Mal Plan

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Kiyomi bajo del edificio y entró.

En lo que ella subia, Shini estaba sentada al lado de Karai.

—Esa deslealtad fue de nuevo causada por la búsqueda de gloria sin honor, nuestros planes fueron frustrados

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—Esa deslealtad fue de nuevo causada por la búsqueda de gloria sin honor, nuestros planes fueron frustrados. Tú estuviste en coma más de 3 semanas a causa de Tatsu, y esos ninjas de poca moral se fueron. ¿Que se supone que haré ahora con el Clan? Debo honrar la memoria de —.
Suspiro y bajo la cabeza, inhaló fuertemente y volvió a subir el tono de voz y la cabeza.
—De mis padres—.

—Karai—. Respondió Shini​.
—Hay muchas personas que formarán este Clan—.
— Además, sino es así, quién necesita un Clan ahora—.

Karai la miró enojada cuando dijo esta última frase, gruño y cruzó los brazos.

En eso, Kiyomi llega y camina silenciosamente hacía la mitad de la habitación, su cabello le cubría los ojos.

Karai se levantó.

— ¿Quién eres? —. Dijo Karai firmemente.

—No me recuerdas, Karai?—.

Shinigami se para pero Karai la detiene con el brazo.
—Déjanos Shini—.

Shini se sale de la habitación y las deja a solas.

Karai ronda por alrededor de su asiento.

Karai ronda por alrededor de su asiento

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—¿Para que has venido?— Dijo Karai.

—No me recuerdas, “Suka”, mi familia fue destruida por tu padre—.

—¿Kiyomi?, ¡Mientes!—.

—¿Por qué bromearía con mis difuntos padres?—.

—Perdiste a tus padres, igual que yo—.

—Pues tu padre lo tenía muy bien merecido—.

—¡Silencio arrogante!,¡Tú nunca lo conociste!—.

— ¿Recuerdas ese verano, en el que me ahogaste en el rio?—.

—¿Sigues enojada por eso? ¡No era mi intención!—.

— Te devolveré el favor—.

Kiyomi sacó la uchigatana y corrió hacia Karai apuntando el arma hacia ella.

Karai tomó su tanto con ambas manos, en cada punta, y la apoyó contra la arma de Kiyomi y así estuvieron unos minutos hasta que Kiyomi empujó a Karai y la tiró al suelo.

—Vida por vida—. Dijo Kiyomi con su pierna sobre el estómago de Karai, con la uchigatana apuntando hacia ella.

Karai tomó la uchigatana y empujó a Kiyomi.

—Una uchigatana, un arma poderosa y simple. Lástima que haya caído en tus manos— dijo Karai arrinconando  a Kiyomi.

Kiyomi tomó unos polvos cegadores que Karai tenía en su listón violeta, y se los lanzó en la cara.

Kiyomi tomó la uchigatana y empezó a golpear a Karai hasta que quedó un tanto desmayada.

—Rindete—.

En eso, llegó Leo. Estaba viendo un mapa.

—Karai, encontré unas personas que—. El vio que ella estaba en el suelo y vio a Kiyomi.
—¡Karai!—. El la cargó.
— ¿Te encuentras bien?—.

—¿La conoces?—.

—Ella es hija de Splinter—. Dijo mientras la intentaba despertar.
— ¿Que estabas haciendo Kiyomi?—.

—Pensé que era hija de Destructor —.

—¿Destructor? Él está muerto—.

Kiyomi se paró y fue por una compresa de hielo para ponérsela en la frente.

Karai se despertó.

—Karai, fue una confusión, lo lamento demasiado, haré lo que me órdenes en forma de compensación—.

Karai se paró y se limpió el polvo que tenía en los hombros.

— Ahora se que eres hija de Splinter, y lamento tu pérdida, pensé que nada había cambiado—.

—Kiyomi, aceptó tus disculpas—.

—Aceptar mis disculpas no será suficiente, dime en qué te puedo servir—.

Leo se acercó a Karai y le susurró:
— Karai,¿Tienes un momento?—.

Ellos se fueron a una zona de la habitación, lejos de Kiyomi.

—¿Y si la reclutas para el Clan?—

—Leo, un solo integrante no basta, necesitamos más, además, ¿No habías mencionado que ella iba a regresar a Japón para regresar a su Clan?—.

— No es posible, además esta dispuesta a ayudarte—.

   —Esta bien,pero si algo sale mal—.

Karai fue hacia Kiyomi.

— Kiyomi, tengo una misión para ti—. Karai sacó un mapa de su bolsillo y se lo dió.
—Estás son las instalaciones del Clan del Pie en Japón, si pasas el entrenamiento aquí en Nueva York, irás a Japón a hacer una última prueba y si la apruebas,  te convertirás en la segunda al mando, y cuidarás dichas instalaciones—.

—Karai, tengo mi propio Clan—.

—¿Lo estás dirigiendo ahora?—.

—No—.

—Entonces no encuentro el problema, pero igual, es tu elección—. Karai se sentó en su trono y se volvió a colocar el Kuro Kabuto.
—Tienes un día para decidirlo—.

—Lo entiendo, Karai—. Ella se inclinó levemente hacia delante y se retiró.

—Espero que asi sea—.

Kiyomi subió a su motocicleta y se fue a su departamento.

—Espero haber tomado la decisión correcta—. Dijo Karai.

Kiyomi, en su departamento, se quedó pensando en la orilla de su cama.

—¿Que debo hacer? ¡Por qué me ofrecí!—.

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