Escrito por: I'm Free, Like a Bird.
Género: Drama.
Contenido adulto: No.
Advertencia: La mini-historia es un final alternativo hecho por mí.
Había pasado un año de aquel incidente que por suerte no lo había matado...
O eso se dice con tal de obtener un poco de reconfortación por su nueva discapacidad, a la cual no se había adaptado aún.
Si tan solo no hubieran aparecido esos estadounidenses quizás él podría ver el atardecer a las siete veintiséis pm o el amanecer a las seis en Punto como solía hacer antes.
Y hasta quizás ver a Nine.
Y quizás acercarse un poco más a lo que él merece.
Pero no.
Esa bala mala le costó la vista.
La perdió. Para siempre.
Si él hubiera sabido podría haberse corrido y salvar su vista pero no se había dado cuenta.
Ni por un segundo.
Y si bien era tarde para lamentos, era una de las pocas cosas que le quedaban.
¿Lisa? No, ella no le quedaba. Se rió en su cara cuando le pidió ayuda para conquistar a Nine y desde entonces no la volvió a ver, bueno, a contar con su presencia.
¿Nine? Bueno, sí, aún estaba con él pero el azabache no podía casi mirarlo; no soportaba la idea de verlo ciego. Aún no había superado aquel incidente.
Triste, ¿Verdad? Pero...
¿Acaso tenía algo más? La respuesta es sí.
Un piano y un perro eran sus compañeros, bueno, ellos y la oscuridad.
Ellos lo acompañaban cuando lloraba porque no veía nada, sentía que podía ser invencible mientras lo tocaba y cantaba con su perro.
Uno aullaba y el otro... También.
Pero había una sola canción que se sabía, eso era lo peor de todo.
Aunque era una muy bella canción por lo que no le parecía lo peor de todo.
Hallelujah, esa era la canción. Y vaya que la consideraba hermosa.
Cada noche que no podía dormir, que se sentía mal, que pensaba que se encontraba solo tocaba esa canción.
Y automáticamente iba su perro con él.
Y automáticamente Nine se escondía a escucharlo.
Porque si algo sabía hacer aquel muchacho ciego, era tocar el piano de una manera espectacular.
Pero esa noche algo andaba mal, quizás porque se encontraba llorando o porque si bien estaba llorando no estaba tocando el piano.
O quizás porque sentía como moría por dentro.
O quizás porque ese día dejó de tocar.
¿Razón? Probablemente la pérdida de su perro.
Pérdida porque la puerta quedó abierta y él salió, perdiéndose.
Puesto a que si antes se sentía solo, ahora se sentía así pero el cuádruple.
Así que, al sentir que Nine dormía, se paró.
Caminó y caminó, siendo tal que terminó en la terraza.
Y si combinamos un ciego con una terraza sabemos que nada bueno puede salir de eso, bueno, no siempre.
Se sentó en el borde y cerró los ojos, como solía hacer antes.
Sentía la brisa chocar contra su cabello haciéndolo moverse.
Por primera vez pudo sentir como si no fuera ciego, como si fuera una persona libre y como si su perro no se hubiera perdido.
Qué ironía. ¿La sienten?
Y volvió a abrir los ojos y se sintió un idiota, y lo único que sucedió es que sus ojos se humedecieron nuevamente mientras bajaba la cabeza.
Ciego de nuevo. Infeliz otra vez.
- Sé lo que piensas. - dijo Nine de repente, que no sé sabe de dónde salió. - Si estás vivo es porque se quiso así. Agradece, otros no tuvieron esa suerte. -
-No quiero vivir teniendo que agradecer algo que no quiero agradecer solo porque otro no lo tiene. Porque sé que aunque otros tengan algo peor que lo mío no quita que yo tenga algo y que me duela tenerlo. - respondió con coherencia.
Y se acostó en el suelo, aún teniendo sus piernas colgando.
El azabache se sentó a su lado, casi imitando su postura.
-Tienes razón. Lo siento. - Se disculpó.
El castaño hizo un ademán, solo por el hecho que no necesitaba que él pida perdón.
No necesitaba que nadie le pida pero porque eso no iba a cambiar nada de lo que él sintiera o le estuviese pasando.
Así que para no ser más negativo solo cerró nuevamente sus ojos.
Solo porque no tenía nada que decir.
Aunque la parte más sorprendente fue cuando su sueño se cumplió y despertó junto a Nine.
Dormidos en una cama cuando él en realidad no recuerda eso.
Lo miró, pacifico, como siempre.
Y otra vez sus sentimientos florecieron y rápidamente él se apartó o terminaría besándolo.
Se paró de allí, caminando hacia el piano porque si algo podía hacer era tocar su canción.
Porque aunque se sintiera mal, no podía sentirse mal de por vida.
Y además recordaba que a su perro le gustaba que tocara el piano, así que sería por él.
Su cabeza apuntaba a la nada mientras unas suaves notas sonaban.
Una melodía espectacular digna de admirar.
Tomó aire y paró de golpe.
Se giró.
- Sé que estás ahí. Estoy ciego pero no soy tonto. -
Y sintió unas manos agarrando su rostro.
Y cerró los ojos, porque eso fue algo instintivo.
Sonrió luego de tanto tiempo pareciendo que esa piel pálida se volvía a su color natural.
Y recibió un beso en la frente.
Y recibió una lamida.
Y sintió que veía de nuevo.
Y se abalanzó y lo besó porque fue lo que sintió en el momento.
Y no sé arrepintió de nada ni lamentaba nada porque estaba feliz.
Había podido contenerse muchas veces y la libertad que sentía no iba a permitirle guardarse algo.
Y desde aquel día en adelante haría todo lo sintiera porque no tenía nada que perder.
O quizás tenía pero no sentía que tuviera.
Pero si que sentía que tenía todo, porque Nine era su mundo y si lo tenía a él, tenía todo lo que podría tener.
Muy cursi pero muy cierto.
Y al final su día terminó tocando el piano apoyado sobre su amor.
Con un perro aullando y dándole su compañía.
Y con la brisa que podía llegar gracias a la ventana.
(Les dejo la version en piano)
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One Shots - Nine & Twelve - Zankyou No Terror
RandomHola, Les presentó unos one shots que iré escribiendo de dos personajes que no tienen muchos fics pero vi el anime ( Zankyou No Terror - Terror in Tokyo - Terror in Resonance ) y me pareció que quedarían hermosos juntos. Así que como no hay muchos o...