El dolor del recuerdo

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Después de perder alrededor de quinientos mil yenes en ese jarrón que aquel demonio de ojos violeta rompió, cerré todas las habitaciones donde tenía cosas costosas o que podían romperse, o cosas peligrosas con las que él podría hacerse daño, y le permití jugar donde quisiera siempre y cuando me dejara pasar tiempo con su madre.

-me gusta tu departamento, esta tan bonito como aquella casa en la playa, o la caballa en las montañas a la que nos llevaste a todas- me decía sacándome de mis pensamientos asesinos contra ese pelinegro tentón que estaba mirando televisión en la sala.

-no es nada realmente, aunque a decir verdad no hay mucha diferencia con mi casa y la tuya-le respondía con normalidad.

-bueno en mi casa no hay tantos retratos y trofeos- me contestaba mientras miraba una estantería en la sala.

-pero tiene un buen ambiente-le contestaba dedicándole una sonrisa.

-de verdad siempre llevaste una buena vida eh?-me decía Nico.

-nunca me ha faltado nada económicamente, pero el dinero no lo es todo-le contestaba al fin podía hablar con tranquilidad y sin interrupciones.

-tienes razón, y yo más que nadie lo sé-me decía mientras sonreía y le dedicaba una mirada a su hijo.

¿Porque a cada momento tiene que hablar de el?...estoy sintiendo celos? De esa pequeña bestia?...cálmate Maki!...esto no puede estar pasando, quiero decir YA NO SIENTO AMOR POR ELLA!

-M…..Maki? por qué esa expresión?-me decía moviendo su mano frente a mi

-ha lo siento solo estaba pensando-le contestaba algo nerviosa, si tan solo escuchara mis pensamientos ya se habría ido furiosa.

-ya veo, y…..solo trabajas? no tienes tiempo para nada mas? Quiero decir, siempre tocabas el piano en tu tiempo libre-me decía ella preguntándome.

-veras, solo tenía un futuro, y mi futuro fue la medicina, tuve que escoger eso a costa de mis pasatiempos y otras cosas- le contestaba con algo de desgane.

-es una pena, y por qué no hacerlo en tus días libres?-me preguntaba ella…ahora veo de donde salió lo preguntón en Kota.

-bueno, realmente me hace sentir algo triste volver a tocar, eso quedo en el pasado junto con M's-le contestaba con normalidad a lo que ella poso una sonrisa triste en su rostro, pronto note que ahora ponía un rostro inseguro.

-y…¿Qué hay de….sentar cabeza?- dejaba salir rápidamente, yo sentí como un golpe en el estómago cuando dijo aquello, y pronto ese terrible incidente se apodero de mi mente….otra vez no!...no más…..no más!...

-NO MAS!- alce la voz, causando que ambos pelinegros se sobresaltaran y me miraran con sorpresa, yo respiraba agitadamente y sentí que comenzaba a sudar.

-Ma…Maki…estas bien?-me decía ella mientras se acercaba rápidamente a mí.

-yo…..estoy bien…..solo…déjalo por hoy….por favor- le decía mientras sujetaba mi cabeza con una mano y con la otra me recargaba cobre la mesa, ella solo me miro con preocupación.

-pero…no luces bien, tal vez debería llamar a…-insistía, pero no la deje continuar, de verdad quería que se fuera ahora mismo!

-por favor….solo vete a casa-finalizaba aquello, mi cabeza no podía sacarse aquellos recuerdos…..no podía

Sin más ella solo me dedico una última mirada, mientras se dirigía a la puerta y tomaba la mano del pequeño niño que también me miraba sorprendido y sin más, se fue.

.

No pude tranquilizarme por un largo rato, sentada en el pequeño sillón de la sala, fumaba un cigarrillo mientras trataba de tranquilizarme, pero hasta ahora no había podido lograrlo…..porque eso sigue afectándome…..¿por qué?.

Amada míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora