Agosto 1916.
Querida Candy:
Tus líneas me han dado un gran respiro, sabia que no habías dejado de amarme.
Aunque francamente no creo poder esperar tanto, me duele tanto que hayas tomado la decisión de ir a la Guerra, si a eso te refiere con que debes cumplir con tu deber, tampoco quiero interferir con tu vida, con tu vocación, tendré que respetar tu decisión.
Aunque antes de que partas deseo verte, tengo tantas ganas de estrecharte en mis brazos y decirte que te amo.
Por favor no me niegues esto, ven pronto a mi lado. Estoy aquí justo en tu Colina de Ponny.
El chico que te ama con todo su corazón y te esperara siempre.
Terruce Grandchester.
P. D. Siempre estuve cerca de ti.
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Epilogo.
Terry siempre estuvo en el mismo lugar que Candy, desde la primera carta. En esta última, el mismo coloco la carta en la puerta del hogar de Ponny. Candy leía la misiva en el despacho de la señorita Ponny y en cuanto termino de leerla, corrió hacia la colina de Ponny, deseando con todo su corazón que el siguiera ahí, que no fuera como aquel día que corrió y corrió y no logro verle.
Después de tantas penurias, los enamorados estaban juntos y al pie del Padre Árbol, se juraron amor eterno.
Candy partió como voluntaria en la cruel guerra, jurando a Terry siempre llevarlo en su corazón, escribirle todos los días.
Finalmente la guerra termino. Terry esperaba en el puerto de Nueva York por su amada, ella al desembarcar, le miro y corrió a sus brazos. Ahí mirando el mar le juro siempre estar con él amarlo día a día. Él le hizo el mismo juramento y a partir de ese entonces vivieron una vida llena de felicidad.