Luego de salir de clases, Daine y Michelle pasaron el resto del día platicando. Daine era muy reservada por lo que solo le decía a Michelle lo básico.
Ambas se despidieron y fueron a sus respectivos hogares. Daine quiso tener más tiempo de pensar antes de llegar a su casa, por lo que se quedó en una biblioteca cerca de su localidad, buscó un libro para leer y se pasó ahí un buen rato.
Mientras estaba leyendo escuchó un golpe en seco, que parecía provenir del otro pasillo. Daine quiso saber de que se trataba, por lo que fue a averiguar, al llegar al lugar, el pasillo se encontraba completamente solo, le pareció un poco tétrico, pero aún así sentía que alguien la estaba observando, esa extraña presencia hizo que se le erizara la piel.—¿Quién está ahí?— preguntó levantando la voz para que se escuchara. Pero nadie respondió. Ella caminó al final del pasillo para ver si alguien se encontraba al otro lado, pero al llegar no vio nada. Cuando caminó hacia la recepción tampoco había nadie, luego fue a buscar su mochila, pero al tomarla escuchó algo en el suelo, le parecía un metal. Cuando se dió la vuelta, una cadena estaba a sus pies, se inclinó para tomarla, ésta tenía un crucifijo , le pareció que era de plata. También se encontraba una nota que decía: "Aunque no me veas estoy contigo".
Le pareció muy extraña esa nota, entonces continuó viendo por el pasillo, pero no vio nada. De pronto comenzó a escuchar pequeños golpes en el piso, le parecieron pasos, entones se aproximó sigilosamente hacía la recepción, que era de donde provenían, se detuvo al llegar a la repisa que contenía libros, ya no escuchaba aquellos pasos, entonces quiso espiar por la esquina de la repisa.—¡Aghgggh! —gritó del susto.
—¿Qué haces aquí? —preguntó la recepcionista, que era joven, delgada, alta, de cabello rizado negro.
—Estaba leyendo un libro y luego sentí que había alguien más, pero no se encontraba nadie...
—Ya cerramos —la interrumpió.
—¿en serio? Perdón, no lo sabía. No ví la hora, el tiempo se me fue muy rápido. —se disculpó.
—¿Te agradecería que te marcharas, ya voy a cerrar y no creo que quieras permanecer aquí encerrada? —pregunto en tono burlón.
—No, gracias. Voy a recoger mis cosas.— inquirió mientras se dirigía a su mesa a tomar su mochila, entonces vio la medalla sobre su mochila, las tomó y luego se fijo en la nota que estaba en el suelo, se agachó para tomarla mientras la volvía a leer para encontrar una respuesta de quién pudo dejarle eso.
—¿Estas bien? —preguntó la recepcionista a sus espaldas.
—Si, —pego un brindo mientras escondía la nota en su mano para luego guardarla en el bolsillo izquierdo de su pantalón. —ya me voy— dijo mientras se dirigía a la salida.
Camino a su casa no dejaba de ver aquella medalla y de leer una y otra vez la nota. Entonces observó a su alrededor para ver quién estaba cerca, pero ya era tarde por lo que no habían muchas personas cerca de ella. Mientras cruzaba la calle, estaba leyendo aquella nota, por lo que no se dio cuenta de un automóvil que se dirigía a ella. Éste tocó la bocina, ella le miró, pero se quedó paralizada en medio del camino, estaba en shock, esperando que la arrollara; cerró sus ojos pensando en su madre y en que sería la ultima vez que la vería, sin haberle dicho antes que la quería y que lamentaba el haberle dado tantas preocupaciones. De pronto sintió un fuerte golpe contra el pavimento, le dolía la cabeza y su brazo derecho. Abrió los ojos, pero estaba mareada y desubicada, veía borroso, alcanzó a observar una silueta masculina sobre ella, pero no logró distinguir quien era. Luego todo se puso oscuro, escuchó de lejos las sirenas de ambulancia y una dulce voz le susurro:
"Vas a estar bien, no voy a permitir que nada te pase".
hasta que se desmayó en el suelo.
Abrió los ojos y estaba en un cuarto de color blanco, había una camilla al lado de la cama donde ella estaba, trató de levantarse, pero el dolor el su cabeza se lo impidió.
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My Dark Angel
FantasyUna chica nueva en la universidad. Un chico que esconde un secreto. Un amor condenado.