Capitulo Uno.

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C a p i t u l o U n o.

- Todo es mentira- dice bufando la rubia que se sienta detrás de mi

- Estoy de acuerdo. El amor no es real. Es una bobada más en la que cree la gente, como en esa de que existe Dios- habla el emo.

La discusión sigue otro buen rato y yo me pierdo en mis pensamientos. No tengo ningún interés en lo que cuentan. Ya estoy acostumbrado a estas estúpidas clases de literatura, en la que nuestra profesora, como apasionante del género romántico que es, no hace más que mandar a leer libros que sean de este género con la consiguiente discusión después de terminarlo. Esta vez toco Romeo y Julieta. Y la simple pregunta de si en realidad podría existir un amor como ese, ha creado tremenda división de opiniones.

- Creo que el amor si existe. Muchas personas lo tienen. Ahora, si son capaces de hacer y luchar tanto como Romeo y Julieta, es otro tema. Todo depende de lo que puedas llegar a querer a esa persona. Y la verdad, hoy en día, ¿alguien quiere así? La gente cada vez es más egoísta.

En el momento en que comienza a hablar me doy la vuelta para escucharla. Es la única de allí que me interesa. Sé que me he quedado embobado mirándola pues Christian me da un codazo para que aterriza y vuelva al mundo real.

Pienso en lo que dijo y me dan ganas de decirle que se equivoca. Porque yo si sería capaz de lo que sea por ella. Yo si la quiero más de lo que lo Romeo a Julieta. Y mi único egoísmo es el querer tenerla solo para mi. Pero ella no se da cuenta.

Soy solo su amigo. Su mejor amigo, que es aún peor. Nos hemos criado juntos, nuestras madres son amigas desde la infancia, salieron embarazadas casi al mismo tiempo, yo solo nací un mes antes que ella. Y nos han tenido como hermanos desde entonces, o ellas dicen que desde incluso antes. Y eso es lo que más me cabrea. ¿Por qué no mejor ser de estas madres que se encaprichan con que sus hijos salgan juntos? De esas mejores amigas que les hace ilusión que sus hijos se comprometan algún día y se cansen y les den nietos. No. Ellas son de las que quieren que seamos hermanitos. Que yo sea su hermano mayor, aquel que la proteja de los gilipollas que van detrás de ella solo para echarle un buen polvo, que me los conozco yo a todos.

Y es un trabajo que se me da bastante bien. Pues no hay niñato capaz de acercársele si estoy cerca. Y en cuanto alguno se le acerca sin que yo me entere, me encargo de espantarlo en menos de 24 horas. Ella a veces parece harta de mi, pero otras bien que me agradece quitarle uno que otro pesado de encima. Y es que la jodía es guapa de cojones.

Toca el timbre y allí termina la discusión de la que me perdí completamente, en cuanto comienzo a pensar en ella el mundo desaparece para mi. Solo es ella. Y sé que siempre lo será.

Así como siempre me quedaré con este maldito sentimiento por dentro que a veces siento que me asfixia. Como me gustaría tener el valor de decírselo. "Vale*, mi pequeña, mi reina, mi princesa. Mi amor. Te amo". Me río de mi mismo por dentro. ¿Cuándo será el día? Tengo 18 años con este sentimiento por dentro. Y siento que en cualquier momento explotará.

- Oye, aterriza- me grita Valentina zarandeándome.

Yo la miro confuso y me echo atrás por la cercanía, no porque no me gusta, no mientamos, me encanta cuando se me echa encima, sino porque tengo su cara tan cerca de mi que ni la distingo bien.

- ¿Qué pasa? - le pregunto mientras salgo de la clase con ella detrás

- He sacado un siete en mates- dice casi a gritos con alegría, yo solo sonrío, no me hace falta darme la vuelta para saber que esta dando saltitos como una niña

- ¿Y todo gracias a quien?- me detengo delante mi casillero con aires de superioridad y la miro de reojo rodar los ojos con una sonrisa

- No te creas tanto, me ayudaste, pero yo puse mucho de mi parte- me dice orgullosa de sí misma yo suelto una carcajada y la atraigo por la cintura hacia mi, la siento estremecerse, cosa que siempre hace, y me entran unas fuertes ganas de besarla.

Te amo, Cariño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora