Stay Away : Broken Feelings 1 Libro

PRÓLOGO

Harold Lessin / Herman Tømmeraas

Mi cuerpo desnudo toca lo frío del suelo.

La mirada está en el reflejo del espejo, no soy capaz de reconocerme, tengo el cabello totalmente enmarañado y algunas cortaduras en los brazos, a penas y puedo cubrirme el desnudo.

¿ Que me ha pasado?. Esto no debió sucederme, no cabe duda, que las cosas pasan cuando menos te lo esperas.

Un grito ahogado sale de mis labios inundando toda la habitación, las lágrimas me traicionan y pronto puedo percibir su sabor en mis labios, tomo la sábana cubriéndome por completo.

¡ NO !. Grito desde lo más profundo de mi ser... Intentando borrar las imágenes que se quedaron grabadas en mi mente. Me acerco al espejo... Si, ésa soy yo.

De nuevo los gritos, lanzo y pataleo todo lo que está a mi paso, tratando de así sacar toda ésta furia que de a un minuto me carcome la piel. Ya no soy capaz de guardarme el llanto, cada vez que mi boca se abre el remordimiento se apodera de mí.

Solo estoy atemorizada.

Nuevamente al espejo... Las marcas de sus labios están por toda mi piel, aún puedo sentir su respiración paseándose como por un sendero, sus dedos recorriendo mi cuerpo. No digo una palabra más, lentamente me arrodillo manteniendo la vista fija en el reflejo, la debilidad se presenta al verme llorar otra vez, cubro mis labios ocultando los sollozos... Me repito la palabra, no lloraré.

De pronto la puerta de la habitación se abre, dando ala vista a la única persona en quien aún puedo confiar, su corazón se destruye al verme sin vestiduras, con temor se acerca hasta a mí y como si yo me tratara de un cristal frágil, me carga con cuidado entre sus brazos y con lentitud deja caer mi cuerpo en la cama. Una lágrima resbala por su mejilla.

- ¿ Quien te ha echo esto?.- Su voz se quiebra ala mitad de la frase. De pronto se encuentra igual o peor que yo.

No me toques. Fue solo una voz en mi cabeza, pero lo seguí repitiendo al ver que acercaba su pulgar hacía mi mejilla... No me toques por favor... No me toques.

Si lees esto Harold Lessin, no pidas disculpas, quiero decir... Fuiste mi cuchilla y me lastimaste, pero solo pasa de página... Saldré de nuevo. Te recordaré, por qué eres como las lágrimas que trago.