Capítulo I

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¡Hola! Me llamo Tania Tomlinson, ¿os sonará el apellido, no? One Direction, Louis Tomlinson... De algo os sonará, no me engañéis. Bueno, os preguntaréis... ¿Eres su hermana o algún familiar, o sólo tienes su mismo apellido...? Pues, precisamente, soy su hermana, y os preguntaréis: ¿Cómo? Louis no ha dicho nada; ¿Entonces, por qué no eres conocida?; y más y más preguntas, o simplemente, ni se lo creerán... Pero una cosa es segura: mi ADN no miente, así que no me desmientan u os lanzaré un poco de sangre Tomlinson.

Bueno, os contaré mi historia, el por qué estoy ocultada de la sociedad ante mi hermano y por qué acabaré yendo a un internado en otro país, diréis: ¿¡Pero eso no es pasarse!? Y diré que no, porque hay cada fanática loca y me pueden descubrir.

A lo que iba, yo era una chica que tenía una vida completamente normal, sin nada fuera de lo común... Hasta que mi hermano se alistó en The X Factor y fue ganando fama; no le di mucha importancia, hasta que llegó a ganar. Después se hizo un famoso vocalista en One Direction, y yo tras ver como crecían tan rápidamente sus fans y haters, decidí que me alistaran cuando antes en un internado, ¿por qué un internado? Pues al ser menor de edad, no puedo mantener una casa. Pero, por supuesto, sin llegar a decir quién es mi hermano, no quiero llegar a ser famosa por mi hermano, y mucho menos por nadie; pero para evitar riesgos, quise irme a otro país, ¿cómo la elegí?, pues tenía que ser un país que hablara inglés, pues al ser de Reino Unido, esa es mi lengua natal, pues elegí nada más y nada menos que Los Ángeles, California. Así que decicí llamar a mi mejor amiga, Hana; ella odiaba a sus padres, a los dieciocho años quería irse de allí de inmediato, pensamos las dos hasta nuestro futuro juntas: A los dieciocho años, iríamos a Francia a perseguir nuestros sueños, teníamos todo pensado, pero gracias a mi hermano no podría cumplirse... No al menos desde donde estábamos ahora, así que marqué su número de móvil:

—¿Aló? —contestó ella a los tres tonos.

—Tania al habla —reí levemente— Bueno, tú ya sabes lo de mi hermano ¿no? Tengo una solución, pero no sé si te va a gustar...

—Sí, ¿cuál es?—contesto ella con intriga.

—Bueno, pues ya lo tengo todo pensado y confirmado con mis padres —hago una breve pausa y me muerdo el labio— Me quiero ir a Los Ángeles, California, a un internado... Ya sé a cual podemos ir y todo, y bueno... Tú, como sé lo tuyo con tus padres... Pensé si querrías venir, mis padres lo pagarían todo, además, se quedarían más tranquilos si vas tú, ya sabes... Por la fuerza y eso... —reí levemente; soy una debilucha, no es que tenga mucha fuerza que digamos... Y ella ha hecho judo y todo, fuerza le sobra para ser una chica.

—¿Los Ángeles? Bueno, dónde sea, ¡aceeepto! —gritó, tuve que apartarme del móvil, casi me deja sin tímpano.

—¡Hana, baja la voz, niñata! —se oyó de fondo; por su voz grave, supongo que era su padre.

—¡Lo siento! —le contestó con un tono levemente animado, se notaba que le había hecho feliz la noticia; por cierto, ¿os lo he dicho? Ella es completamente lo contrario a mí: no sonríe, mientras que yo me paso el día haciéndolo; viste siempre de colores oscuros, mientras que yo de claros; ya lo iréis viendo— Bueno, y... ¿Cuándo nos vamos? —preguntó sin poder esconder su felicidad.

—El viernes. El jueves ven a mi casa a la hora del almuerzo con las maletas hechas, te quedas a dormir para que el viernes podamos salir a primera hora, y que llegues al aeropuerto a tiempo... —reí, no tenía ni una pizca de orientación.

—¡No te metas con mi pésima orientación! —se rió igualmente— Bueno, entonces estaré allí a la una y media, ¿esa hora está bien? —preguntó.

—Sí, a esa hora está bien. Hasta luego —no me despedí, seguramente luego hablaríamos por mensaje.

—Hasta luego —me contestó y colgué.

Bajé las escaleras dando saltitos de alegría, me asomé por el umbral de la cocina y divisé a mis padres, sonreí y fui hacia ellos. Les dije que Hana iría sin poder ocultar mi felicidad, ellos se alegraron notablemente también. Cuando terminé de contarles, volví a subir a mi habitación corriendo y puse música a todo volumen para así empaquetar mis cosas alegremente mientras bailaba, amaba bailar...

—¡Tania, baja el volumen de la música! —me gritó Louis desde el piso de abajo; dejé de empaquetar para bajar el volumen de la música.

—¡Lo siento! —le grité de vuelta, aunque, si no me gritaba no me hubiera enterado... La verdad es que sí que la tenía un poco alta— ¿Así?

—Sí, perfecto. Por cierto, voy a salir un rato, si vas a salir llámame, ¿okay?

—¡Okaaay! —le contesté alegremente.

Entonces, de cotilla, asomé la cabeza por las escaleras para ver con quién o quiénes iba a salir, y cómo no, iba con sus amigos/componentes de grupo. Me senté en el último escalón de las escaleras y suspiré; gracias a ese grupito tenía que dejar la vida tal y como la conocía... Volví a suspirar y decidí subir a mi habitación para seguir empaquetando.

Al terminar de empaquetar lo que no me era necesario hasta el viernes, me tiré en la cama y cogí mi móvil de la mesita de noche que tenía a mi lado, lo desbloqueé para mirar qué hora era, eran las seis de la tarde nada más... Suspiré, no tenía nada más que hacer, me aburría, así que decidí informarme sobre todo el rollo del internado al que iba a ir.

Me levanté y encendí el portátil de mi escritorio, me puse informé sobre las normas y todo eso... Cuando de terminé de mirar todo lo necesario, entre otras cosas, volví a mirar mi móvil, ¿¡ya eran las nueve!? Qué rápido pasa el tiempo... Apagué el portátil y me volví a tirar en la cama, mi amada cama... Ojalá me pudiera casar con ella, lo que tenía con ella sí que era amor verdadero Como todas la noches que te pones a pensar en todo antes de dormir, me puse a pensar en cómo sería mi vida en ese internado, y como siempre, sin darme cuenta, me quedé dormida.

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¡Holi holi!

Esta novela es originalmente mía, sale de mi pequeña y loca cabezita, así que por favor, si quieres adaptarla/copiarla, consúltame primero, gracias ^u^

The boarding school (Cameron Boyce) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora