Prólogo

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Se que muchos de ustedes tal vez se estén diciendo, "Hey, esta chica está verdaderamente loquita, no existe tal cosa como el hilo dorado del destino, seguro se ha equivocado, quiso decir rojo"
Pues déjenme decirles que no, estoy muy segura de lo que les digo, puede que  fuera solo una niña de 10 años cuando invente toda esa locura con Maddison pero se lo que les digo.

¿Qué pasa? ¿siguen sin comprender? Bien, creo que tendré que volver bastantes años hacia atrás para contarles la historia.

Bien, aquí va...

Todo empezó en la primaria, cuando conocí a Madison Cleveland, mi mejor amiga. Yo era nueva en la escuela primaria de California estaba nerviosa y sin nadie que conociera, creía que iba a desmejorar en medio de ese gigante salón de clases, hasta que ella llegó y se sentó junto a mi a pesar de no saber ni siquiera mi nombre y tener a sus amigas esperando por ella, desde ese momento pensé que por fin iba a saber lo que es tener una amiga, como esas de las películas que te ayudan en cualquier cosa que se te ocurra, incluso nos hicimos a la idea de que como los enamorados tenían un hilo rojo que los unía de por vida y sin importar que estuvieran lejos siempre iban a estar juntos gracias a ese hilo, nosotras dijimos que teníamos el hilo de la amistad, un hilo dorado que unía a los amigos sin importar lo que pasara.

Y todos estos años después, seguimos creyendo lo mismo. Hasta que alguien intentó cortarlo.

Soy Alexandra Stewart y voy a contarles la historia de mi hilo dorado con Madison Cleveland.

El Hilo Dorado del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora