Tres palabras

252 23 6
                                    

Baje las escaleras lentamente, pues no queria despertar a nadie, eran al menos las tres de la mañana, ya todos estaban durmiendo... Al final habíamos decidido quedarnos escondidos en la ciudad hasta que amaneciera, los chicos estaban cansados y adoloridos y así no podían manejar... Además no queríamos arriesgarnos a conducir Rosa y yo...

La verdad yo también estaba bastante cansada y las heridas en mi cuerpo llevaban molestándome hace bastante rato, aunque quisiera no podía dormir.

Llegue al final de las escaleras y casi sufro un ataque al corazón al ver a cierto pelirrojo tumbado en el sofá... Afortunadamente no grite y mi voz murió en mi garganta. La verdad es que Castiel no debería estar durmiendo en el sofá pues a pesar de la cantidad de las camas Rosa había decido dormir con Lysandro para que todos durmieramos tranquilos ¿Por que estaba ahí?

Camine muy despacio para no despertarlo, este chico realmente tenia instinto felino. Abrí el refrigerador y busque algo de comer para saciar mi ansiedad. Al final opte por una soda y un paquete de galletitas de chocolate.

- ¿Asalto nocturno al refrigerador? - Me sobresalte al escucharlo, hablo con la voz ronca, al parecer si lo desperté.

- ¡Me mataras del susto antes de que amanezca! - Dije susurrando pues no quería despertar a los demás.

- Estamos a mano, la ultima vez que nos encontramos a esta hora me atacaste con una navaja - Recordó. Tenia razón...

- Da igual... Yo... Yo me iré a dormir - Últimamente me ponía muy nerviosa con estos encuentros a solas.

- Si claro, ¿Y ahora se duerme con sodas y galletas? - Dijo burlón, diablos me atrapo. - Sabes para la ansiedad de media noche hay algo mejor - Se levanto con pesadez y abrió nuevamente el refrigerador sacando dos cervezas.

- Castiel yo no tomo - Aclare.

- Oh vamos, por una cerveza no vas a emborracharte... Además no puedes negarme que tampoco puedes dormir. - Dijo agitando la cerveza frente a mi.

- No - Zanje. Me gire para irme pero entonces sus brazos pasaron por mi cintura y tiraron de mi hasta hacer que cayera encima de él. - ¿Que haces? - Lo admito estaba muy nerviosa.

-Ana quedate conmigo por favor. - Pidió, note su aliento cerca de mi oreja y pude darme cuenta que él ya había bebido mas de la cuenta.

- ¡Castiel! sueltame, no me iré pero sueltame ¿Si? - Pedí y al menos una parte de su razonamiento funciono y termino soltandome.

- Ana ¿Como superas la traición?- Pregunto antes de beber.

Sabía a que se refería... Debrah lo había traicionado... Tal vez era similar a la traición que sentí por parte de mi madre.

- No se supera... Solo aprendes. - Él me miro confundido. - Aprendes a no ser tan confiado... Y a simplemente llevarlo contigo, lo recuerdos son algo que siempre tendrás - Le explique, el se quedo mirando su lata sin decir nada...

- Sabes yo realmente la quería... y ella solamente me uso... - Dijo entre una mezcla de risa y llanto al mismo tiempo.

- Castiel debes dejarlo atrás, ella hizo mal pero te diste cuenta y ahora no te volverá a engañar - Dije para tranquilizarlo.

Castiel me miro y como si fuera un niño pequeño y asustado comenzó a llorar, revivir los recuerdos horribles altera todo en ti... Son marcas, cicatrices que siempre estarán en nosotros. Lo abrace dándole mi apoyo, situaciones así no eran fáciles de llevar afortunadamente yo tuve a Kentin en su momento... Pero Castiel parece no tener a nadie.

- Cuando mis padres se enteraron... Iban a visitarme esporádicamente, su trabajo no les permitía verme a menudo... Siempre fue así... - Dijo mientras sollozaba en mi hombro. - Movieron todas sus influencias y lograron conseguir casa por cárcel para todos nosotros... Pero nunca mas fueron a verme - Me aferre con mas fuerza a él, no necesitaba que le diera consejos, sol que lo escuchara...

Acaricie su espalda hasta que poco a poco se calmo, se separo un poco de mi y preso del agotamiento recostó su cabeza en mis piernas, me sorprendió a decir verdad, pero luego de unos segundos comencé a acariciar su cabello... Ahora mismo era un niño buscando consuelo.

- ¿Que pasara si me vuelvo a enamorar? ¿Como estaría con una chica si ya no puedo confiar?- Pregunto.

- Aprenderás a confiar... Todos lo hacemos, si es la indicada confiaras en ella ciegamente - Ahora mismo mi cerebro se había bloqueado y todo lo que salía por mi boca venia directo de mi corazón.

- ¿Y si ella es igual? -

- No todos somos iguales, pero ahora que conoces la realidad seras mas cuidadoso.

- Tengo miedo... No quiero estar solo de nuevo - Su voz comenzaba a apagarse, se estaba quedando dormido.

- No lo estas, tienes a tus amigos, a Rosa... Y a mi - Respondí sin pensar.

- Tu te iras cuando todo esto acabe - Dijo aferrándose a mi rodilla.

- Prometo que no lo haré, somos amigos y los amigos son para siempre - De pronto se removió en mis piernas hasta conseguir sentarse nuevamente.

- No quiero que seas mi amiga.

En menos de un segundo Castiel se inclino hasta rozar mi labios, parecía tímido y lleno de duda, pero se armo de valor y unió sus labios con los mios. Me paralice no sabía que hacer mi corazón parecía un huracán dentro de mi pecho. Sus labios se movían sobre los mios con lentitud, sentí el sabor del licor pero no me molesto en lo absoluto. Paso su mano por mi mejilla haciéndome reaccionar, sinceramente no se que estaba haciendo mi cerebro se desconecto y solo me deje llevar por esos labios tímidos pero valientes que me daban una sensación increíble.

Un solo pensamiento cruzo mi mente.

Lo quiero

Pero todo lo bueno tiene que acabar y finalmente Castiel se separo de mi. Llevo su mano a mi mejilla y acaricio mis labios con sus dedos.

- No se si esto es un sueño o no...Probablemente mañana no recuerde nada... Pero no me importa - Dicho esto volvió a besarme de una forma mas pasional y salvaje que encendió cada poro de mi piel.

Una vez se separo de mi volvió a recostarse en mis piernas abrazando mis rodillas.

- Castiel... - Comencé a decir, aunque en realidad no sabía que decir o hacer, me había bloqueado por completo.

- No digas nada... Solo...- Se quedo callado un par de segundos, tal vez pensando - Te quiero Ana - Tres palabras, tres simples palabras que lograron causar tanto en mi...

- Se quedo callado un par de segundos, tal vez pensando - Te quiero Ana - Tres palabras, tres simples palabras que lograron causar tanto en mi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La Chica De Ojos Azules (CDM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora