Crónica 3

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No hace mucho ni muy poco te miré por primera vez, yo tenía 10 años y tú 16, sabía que te gustaba mí prima pues a veces la solías visitar. Pero dejaste de hacerlo y jamás te volví a ver...hasta hoy. 
Debo decir que no quería salir de aquella casa pero tenía que acompañarla, pues nunca me ha gustado dejarla sola, así que me atreví y salí con ella.
El día estaba nublado, pero jamás pensé que este día me agradaría mucho. Ella reía conmigo mientras  me comentaba algunos pensamientos que suelo guardar y analizar en mi memoria después.
Sin embargo, estábamos ahí, en el momento menos indicado y en lugar menos esperado. Ella te saludó, ibas tan rápido en la bicicleta que ni siquiera sabía quién rayos eras.  Pero hiciste  un giro en plena calle, y te regresaste. Cuándo lo hiciste, juro que en ese momento sentí un clic. Como en las películas románticas de Hollywood, donde Jim Preston se enamora perdidamente de Aurora Lane en la película de Passengers. 
Bueno, se sabe que no es tan romántica, porque es combinada con ciencia ficción, pero que va! , juro que sentí esa chispa, como cuando quieres prender fuego y no tienes un encendedor y no te queda más remedio que usar un par de rocas, y hojas secas para que tengas una caliente fogata. Sentí, por primera vez el fervor en mi corazón, y me puse en un estado nervioso, donde suelo sonreír hasta por la nariz.
La saludaste, ella te abrazó cariñosamente, sonreías , pero tomaste aire y  le dijiste que te irías hoy y que no sabías cuando regresarías. Ella te soltó, y le dió nostalgia como a mí, saber de tú partida.
Me dijiste que yo era familiar de aquella chica, yo solo afirmaba lo que era cierto.
He hiciste eso, que tanto me encanta de una persona,  que me hipnotiza tanto, hasta llegaste   a ser parte de mi infatuación, tan rápidamente que enserio jamás pensé que sucedería así.
Mis sentidos dieron un giro tan radical, que el viento siempre siendo mí cómplice se  llevó esas sensaciones.
Te quedaste más tiempo de lo qué yo imaginaba, pero nos teníamos que ir y entonces nos dijiste un adiós. Me despedí de la manera más natural que pude, pero tú me diste un beso en la mejilla, que insensato fuiste ahora que lo pienso, pero debo admitir que me  encantó. 
Nos fuimos, pero mientras caminaba  no voltee a verte porque sé que regresarás, no por mí, eso esta sobremeditado pero regresarás a tus orígenes donde, yo te ví por última vez, con esa forma tan noble y esa alma rota por los años.
Llegué a casa hecha pedazos, aún no sé porque, si apenas te conozco.
A pesar de eso,  te deseo mucha suerte marino <3

Sentir, mirar y escribir...Where stories live. Discover now