Al otro día, aunque estaba lleno de benditas en la cara, el Uzumaki charlaba animadamente con sus amigos; hasta que sasuke entró por la puerta y dejó de oír todo a su alrededor. Lo miró atentamente hasta que se sentó y entonces cerró los ojos y asintió varias veces, recordándose el plan.
Tomó una profunda respiración, estaba dispuesto a invitarlo a la charla apenas cruzaran miradas pero pasaron los minutos y... nunca llegó la mirada que comenzaría todo.
La indiferencia de Sasuke lo saludó, y su mundo volvió a ponerse al revés.
Le pegó al asiento de kiba como era de costumbre y después de maldecir, se incorporó.
-¿Vas por otra paliza Naruto? –lo molestaron, pero luego todos se quedaron en silencio analizando como él respiraba iracundo.-Diablos... -se enserió alguno.-¿en serio vas por segundo round?
-Naruto. –le agarró la muñeca y lo detuvo. Por Dios que no quería meterse, pero por el bien de su compañero, Shikamaru debía decir algo que le hiciera entrar en razón.-Él no te está haciendo nada colega.
-Lo sé maldición.-con más rabia por oír eso que por la indiferencia de sasuke, se soltó de un tirón.-Yo voy por un beso, te juro que si se prende dejaré que me mate a golpes.
-¿En serio? –preguntó incrédulo. Todos tenían la misma cara de incredulidad, imaginando que estaba ironizando, a pesar de que "ir por un beso" entre varones ya se refería a la ironía de ir por la reconciliación. - ¿vas por la paz?
-Así es.-sonrió y siguió caminando con la mirada atónita de todos sus amigos encima. Antes de llegar a Sasuke, se detuvo, respiró, y puso ambas manos sobre sus hombros... con calma.
-¿qué quieres? –preguntó sasuke al instante que sintió esas manos en sus hombros, sabiendo de antemano que solo había una persona en mundo con el suficiente atrevimiento. Se quitó los audífonos y lo primero que oyó del mundo real fue la fuerte inhalación de Naruto, para luego sentir el aire de su resoplido en el cuello.
¿Qué demonios estaba haciendo ese loco?
Alarmado, Sasuke giró la cabeza para comprobar que... efectivamente el Uzumaki rubio de mirada agresiva y bigotes tatuados, con el que se había peleado el día anterior, lo estaba... olfateando.
-Lo que dijiste ayer...-dijo después de un rato.-¿Es verdad o era para salir por la puerta como el mártir?
-...-Sasuke agachó el rostro. Miró el pupitre rayado con obscenidades de todo tipo y se arrepintió de lo que diría antes de hacerlo, aunque igual lo hizo.-¿Qué te importa?
Pudo haberlo aceptado y ya, siempre acomodando sus palabras a su favor, pero no, había decidido acomodarlo de forma en que lo mantuviera a él allí... unos segundos más.
-Pues me importa, ves.-el uzumaki quitó las manos y se inclinó sobre él nuevamente.-Apestas... ¿Lo sabías Uchiha?
-Ah ¿sí? –el uchiha ladeó el rostro, mirando ese rostro lleno de benditas que había aparecido al lado de su cara.-¿A qué apesto? –preguntó con prepotencia, seguro de que era la persona más limpia de esa galaxia.
-... No lo sé, déjame descubrirlo. –acercó su nariz a la nuca del uchiha nuevamente y no pudo evitar olfatear como persona que entra a un restaurante con mucha hambre, y exhalar el aire con ese sonidito de placer porque huele delicioso.-Ahm...
-Buenos días estudiant-¡NARUTO!
-YAAAA... -levantó las manos como si le apuntaran.- sí sí, me voy a mi lugar.