Tristeza, llantos y alergia

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[Narra Luna]

- Lo sé... - dijo ella algo atormentada

- Oye, Laeti... Tienes la cara morada, ¿te pasa algo? - le pregunto preocupada

- Nada, sólo la alergia, odio la primavera... ¡Achís! - estornudó ella, tenía los ojos rojos y el pelo revuelto, parece que sentía náuseas - pero no nos preocupemos por mí, si no por las demás, Marina y Moni han encontrado curro.

- Laeti... No me intentes despreocupar, necesitas un hospital y... - antes de que yo acabase Laetitia se lleva un inhalador para el asma a la boca, y yo le pregunto - ¿eso no es para el asma? No sabía que tenías...

- ... - mi amiga sólo calló, y al pasar unos segundos comenzó a llorar - ¡Luna! ¡Estoy fatal, necesito ayuda!

- ¿Ves? Ahora mismo llamo a un hospital a ver si quedan habitaciones, por que últimamente hay mucha gente... - digo haciéndome la lista - tú sólo espera, que ahora te digo...

Marqué el teléfono de un hospital muy cercano al que siempre iba de pequeña y lo que parecía una señora mayor me habló.

- Muy buenas, estás llamando al hospital (invéntate un nombre), ¿qué desea?

- Etto... Tengo una amiga que está fatal con la alergia - casi se me había olvidado para qué llamaba, pero lo recordé - me preguntaba si hay habitaciones libres.

- Mmm... Claro querida - ¿me había llamado querida? que mujer más rara, bueno, las abuelas siempre son raras... - quedan grandes y medianas, las grandes son de dos camas cada una.

- Pues... Reserve a nombre de Laetitia Dreemur, y ahora en unos momentos estamos allí.

- Ya está - dijo tras meditarlo un poco - la habitación está en la planta 3 nº 354, esperemos que sea de su agrado.

Le di las gracias a aquella señora y colgué, Laetitia estaba peor todavía, así que la tuve que llevan en mi coche nuevo.

Una vez en el hospital dije hola de nuevo a aquella señora, con la que anteriormente había hablado, y me dirigí a la habitación. Laeti se tumbó en las cama y la arropé, estaba sudando, pobrecilla.

Pronto llegó un médico que la observó, y luego cerró todas las ventanas y la puerta, dejándonos a solas.

Le hablé a mi amiga sobre lo que había pasado y le enseñé la foto que encontré en aquel local. Le expliqué que tenía trabajo como ella y como Marina.

- Una cafetería - le dije - está un poco polvorienta, pero la limpiaré, arreglaré las mesas y las sillas y tal, para luego poder abrirla, el antiguo propietario me contó que aquello fue una casa antigua que no le servía de nada, al principio costaba 8.000€ , pero luego le dio por bajarme el precio a 2.000, realmente creo que ese tío está loco, no puede ser que me halla bajado tanto el precio, pero mejor por mí.

- Luna... Gracias por acompañarme hasta el hospital... Yo también quiero hacer algo bonito por ti, espero devolverte esto algún día.

‖Creepypasta Cafe‖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora