El profe llegó por fin, después de lo que pareció ser una eternidad con todas las miradas posadas en nosotros.
No presté mucha atención en clase. Después de lo ocurrido no había nadie que pudiese hacerlo. Sentía todas las miradas pegadas a mi y a Charlie, sentado allá en la otra punta de la clase.
*Narra Charlie*
Cuando la vi en el pasillo, sola y distanciada, pensé que tal vez necesitaba mi ayuda, así que la saludé. Al rato ella me contestó, como si realmente le ocurriera algo. Nuestros ojos chocaron y aquello fue mágico. Se atraían como imanes. No podíamos despegarlos. Sus preciosos ojos verdes me atraparon. No había nada más hasta que llegaron todos y aquel momento se acabó.
Todos reían y aquello no era bueno. Miré a Meghan y la vi con la vista escondida y bastante afectada por la situación. Yo también lo estaba. Por una parte, por lo ocurrido, por otra, ver que la hermosa sonrisa y los brillantes ojos de Meghan habían desaparecido. Aquello me partía el corazón.
¿Cómo podía el mundo ser tan cruel en momentos sinceramente preciosos y realmente algo vergonzosos?
La gente no piensa. ¿Y si ese hubiera sido su "gran momento"? ¿Hubiesen echo algo igual entonces?
Son fastidia momentos, no por haber echo algo material, sino por las risas. Las palabras no hacían falta, aquellas risas traspasaban la raya y nos llegaron al corazón partiéndolo en pedazos.
*Narra Meghan*
La clase pasó y por suerte quedaban menos clases para el patio, pero con una clase menos para el patio, pero con una clase ya había tenido bastante "acción" por hoy.
Nada más tocó el timbre salí la primera y muy rápidamente. No quería que me viese nadie y...
¿Qué mejor sitio para esconderse que el baño?
Al entrar en el baño, por suerte no había nadie, así que avancé y me escondí en uno de ellos. Al cabo de un minuto más o menos, oí a alguien entrar.
Me asomé un poco para ver quienes eran, pero con cuidado de no ser descubierta. Eran dos chicas, creo que del grupo popular, pero en realidad eso no importaba, tenía que escuchar la conversación a escondidas y aunque quisiera irme, no podría.
-¿Has visto lo que ha pasado ahí fuera antes de empezar la clase?- dijo la chica rubia de coleta con aspecto triunfal.
-No, yo tenía clase en el otro pasillo-dijo la chica de pelo oscuro y con aparentemente el mismo aspecto que la anterior.-Pero que lástima no poder haberlo visto con mis propios ojos. Jess me lo ha contado todo. También me ha llegado algún video sobre eso, creo que ver sufrir a aquella niña... ¿ Cómo se llamaba? Meg... Megh... algo, ha sido bastante satisfactorio para mí. Pero ver al dulce chico de la banda esa en la que canta y además es el mejor del insti no me ha gustado tanto. No se merece sufrir como ella.
Cuando acabaron de hablar se lavaron las manos como si hubiesen hecho algo asqueroso, que lo habían hecho, solo que en vez de lavarse las manos, se tenían que haber lavado la lengua.
Mi corazón estaba a punto de estallar.
¿Yo lo merecía? ¿Merecía tener esa mala suerte que llevaba rondándome bastante tiempo atrás?
Las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos como mil flores que de allí salían y allí me vi , sentada abrazando mis rodillas y sollozando en silencio.
Creo que debería irme a casa, pensé. Ya he tenido bastante con esta larga hora, no estoy preparada para afrontar este día tan malvado.
Salí del baño en el que me encontraba encerrada, y me acerqué a uno de los lavabos y allí me miré al espejo. Tenía una pinta horrible, como si me hubieran pegado... ¡Ah espera! ¡Que me habían dado una paliza emocional!
Me lavé la cara con agua fría para despejarme y intentar aliviar mi dolor. Como si pudiera hacerlo...
Me sequé la cara y salí hacia conserjería. No solía llevar el móvil, así que me tocaba llamar con un teléfono viejo de estos pequeños que se abrían.
Recordé dos veces el número de teléfono de mi madre por si acaso me fallaba algún número.
Pulsé llamar y esperé unos segundos. No solía tardar mucho en coger el teléfono, en eso era una superventaja.
-Dime cariño, ¿Qué pasa?
-Mamá no me encuentro bien, ¿Puedes venir a por mi?
-Claro, ¿Te duele la cabeza o que te duele?
-No sé, me duele todo.
-Vale, pues ahora voy♥
-Vale.
Esperé a que colgara y devolví el teléfono. Me senté en una de las sillas que había no muy lejos.
Al rato, Charlie pasó por allí. En realidad no tenía ganas de ver a nadie, pero el si quería hacerlo.
Me miró desde aquella lejanía no tan inmensa como parecía. Tenía cara de cansado y aquello me rompía el corazón. Mi madre llegó por fin y nuestras miradas se desviaron haciendo el sonido de corazones rotos.
Mamá me llevó a casa y me tiré en la cama. ¿Cómo eran tan crueles? ¿Qué había hecho yo para desearle esto a Charlie? Empecé a llorar en silencio y me sentía muy vacía. Al rato me quedé durmiendo y pude descansar.
Como dos horas después mamá vino a ver si realmente me encontraba bien, pero mi cara se lo decía todo.
-Cariño, cuéntame que te ocurre, eso aliviará tu pequeño corazón.
Mamá podía ser muy persuasiva en otro tipo de momentos, en estos simplemente aquel calor y cariño que desprendía me hacían soltarlo todo y llorar en su hombro abrazada a ella era lo mejor del mundo que me podía ocurrir en aquellos instantes.
-Lo sé, cariño todos son crueles, pero ya verás que pronto se olvidarán y pasarán a hablar de cualquier chorrada de adolescentes. Ya sé que el día que llevamos a Charlie a su casa, no estaba muy receptiva y parecí algo como espía o yo que se un extraterrestre cotilla.- soltó una pequeña sonrisa que me hizo sonreír un poco -pero solo quiero lo mejor para ti, y ver que tienes un nuevo amigo en esta nueva ciudad me llena de felicidad.
Aquellas palabras parecían las más sinceras que podía haber oído nunca y así eran, su cara lo demostraba todo.
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La Felicidad En Tus Ojos
FanfictionMeghan es una adolescente que conoce a un hermoso chico llamado Charlie. Este será el chico de sus sueños...