CAPITULO 6 (FINAL)

171 7 0
                                    

-Hábleme de su "cambio". Desde cuando es usted así de... ¿liberal?

-Ah, sí. Todo tiene que ver con eso qué llaman amor. Mi vida era un poco más qué complicada en ese sentido; ya sabe era pequeña y tenía complejos, malos amigos y nada de dónde agarrarme. Siempre he sido gorda; ¿ve? - dijo Yuri señalando su cuerpo, en él yo no descubrí un centímetro que me disgustara, y como toda mujer, Yuri tenía una concepción exagerada de la palabra "gordo". -además vengo de una familia estrictamente católica, nadie en mi familia se quitaba el velo de los taboos y yo me quedé como una tonta ante cada situación inexplicable y nueva qué me llegó. Era casi como vivir con miedo, miedo de Dios, miedo del hombre, miedo del pecado, miedo del sexo, miedo del castigo, miedo de ser diferente o de tener una ideología propia. No me mal interprete; yo aún creo en Dios, lo amo y cuando puedo asisto a misa. Pero soy más feliz ahora que... "rompo muchas reglas"

-Además, de pequeña era muy tímida y me era demasiado complicado interactuar con la gente. Tenía una sola amiga llamada Roxana que me humillaba cada dos por tres; me abandonaba y se robaba mis cosas, pero era "mi amiga" ya sabe. La gente me manipulaba a placer; cuando estuve en séptimo grado, encontré a una chica llamada Giselle que tenía una forma de ser más bien pacífica. Ella nunca me dijo cómo actuar, cómo vestir o qué decir. En ella me basé para ser "yo" y terminé conociendo el mundo del rock clásico y la vida metalera. - sus ojos eran cristalinos, ensoñadores; ella recordaba con aire melancólico.

-Ok. Continuemos.

-Tuve mi primer novio a los catorce años; su nombre es Jorge y es uno de esos Don Juanes de barrio, tenía lindos pectorales; siempre me han gustado los tipos fuertes. Y bueno; él me engañó con mi prima el día de mi cumpleaños; así mientras me traía chocolates y me envolvía en sus brazos; giraba la cabeza y le pedía en susurros a ella que le diera el goce.- su ceño se frunció con disgusto, luego se relajó otra vez.

-¿El goce?

-Si, ya sabe, un beso.

-Ah.

-¿Sabe, qué? Desde ese día perdí la confianza en el género masculino. A los quince tuve mi segundo novio, Wilson, es como diez años mayor que yo; pero es un buen tipo; nos refugiamos durante largas conversaciones fantásticas; él es un amante del vampirismo y esas cosas de brujería mezcladas con el rock, por supuesto; yo también tuve mi época; pero cuando deje atrás la cosa del satanismo, bueno... terminamos.

-Él... ¿la influencio para que tuvieran relaciones?

-Claro. Todos lo hacían, todos lo hacen; pero yo no quería nada de eso aún. Ninguno me llamaba la atención.

La doctora asintió y Yuri continúo.

-Luego... bueno... esto se lo voy a contar despacito; yo sé que usted quiere ayudarme y aunque soy escéptica ante ese pensamiento; quiero ayudarle a que usted me ayude.

-Gracias.

-Escuche; la... una de las personas más demoledoras de mi vida fue el joven Andres. Quiero aclararle algo; yo odio a ese malnacido. Y lo amo. Nos conocimos con Andres en una reunión del barrio en un Agosto; fuimos a "socializar" con los vecinos y recién había terminado otra vez con el imbécil que fuera mi primer novio. Estaba de mal humor, él se acercó y me invitó a bailar; no pregunte por qué; pero tengo esta debilidad absurda por los hombres mayores; él me llevaba doce años y yo ya tenía quince recién cumplidos.

-Su madurez me tomó desprevenida; estaba acostumbrada a las inmadureces de Jorge y la inestabilidad de Wilson; así que la seguridad egocéntrica de Andres me tomó por sorpresa y me inundó el cerebro con novedad. Dejé la mayoría de mi vida en sus manos y él me moldeó a su manera; me comparaba constantemente con las chicas súper- delgadas de mi barrio y al mismo tiempo me convencía de mi inteligencia. ¿Sabe lo irónico qué es que te digan que eres inteligente; mientras te controlan con un dedo?

ENTRE RUSIA Y TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora