero... Ella necesita saber lo, necesita saber que soy, fui... En verdad. —. La voz de Ann, tan vívida, un nudo apareció en mi garganta sin previo aviso. Avisando que pronto podría llegar a romper en llanto.

Me asome por las hojas del arbusto donde me escondía para ver más. ¡Ann! Ella estaba ahí, tenía su viejo vestido de tela blanca de seda. Unos zapatos negros... Su lindo y sedoso cabello pelirrojo suelto en una melena rizada característica de ella.

No, no parecía viva. De hecho su tez era pálida, cómo si de nieve se tratase, sus labios... Teñidos de un color rosa palo. Era ella, a pesar del cambio. Pero no estaba muerta. Seguía viva, tan viva cómo yo, podía sentirlo, estaba viva o eso parecía, a pesar de su estado. ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué Jace me esconde esto?

— Ann... Ann... Ann. Ya deberías saber que ella no te necesita. —. Jace dijo eso despiadadamente, no podía creer lo, no de él. Él siempre había dado todo por Ann, ¿Cómo podía decirle eso?

—No, no lo creo. Ella me ama, y mucho más que a ti, que tus celos no te dejen vivir en paz no es mi culpa. Tu no puedes soportar tener a alguien más como "competencia". —. Ann, jamás la había escuchado hablar tan seria, y menos tratar a Jace de " Tú" siempre había mantenido su distancia con él.

Jace estaba celoso de ella. Podía escuchar y sentir resentimiento y dolor en su voz. De hecho ahora lo entendía, Jace jamás había querido a Ann. Ni siquiera desde el momento en que la divisamos en la multitud de niños hace 9 años, esa pequeña cabeza pelirroja que había capturado mi atención desde el inicio. Sí, Ann es adoptada.

«Ya lo haz visto, ¿No?»

De repente, cómo un truco de magia, esa escena se desvaneció en aire. Junto con el tenso ambiente, dejando me allí. Dudosa, sudada y asustada.

Todo fue una ilusión.

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Gracias por acompañarme hasta aquí, espero te haya gustado.

Si encuentras un error gramatical avisarme en un comentario.

- Jamie.

House Of Madness: Into The Woods.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora