Capítulo 5

353 21 10
                                    

Katherine tenía ya dos añitos. Cada día vivido con ella les daba más y más alegría. Habían encontrado su sitio en el mundo.

O al menos, fue así hasta aquel fatídico día.

Raziel estaba tumbada en la cama junto a su niña. Lucifer las observaba con una sonrisa en los labios y en los ojos. Katherine hablaba y hablaba con su madre.

De repente, se escuchó mucho ruido, y la puerta se estrelló contra la pared. Lo que Lucifer vio lo dejó petrificado en el sitio. Sus más temidas pesadillas se estaban volviendo realidad.

Los arcángeles. Les habían encontrado.

Miguel miró con rudeza a Raziel. Ella no pudo más que abrazar a la niña ahora llorosa entre sus brazos y encogerse como si así pudiese desaparecer. Lucifer echó a correr hacia ellas, pero dos pares de espadas lo detuvieron en el sitio. Miguel empezó a hablar

-Hermana, cómo… cómo has podido- dijo con voz dolida

Raziel lo miró y dijo algo que, para Lucifer era lo más simple del mundo, pero que para los demás era una abominación.

-Estoy enamorada. No entendía por qué debía matar por matar. Y me enamoré de él. Hemos tenido una niña- dijo, valiente, hermosa-. Se llama Katherine. Tiene dos años.

-Sabes como se paga lo que has hecho, ¿no es cierto, Raziel?- respondió Raguel desenvainando su espada.

Lucifer empezó a retorcerse como un loco. No la podían matar. No, a ella no. Que lo mataran a él. ¡Era el enemigo, maldita sea! Ella no. Ella no.

Pero Raziel se limitó a asentir con la cabeza. Solo dijo:

-Sé que no creéis que tengo derecho, pero, ¿puedo hacer mi último deseo?

Raguel miró a los demás arcángeles, que asintieron con la cabeza tras un instante de vacilación. Raziel comenzó a hablar.

-Bien. Sé que es el enemigo, pero por favor, no matar a Lucifer. Es bueno, lo sé. Además, es el único capaz de cuidar de mi niña. Sé que serías incapaces de matar a una criatura indefensa. Así que, por favor, dejadla a manos de su padre, para así poder yo…irme en paz.

Lucifer lo miró atontado. No podía creer lo que estaba pasando. Ella no solo iba a morir, no. Si no además él tendría que presenciar su muerte, y no podría morir con ella, porque si no su niña se quedaría sola. El demonio empezó a tirarse del pelo, impotente.

Raguel caminó hacia Raziel con espada en mano. Raziel no observaba a nada ni a nadie. Su mirada estaba clavada en su niña y en Lucifer, que había cogido a la pequeña en brazos. Sin poder evitarlo más, se echó a llorar cuando sintió que la espada la atravesaba. Las lágrimas de Raziel eran lo más hermoso y lo más doloroso jamás observado antes. Sin apartar los ojos de la causa por la que había dado la vida, murió

-Descansa en paz- susurró Raguel, con el dolor tiñendo su voz

Lucifer soltó un grito de dolor que retumbó por el mundo entero cuando el cuerpo de su amada cayó, sin vida, al suelo.

Desde entonces, el demonio, ahora llamado el Señor de los Demonios, se ha dedicado a matara a todos y cada uno de los ángeles que se ha encontrado por su camino. Aún sigue llorando por la perdida de Raziel. Katherine, su hija, murió hace miles de años ya que ella era lo que ahora llamamos la primera persona humana de la Tierra. Lucifer es un ser despiadado, que no sabe cómo aligerar el peso de su ya muerto corazón. Echa de menos a Raziel, y ni tan siquiera puede matar ya bien, ya que todo ángel le recuerda a ella.

Pero esto no ha acabado aquí. Él aún espera encontrar a algún ángel que sea lo suficientemente fuerte como para derrotarlo y tal vez, solo tal vez, pueda matarlo. Y así poder estar junto Raziel y Katherine. 

_____________________________________________---

Y bueno, aquí termina la historia.

Nunca másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora