El día que te conocí

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Les contaré la historia de como ella vino a mi, aún no se, si el destino lo tenía deparado así.

En un bar coincidí, la primera vez que la vi. Y así fue como la ebriedad
La llevo a mi. Nada coherente ese día,
entre demencia y tristeza me
Hablo, un desfogue vio en mi,
una historia me contó sobre ella.

Entonces fue así, como me perdí en el café de sus ojos y lo profundo de su mirada, sin más que escucharla y verla. Ya me planteaba mil maneras de conocerla.

Una borracha poco usual, así la recordaré. Como la idiota que vino a mi mesa, con aires de grandeza que escondía una tormenta.

No logro ocultar aquéllo que la aflijia y consumía, no se, como o porqué, pero libero en mi su caos infernal.

No era lo idiota que parecia, pero algo de ella me atraía. Irónico, pues nada bueno llegaría con ese encuentro. No fue hasta que me di cuenta que era su rareza y poca sutileza que me atrajo.

Un poco loco nuestro primer encuentro, nadie sabía lo que vendría después de aquel día.

De qué forma la conocí, un poco peculiar ¿no es así? ¿una jugada de la vida?. No importa, pues desde ese instante, ella se quedó con una gran parte de mi.

Inolvidable más que imborrable.

Después de ese día nos seguíamos viendo, pero todo cambió, quizás para bueno. Lo que aún no entiendo es porque entre tanta gente me escogió para liberarla de su infierno.

Alexa Padilla.


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