Es temprano en la mañana, demasiado temprano para ser sincero, creo que son las seis de la mañana y este es mi día libre, pero alguien esta tocando a mi puerta, tal vez es un paciente de la clínica o tal vez solo es correo pero, debido a que soy doctor me veo obligado a levantarle de mi cama e ir a la puerta, por suerte me quede dormido con mi ropa de trabajo ayer así que me ahorro eso. Cuando agarro mi teléfono veo que el calendario marca un día cercano, el quince de Octubre, en ese día se conmemora algo que, en lo personal para mi no deberia tener un dia en especial, ese día hace diez años acabó la tercera guerra mundial por desgracia acabo ya que estados unidos lanzo una bomba PEM al espacio, afecto a todo el mundo y prácticamente nos devolvió a la edad de piedra, el caos reino por tres años, hasta que por algunas razón todo se calmo, no fue de la noche a la mañana pero si todo fue muy rápido y, llegamos aquí, una civilización en el año 2052 que parece de la edad medía
Los golpes en la puerta me sacan de mis pensamientos y me apresuro a atender
Abro la puerta y detrás de ella hay un hombre que me resulta bastante familiar
-hola doctor- dijo el hombre con voz ronca- puede que no me recuerde pero no hace muchos salvo mi vida, estaba herido y estoy me ayudo aunque le hubiera dicho que eso le traería problemas, en ese entonces no pude pagarle así que por favor acepte esto- me entrego un sobre, parecía que tenía bastante dinero dentro de el
-oiga, muchas gracias por esto pero, no era necesario darme tanto dinero, siempre hago lo que sea para ayudar a alguien-
-de acuerdo doctor, pero quedese el dinero, por cierto, quería hacerle una oferta-
-estaré encantado de escucharla-
El hombre asintió y luego hizo una seña con la cabeza y detrás de el apreció una niña, tenía ojos azules, cabello plateado, su tez era totalmente blanca y tenía varias sicatrices en su cuerpo
-bueno doctor, querías ofrecerle a esta "cosa", es una esclava, había pensado en dársela a alguien que la utilizara como saco de boxeo o para algún extraño fetiche, pero, bueno yo también tengo sentimientos, ella es huérfana y su antiguo dueño murió, si quiere la puede tener totalmente gratis- dijo con una sonrisa
Mierda, ¿que debería hacer?, ella es solo una niña y es una esclava no quieto una esclava, estaba a punto de decir que no, pero recordé las palabras del hombre "había pensado en darsela a alguien que la utilicé como saco de boxeo o para algún extraño fetiche", no podía permitir eso o nunca estaría en paz conmigo
-de acuerdo, me quedare con ella-
-ohhh, una sabía elección, bueno, me tengo que ir, mi tiempo es limitado, lo siento si todo fue tan rápido, espero que nos veamos luego doctor- y después de decir eso salió rápido por la puerta
Me quedé a solas con la esclava, a decir verdad no se que decir asi que empezaré por lo básico
-hola-
-hola, soy Sylvie soy su esclava, no puedo cargar cosas muy pesadas pero puedo hacer cualquier otra cosa de forma fácil, por favor, sea gentil-
Demonios, apenas llevo veinte segundos con ella y ya me siento mal
-eh, de acuerdo Sylvie, toma asiento- le dije sentandome en un sillón
-¿puedo sentarme ahí?-
-claro, ¿porque no podrías?-
Ella no me respondió y se sentó pero parecía asustada por hacerlo
-bien, bueno ya que tu te presentaste ahora me toca a mi, me llamo Luis, soy doctor en este pequeño pueblo- diablos, ¿que mas podría decir?