Prólogo

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Me llamo Dove Cameron, tengo 18 años y estudio en en "Richwood High School" donde las chicas son barbies y los hombres mujeriegos.

Tengo una mejor amiga que se llama Scarlett y la conozco desde que eramos fetos vivientes, ella tiene la manía de querer que yo sea novia de un jugador de fútbol, osea los mas descerebrados. Y nunca lo conseguirá.

O eso creo...

Cameron Dallas...ese nombre me da dolor de cabeza instantáneamente cuando lo oigo. Ese chico es él rey de todos los chicos de fútbol mas brutos que pueden haber, y por ello se cree el mejor, el es el mas fastidioso de todo el instituto. El coquetea con toda la institución, hasta con las maestras para que le suban la nota, y lo peor es que se la suben!. Siempre en educación física se quita la camisa haciendo ver sus preciosos abdominales, digo! sus abdominales...

Ni el ni yo nos podemos ver en pintura porque nos da un infarto, pero nosotros teníamos un pasado...Pero no les voy a hablar de eso ahora porque no quiero invocar a el demonio mismo.

Cameron ha tenido mas novias que calzoncillos, y todas de derriten por el, hasta Scarlett! pero a mi no me interesa tener novio, soy una mujer independiente que no necesita un hombre para ser ni popular ni feliz.

**

Estaba sola en mi habitación escuchando a todo volumen "Everyday" y haciendo un baile "sexy" frente a mi espejo, pero de pronto entra mi hermano mayor Harry y enseguida hago mis movimientos ninja y me tiro en mi cama como si no hubiera dado un concierto a mi espejo.

— Dove, ya llegó el autobús. —Dijo Harry en la puerta.

— Si si ya voy.— Respondí tratando de ocultar mi respiración agitada del susto.

—Okey...—  cerro la puerta. —Por cierto, lindo baile.— Dijo guiñandome el ojo entre abriendo la puerta y volviéndola a cerrar.

Mierda me descubrió.

Agarre mi morral, baje a tomar mi desayuno y esperé el autobús.
En seguida llegó Scarlett toda emocionada e inquieta.

— Dove!!.— chilló acercándose a mi.

— Hola Scarlett!.— Saludé.

— Te extrañé, tanto tiempo!!.— y me abrazó.

— Pero si nos vimos ayer?.— Dije entre risas.

— Con mas razón!.— rió.

Nos montamos en el autobús que ya había llegado, y nos sentamos al final que era donde había espacio, pero había un pequeño problema, estaba Cameron sentado ahí.

— No puedo sentarme ahí!.— Susurré a Scarlett.

— Por que no?.— Dijo y le hice una seña con mis ojos a donde estaba sentado Cameron.

— Ahh Cameron?.—  y yo torcí los ojos.

— Si.—

— Pero con mas razón todavía tenemos que sentarnos ahí!.— respondió la obsesionada con los atletas.

— Okey pero tu te sientas al lado de el, si?.—Dije.

— Con gusto.— sonrió con cara pervertida.

Nos sentamos y yo me puse del lado de la ventana, Cameron no nos prestaba atención y por supuesto Scarlett babeaba y yo lo único que hacia era evitar tener contacto visual con él, saque mi pintura de labios para retocar, pero de pronto el autobús paso por un hueco e hizo que mi pintura cayera y justamente la pintura fue a los pies de Cameron.

Gracias vida por ayudarme.

Me agache discretamente pero vi que una mano me extendió mi pintura, la agarre y cuando levante la mirada era Cameron, me fui a sentar rápidamente y no le preste atención. El viaje que duro 5 minutos, para mí duró dos horas de agonía. Llegamos y cuando pude tocar tierra me sentí la mujer mas feliz del mundo.

Tenías que ser tú, ¿no?...©    [EDITANDO]    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora