Capítulo 7

772 72 3
                                    

DISCLAIMER: Los personajes que aparecen en esta historia pertenecen a Naoko Takeuchi y su obra Sailor Moon, sólo los tomo prestados para crearla.

Queda prohibido editar, reproducir o publicar total o parcialmente esta historia en cualquier blog, página, grupo o plataforma sin mi consentimiento expreso.

Estimado lector: Agradezco infinitamente que te guste la historia y que desees compartirla con otras personas, pero la mejor forma de apoyar mi trabajo y respetar el esfuerzo y dedicación puestos en cada una de mis historias es colgar el link a la misma, ya sea en tu fanpage, grupo u otro medio que manejes.

NO LA COPIES O DISTRIBUYAS SIN AUTORIZACIÓN. NO PLAGIES NI APOYES EL PLAGIO.

.

Capítulo 7

.

"Tal vez lo nuestro era conocernos... pero no estar juntos."

Habían pasado unos pocos días desde que Selene partió hacia Italia. Apenas había podido saludarla cuando llamó hace dos noches para informar que volvería el lunes por la tarde. Habían pasado sólo unos cuantos días pero la extrañaba como si fueran años sin verla y el recuerdo de su pequeña despedida y toda la esperanza que significaba ese "Tal vez" le daban la paz que necesitaba. Ese día Darien llegó más temprano al hospital, quería terminar su guardia pronto para salir temprano y poder ir por Selene al aeropuerto. Su turno se pasó bastante rápido, se sentía feliz y contento de poder volver a ver a su pelinegra, y así atendió a sus pacientes. Tomó el teléfono y se comunicó con su secretaria.

—Beryl, ¿tenemos más citas?

—No doctor Chiba, la señora Kido era la última de esta tarde.

—Muy bien, gracias.

Darien se levantó del sillón y se quitó la bata blanca. Fue al cuarto de baño y se lavó la cara. Miró en su mano el anillo que representaba su unión con Minako y se lo quitó. Últimamente estaba pensando en serio el asunto del divorcio, quería ser un hombre libre para poder amar a Selene. No quería volver a cometer el error de renunciar al amor, porque eso era Selene para él, el amor, la oportunidad de rehacer su vida y poder ser feliz, esa felicidad que había dejado atrás por ayudar a Minako y a su familia; y esperaba que ella no se interpusiera en sus planes.

La noticia de la inocencia y liberación de Serena lo había sorprendido y también se sentía culpable de no haberle creído, pero no cambiaba lo que sentía ahora. Sí, él la había amado con locura, y hasta hace poco podía decir que la seguía amando, hace unos meses atrás habría volado inmediatamente a Italia a buscarla y pedirle que lo perdonara por todo lo que le había hecho, pero las cosas habían cambiado, él había cambiado.

Selene se encargó de poco a poco ir borrando la huella del amor que sentía por Serena, convirtiéndola en un recuerdo. Y ahora que sabía que era inocente, ese recuerdo volvía a ser dulce. Por eso la quería encontrar, en el nombre de ese recuerdo quería pedirle perdón y cerrar ese capítulo en su vida para poder ser feliz con su nuevo amor.

Lo único que lo tenía triste era Rini. Serena probablemente la querría recuperar, aunque hacía tres meses que salió de prisión y aún no daba señales de vida. Pero si ella quería estar con su hija no se lo iba a impedir, le dolería muchísimo perder a Rini, pero no quería seguir provocándole daño a Serena injustamente, ya ella había sufrido demasiado, y él sólo quería compensarle lo que había pasado, darle a ella y a Rini una ayuda económica, algo así como una pensión, para que pudieran vivir tranquilas y recuperar el tiempo perdido, estaba seguro de que en algún momento Serena también podría rehacer su vida con un hombre que la amara como ni él ni su hermano supieron hacerlo. Estaba a punto de salir cuando lo llamaron de emergencia a atender a unos heridos de gravedad en un accidente.

Amores imposibles 1: Todo por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora