Zoro observó cómo la chica dejaba ver levemente una marca tras su oreja. Ahora varias cosas cobraban sentido, ahora entendia por qué siempre se movia cuando él le acariciaba la cabeza y pasaba cerca de esa zona. Por qué no dejaba que sus amigas le peinaran. O por qué jamás habia querido tener el pelo corto a melena.
- Yuki...- murmuró él con intención de acercarse y pasar sus dedos por aquella horrible marca, pero la chica solo soltó su cabello de inmediato y se mantuvo alejada.
Zoro se detuvo y la observó. Ella miraba el suelo, lo habia mirado desde que su historia habia empezado hacia ya más de una hora. El chico tomó aire y suspiró, no podia creer todo lo que le estaba contando.
Siempre se veia tan feliz, cómo si su mayor preocupación en toda la vida no hubiera sido más que vigilar a Luffy. Sonrió de lado al pensar que de ahi venia si fuerte caracter. Con una infancia asi, cualquiera tendria ese tipo de caracter. La volvió a mirar, y luego miró sus manos, tiritaban de forma leve y las apretaba en forma se puño sobre sus rodillas. Eso solo le daba a Zoro una señal.
La historia aún no terminaba.
Se quedaron asi, varios minutos en silencio. Ella mirando el suelo intentando normalizar la respiración, y él mirandola a ella, intentando reprimir las ganas de abrazarla. Yuki tomó mucho aire antes de proseguir:
A pesar de que ya no debería dolerme, cada vez que la rosaba con mi mano, me ardia, y un grito salía de mi garganta. Me volvieron a aplicar los sueros, pero logré recordar cuales eran los que me nublaban los sentidos, y de alguna forma logre evitar que me los pusieran.
Empecé a releer los libros que me había dado mi tio, para evitar que mi padre me los quitara los escondia, nunca los encontró. Durante ese año aprendí artes marciales, y empecé a estudiar algunas cosas sobre como funcionaba el mundo.
Antes de cumplir los 5 años ya sabia todo lo que un adulto aprenderia hasta los 50 años. Faltaba menos de un mes para mi cumpleaños, y ya lo tenia todo planeado, durante la noche de este, escaparia.
Aún no sabia a donde iria, pero cualquier lugar seria mejor, y me había armado de valor el día que oi a mi padre hablar sobre que ya me había elegido un marido, y que me casaria cuando cumpliera los 17.
Llegó el día de mi cumpleaños, como siempre, mi padre no dejó a nadie asistir, y lo único que tuve fue una costosa pulsera con varios diamantes incrustados, un pastel y un abrazo de parte de mi padre. Pasee por el jardin con mis sirvientas, mirando disimuladamente las paredes que separan el amplio jardin de la calle.
La noche se hizo presente, era verano y por suerte no hacia frio, en una pequeña mochila puse algo de comida y la pulsera, talves podría venderla y así obtener algo de dinero, guarde un chaleco y fui a cambiarme de ropa. Me puse un jeans, zapatillas y una polera manga larga, no quería que las marcas de mis brazos fueran visibles.
Tome la mochila y escapé por mi ventana, por suerte mi habitación estaba en el primer piso. Evadi a los guardias que vigilaban en la noche, trepe un arbol, y por primera vez en mi vida le agradeci a mi padre los dotes que me había obligado a obtener.
Solo recuerdo que corrí, no recuerdo hacia donde, solo que corri. Corri toda la noche, sin voltear en ningún momento, corri y corri. Ya no volveria, encontraia un nuevo comienzo, aunque eso me costara la vida...
Llegué a un barrio oscuro, no parecía ser muy seguro, y menos para una niña de 5 años, pero no me importo. Había estado corriendo toda la noche y ya se empezaban a ver los primeros rayos de sol, lo que me indicó que estaba lejos de mi antigua prisión.
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Academia Gol D. Roger
FanfictionOtro año escolar empezó, como siempre llegaron nuevos alumnos, pero junto a ellos, llegó una parte oscura del pasado. Yuki, la hermana menor de Luffy, ha ocultado algo por demasiado tiempo. El momento ha llegado ¿Podrá ser valiente y enfrentar a aqu...