Little sun

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El día se hizo eterno. Todo nublado y sombrío. Excepto la hora en la que no vino el profe y pareció salir el sol.

Había sido un día bastante raro. No ví a Charlie en ningún momento, parecía esconderse de la lluvia...

Justo sonó el timbre para irnos a casa. Todo el mundo salió super rápido porque sus familiares habían venido a por ellos. Yo también me disponia a salir, pero al mirar a un lado de donde iba toda la gente, en la lejanía del pasillo vi una silueta dibujada. Me era muy parecido a Charlie, así que decidí ir a ver que le pasaba a la nube de su cabeza.

—Hola -dije en forma de suspiro.

Aquello pareció sobresaltar a Charlie que ahora me miraba de forma asustada.

—¿ Qué te ocurre Charlie? ¿ Te veo algo apagado?

¿Como se me ocurría hacerle esas preguntas? En esos momentos no tenía la cabeza en su sitio, la hermosa sonrisa de Charlie se había desvanecido por completo.

De un momento a otro no se me ocurrió nada mejor que abrazarlo, sin pedirle consentimiento ni nada. Era realmente achuchable...

Me solté y empecé a enrrojecer.

—Esto... emm... lo... lo siento... no debería...

—No pasa nada Meg, gracias.

—¿Porque te has quedado aquí y no sales  para irte a casa?—Me estaba empezando a poner más nerviosa aún y al final se iba a pensar que era una preguntona.

—... no vienen a recogerme y sé que puedo quedarme aquí hasta que llueva menos.

—Creo que esa es la peor idea que he oído hoy. Mi madre viene a recogerme, ¿ porque no te vienes?

Charlie me miró con cara rara, pero al final aceptó y me vi saliendo del insti con él, tapandonos la lluvia con su chaqueta para llegar al coche.

Cuando mamá me vió llegar creo que su cabeza estaba llena de preguntas, pero se las guardó para cuando llegasemos a casa dispararlas todas.

—Hola Meghan, rápido subid al coche o os resfriaréis.—dijo mamá fiandose de mi como raramente hacía.

El trayecto fue silencioso. Charlie y yo nos dirijiamos alguna mirada fugada para que mamá no se diera cuenta. No le gustaba que tubiera 'cosas' como ella dice. Me asusté cuando mamá habló de repente.

—¿Donde vive tu amigo?—dijo mamá sin saber el nombre de Charlie.

—Vivo en la siguiente calle—dijo Charlie educadamente.

Se notaba la tensión en el aire. Mamá paró el coche justo delante de la casa que Charlie le había señalado. Él se desabrochó y sin darme cuenta me acarició la mano y aquello  me hizo sonrrojarme un poco pero no podía ya que mamá me descubriría y aquello no sería bueno para mí.

Charlie bajó del coche y se fue a su casa para refugiarse de la lluvia.

Me sentía realmente confusa y sonrrojada. Pero mamá estaba al acecho y no tardaría mucho en atravesarme con sus preguntas.

—¿Quién era tu amigo?

—Se llama Charlie y no es mi amigo, solo nos conocemos porque va a mi clase.

Mamá no estaba muy convencida pero dejó estar el tema y al fin llegamos a casa.

La Felicidad En Tus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora