Los hombres de mi vida

Capítulo 3

DISCLAIMER: Los personajes que aparecen en esta historia pertenecen a Naoko Takeuchi y su obra Sailor Moon, sólo los tomo prestados para crearla.

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LOS HOMBRES DE MI VIDA

CAPÍTULO 3: ME CAMBIASTE LA VIDA

— Serena, tu padre está al teléfono... otra vez.

— Dile que no estoy.

— Eso se lo dije ayer cuando llamó.

— Pues díselo otra vez.

— No puedes "no estar" cada vez que tu padre te llama Serena.

— ¿Y por qué no?

— Serena... es tu padre, no puedes huir de él toda la vida. — Silencio — Kenji, lo siento pero...

— No quiere hablar conmigo, ¿cierto?

— Así es... pero no te preocupes, es sólo una etapa, ya se le pasará.

— Gracias Ikuko, dile que llamaré mañana.

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Después de la boda de papá con Beryl entré en una estúpida etapa de rebeldía. En realidad no podía decir que la nueva esposa de mi padre me hiciera cosa alguna o se portara de mala forma conmigo, sencillamente ni siquiera le había dado la oportunidad ni a ella ni a mi nuevo hermano de ser parte de mi vida, pero los culpaba a ellos de mi inexistente relación con mi padre.

Así que hice lo que cualquier adolescente estúpido haría, volverme una rebelde sin causa. Mi pobre madre era la que sufría de mis desplantes, por aquellos días era difícil ponerme límites y la única persona que pocas veces me hacía entrar en razón era mi amiga Rei, quien se convirtió en la odiosa voz de mi conciencia, mi Pepe Grillo que me atormentaba con su "Es una terrible idea Serena" cada vez que estaba a punto de meterme en algún problema.

Y las cosas siguieron de esa forma durante los siguientes meses hasta que llegué a mi cumpleaños # 15. En ese momento mamá tuvo que tomar una decisión. La herencia del abuelo Mamo se perdería si no la reclamábamos antes de mis dieciséis y aún ella no se atrevía a llevarle la contraria a Kenji —sí, por ese tiempo mi padre se había convertido en simplemente Kenji para mí y aún no llegaba a conocer a mi hermano Sami—. Quizás su desesperación por sacarme del colegio y llevarme a otro ambiente, buscando con ello que dejara mi etapa de rebeldía, fue lo que la convenció de aceptar la herencia y con ello enviarme a una especie de internado, donde sólo salía los fines de semana para visitarla.

Siendo muy realistas el separarme de las malas amistades, con excepción de Rei claro, había resultado de cierta manera. El conocer un nuevo ambiente y nuevos compañeros me hizo ver las cosas desde otra perspectiva, algo que comencé a llamar "la perspectiva Mamo". La situación me recordaba a sus historias, no sólo porque era su dinero el que me estaba dando una buena educación, sino porque podía verlo a él en ese lugar, siendo un compañero de escuela. Podía ver al abuelo Mamo en él... en quien se convertiría en mi verdadero primer amor y a quien le debía los años más felices de mi vida hasta ese momento.