11. "La boutique"

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Luego de hablar por 20 minutos con Aaron por mensaje de texto, acepte su invitación y decidimos ir dar un paseo por el downtown de chicago en la noche.

Estacione el carro y baje la ventanilla, mire fuera de esta y el letrero brillante de la boutique de Victoria me dio la bienvenida. Subí de nuevo la ventana y baje del auto, page el valet parking y entre al local.

—Buenos días, bienvenida a la boutique "Victoria McDylan's Glam". Soy Sophia Valentine, ¿en que puedo ayudarle?.— la chica que se encontraba en frente de mi hablaba como si un cassette se hubiera dañado. Baje los lentes que tenia puesto y la chica aparta la mirada del computador.— Oh lo siento Faith no te reconocí, bienvenida.

—No pretendía que lo hicieras Sophia.— le di una leve media sonrisa.

La rubia soltó el aire que parecía había retenido desde que comencé hablar, y respondió mi sonrisa.— ¿Que se te ofrece?, hace ya bastante tiempo que no venias para acá.

—Eh si, he estado ocupado con algunas cosas, y como nunca estoy en la ciudad
gracias a las peleas, se me a olvidado venir aquí. ¿Y tu?, ¿Como has estado?—
Pregunte

En los labios de la chica se dibuja un pequeña sonrisa—Bueno, he estado bien, pero como sabes, mi madre aun no pasa la etapa de las quimioterapia  sin complicaciones.— su sonrisa se transforma en una de tristeza.

—Oh Martha, ¿cierto?. Hace ya tiempo no he sabido de ella.—solté mi bolso de mano en el sillón mas cercano y la mire—Esa mujer es extremadamente fuerte, estará bien.

—Eso espero, mi madre ha sufrido mucho, aveces pienso que es mejor que ya su dolor se acabe, ya sabes...—puedo notar su dolor a decir esas palabras, y si mi madre estuviera en esas condiciones no sabría que haría.

Tu no tienes madre Faith.

Aja, si la tienes, en este momento estas en una de sus tiendas.

—¿Porque no mejor dejamos de hablar de cosas tristes y te enseño la nueva mercancía?—Sophia dejo las cosas que tenia en sus manos en el mostrador y camino hacia los estantes. Asentí y la seguí.

Conocía a la rubia desde hace dos años, recuerdo cuando empezó a trabajar en la tienda de Victoria aquí en Chicago, mama le había pedido a papa, mejor dicho rogado que yo fuera a echar un vistazo de vez en cuando a la boutique, y de mala gana acepte.

La primera vez que entre a la tienda, esa chica rubia me recibió con una enorme sonrisa que te haría confiar en ella en tres segundos. Y desde ahi iba cuando podia, descartando los días en los que sabia que Victoria estaba en la cuidad.

No diría que somos las mejores amigas, pero si hemos pasado tiempo juntas, pero en estos últimos tiempos no he dejado de viajar, gracias al trabajo de papa. Y por esa razón ya no me juntaba con ella.

Luego de casi 1 hora de ver ropa y zapatos, compre y par de faldas de baile, blusas, dos pares de tacones, jeans, y dos bolsos. Sophia estuvo 10 minutos negándome la tarjeta de crédito para pagar, diciendo que como la hija de la dueña y diseñadora yo no debía pagar nada. Pero trate y trate y lo logre. Me despedí de ella y nos aseguramos de no perder de nuevo el contacto. Iría a visitar a Martha en unos días, no veríamos allí.

Subí todas las bolsas a la parte trasera del auto y una mueca se poso en mis labios al ver el nombre plasmado en las bolsas. No soportaba a mi madre, pero compraba su ropa.

Estas loca Faith, muy loca.

Las calles de chicago estaban repleta de autos y personas en la acera, los parques llenos de niños jugando en la arena o en sus bicicletas, en las bancas algunos grupos de amigos y parejas tomadas de la mano caminando. Mire en reloj en el auto y este marcaba las 5:20 pm. Si no volvía a casa ahora, la hora pico me encerraría en el trafico y no llegaría a tiempo a casa, para bañarme y arreglarme para la salida con Aaron.

REY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora