"¡Bienvenido a la ciudad de Astrub, noble aventurero! Si tienes dudas acerca de la ciudad y de sus alrededores, los mercenarios harán lo posible para contestar a tus preguntas. "
Mercenario de AstrubEl tipo que nos encontró en el instante en que llegamos al bibliotemplo era un tal Henry Jones Padre, un arqueólogo que trabajaba para las naciones pero en un mal día metió las manos donde no debía y su cuerpo fue convertido en el de un niño, era como mínimo curioso ver como sermoneaba a su hijo que aparentaba ser mayor.
Sin preguntar nada se llevo a Asae a una especie de hospital en reconstrucción, los aniripsas la trataban con sus extraños matrazes y palabras mientras que estás eran ahogabas por gritos de dolor, puede que seamos reconocidos por ser tolerantes al dolor pero incluso nosotros tenemos un limite, veía entrar y salir de aquella habitación con cada uno que lo entraba a tratarla me encogía en la silla mas y mas en dado punto comenzaron a llegar incluso algunos sadidas.
Pasaron los minutos que poco a poco se convirtieron en horas y sin piedad todo un día paso, el tratamiento no paraba.
Cuando por fin salio se encontraba postrada en una especie de silla con ruedas a los lados mientras una aniripsa la empujaba, me acerque sus ojos parecían cristales del color de la leche, era como si su mente estuviera ausente del cuerpo.-¿Asae?-amarre la bandana en su muñecas y mire a la aniripsa que empujaba la silla.
-La chica estará...-guardo silencio mientras colocaba su mano en mi hombro-estará bien hasta cierto punto, - volvía a respirar - ustedes los Sacrogrito siempre me impresionan tienen una tolerancia al dolor y a las heridas que resulta increíble, esto hubiera matado a cualquier otro.
-Sus ojos...
-Es por las medicinas, muchacho-me abrazo- ella vivirá pero incluso para ustedes el dolor que sentirá la hará sentirse en la fab'gruta misma, estará obligada tomar pociones que duerman sus nervios, es el precio por vivir muchacho.
El precio por vivir, esas palabras a día de hoy resuenan en mi cabeza, según se dice nosotros los discípulos de la diosa Sacrogrito, la fuerza que poseemos nace de nuestros sacrificios, pero eso era mas que un sacrificio era muerte en vida.
El viejo Ditocas, un anutrof con sentido del deber y honor inigualables, el jefe de la ciudad y lider de los mercenarios conocía la reputación de mi madre y en uno de esos momentos de lucidez Asae le explico quienes eramos y nos permitió tener una pequeña casa cerca a la suya para mantenernos bajo vigilancia por la seguridad de la ciudad mas que la nuestra pero el anciano tenia una condición tenia que convertirme en mercenario de la ciudad de Astrub.

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Sangre y odio
FanfictionUn sacrogrito prófugo de su pasado en busca de una redención por lo actos de su familia para ello luchara contra las peores criaturas del mundo de los 12... No es un héroe ni lo sera, es solo un fugitivo de si mismo.