Capítulo 28.

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Después de almorzar en el Burger King, ambos decidieron caminar por el centro comercial un rato antes de regresar a la casa.

—Mingyu... ¿me aguardas un segundo? —preguntó deteniéndose— Necesito ir al baño...

—¿Te sientes mal? —preguntó el moreno, mirándolo con preocupación.

—No, solo me estoy orinando... creí que llegaría a la casa, pero lo dudo. Espérame aquí —rio empequeñeciendo aún más sus ojos.

Mingyu se sentó en un banco que se encontraba allí y Soon Young caminó rápidamente en dirección a los sanitarios. Soltando un suspiro con algo de cansancio la mirada del moreno recorrió todo el lugar, deteniéndose en una tienda de ropa infantil. Lo dudo unos cuantos segundos antes de sacar su billetera de su mochila, corroborar que aún le quedaba dinero y levantarse del asiento.

[...]

—Mamá... voy a regresar a Seúl con Soon Young —declaró el moreno, mientras su madre cocinaba la cena—. Tenemos algunas cosas que hacer.

—¿En que andan ustedes dos? —la mujer los señaló a ambos con la cuchara de madera, haciéndolos palidecer en sus asientos— Siento que me ocultan algo...

—No estamos ocultando nada, mamá... —negó el menor de los dos— ¿Por qué te ocultaríamos algo?

—Porque hasta ayer estabas enfadado con él, y de repente hoy están como si nada hubiese pasado —comentó mirando al de pequeños ojos, que se removió en su asiento nervioso.

—Ay, mamá... —se quejó rodando los ojos—. Hablamos, solucionamos nuestros problemas... actuamos como los adultos que somos. Siempre hemos sido de esta manera, no sé qué te sorprende...

—Bien, lo siento... ayúdame a poner la mesa, la cena estará lista en pocos minutos —pidió.

—De acuerdo —Mingyu abrió la alacena para sacar los platos y dio un pequeño saltito emocionado—. ¿Puedo usar este plato? —preguntó, enseñando uno de plástico color celeste con pequeños animalitos en los bordes.

Soon Young no pudo contener una pequeña risita al ver al moreno actuar infantilmente. Eso era una de las tantas cosas que siempre había adorado de él.

—Soon Young, cariño, ¿puedes ir a buscar a Seo Min a su habitación? —pidió la mujer y el de pequeños ojos asintió.

Cuando todos terminaron de cenar, los dos amigos subieron a la habitación del moreno a organizar sus cosas para partir a la mañana siguiente de regreso a Seúl. Mingyu tomó su maleta y la colocó sobre la cama para empezar a sacar las cosas de su armario, entre ellas extrajo una bolsa blanca y se la extendió al mayor.

—Esto es tuyo —dijo tirándola suavemente sobre la maleta abierta de su mejor amigo.

—¿Mío? —preguntó confundido— Mingyu, yo no traje ninguna bol... ¿qué es esto?

Mientras hablaba, el azabache había abierto la bolsa encontrándose con una tela grisácea. Al sacarla de allí, se encontró con un pequeño body para bebé con la inscripción "Live, Laugh, Dance" impreso en ella.

—Es para... huh... el bebé —dijo el moreno, rascándose el cuello con nerviosismo—. Espero que te guste, soy totalmente nuevo en comprar cosas para bebés. Ni siquiera sé si le quedará cuando nazca o...

La oración fue interrumpida por los brazos de Soon Young rodeando su cintura en un repentino y fuerte abrazo, totalmente conmovido por aquel regalo.

—Es precioso, Mingyu... —sonrió, ocultando su cara en el pecho del más alto— Y no te preocupes, si no le queda al nacer... tal vez le quede cuando sea un poco más grande.

—Lo compré cuando fuiste al baño y lo escondí en mi mochila —rio, acariciando la espalda del mayor—. Cuando la chica me lo mostró, pensé automáticamente en ti... probablemente el bebé saque tu gran habilidad en el baile, así que esto sería bonito para él o ella.

—Sí, y tal vez tenga tus dotes culinarios —sonrió separándose un poco para mirarlo—. Por el bien de todos, esperemos que no sea al revés —ambos rieron un poco y Mingyu dejó un beso en la frente de Soon Young antes de continuar guardando ropa.

—De todas maneras, aun que luzca tranquilo... sigo tratando de asimilar esto —confesó—. Nunca imagine que podría llegar a ser padre... bueno, en realidad sí, pero tal vez más adelante y estando ambos de acuerdo en intentarlo. Hayas sido tu o cualquier persona...

—Sé lo que sientes, también pasé por esto e igual estoy tratando de asimilarlo —respondió el contrario—. Pero serás un buen padre... siempre cuidaste de tu hermana pequeña de la mejor forma, incluso si cuando nació tenías tan sólo cinco años. Eres una persona excelente, confió en que serás igual como padre.

—¿Por qué siempre sabes que decir para hacerme sentir mejor? —preguntó sonriéndole ampliamente.

—Nos conocemos lo suficiente para saber qué es lo que el otro necesita escuchar en cada momento —respondió, encogiéndose de hombros.

—Yo me pregunto, ¿cómo esperabas que dejara de tener sentimientos hacia ti si siempre decías cosas que me enamoraban más y más? —Soon Young enrojeció al sentir la mirada del menor sobre él y se mordió el labio— Cada palabra de aliento, cada broma y risa, cada sonrisa, cada abrazo o beso... todo hacía, aunque yo no me diera cuenta y pensara que amaba a Wonwoo, que me enamorara de ti.

Mingyu se colocó detrás de Soon Young y lo abrazó, plantando un beso en su mejilla. Soon Young se cubrió el rostro, totalmente enrojecido. Mingyu rio, ¿por qué ahora se avergonzaba?

—Mis mejillas van a explotar si sigues así, Mingyu —dijo y él moreno se separó riendo divertido.

—Yah, ¿por qué te sonrojas? —preguntó, cerrando por fin su maleta— Siempre te he dicho cosas bonitas.

—Pero no esta clase de cosas, tonto —respondió, respirando hondo para calmar su acelerado corazón—. Se siente tan bonito que no puedo con ello.

Mingyu rio con diversión y se sentó en la cama para ayudar con la maleta al mayor.

* * *

Al día siguiente, ambos se despertaron temprano por la mañana. Demasiado temprano para su gusto; Min Seo y el padre de Mingyu se despidieron de los chicos antes de salir de la casa para el trabajo y la escuela. Su madre tenía el día libre, por lo que les preparó un buen desayuno antes de dejarlos partir.

—Mamá, gracias por permitir que me quede durante todo este tiempo aquí —sonrió abrazándola.

—No tienes que agradecer, eres mi hijo —respondió, devolviéndole la sonrisa—. Fue un placer volver a verte, Soon Young. Me alegra saber que a pesar de todas las peleas que han tenido, su amistad sigue tan fuerte como siempre.

Ambos chicos se despidieron de la mujer y subieron al auto. Al entrar en él, Soon Young se percató de que su teléfono aún seguía en el auto; habían pasado tantas cosas en esos dos días que ni siquiera había recordado usar su teléfono.

—Oh mierda —dijo al tomarlo y desbloquear la pantalla. Mingyu lo miró con curiosidad y el azabache le enseño su celular.

Quince llamadas perdidas de Jihoon.

Hyung~ esto se pondrá feo.

F R I E N D S (MingyuxHoshi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora