Capítulo 16.

1.6K 203 49
                                    

La semana pasó y el cumpleaños de Mingyu llegó rápidamente. Era sábado de mañana y ambos dormían en el sofá; el día anterior se habían quedado hasta tarde haciendo maratón de películas hasta quedarse dormidos a altas horas de la noche. Ahora Soon Young se encontraba profundamente dormido sobre las piernas del moreno.

Cuando Mingyu abrió los ojos, tardo unos segundos en reaccionar y bajar la mirada a donde el mayor dormía: sus facciones relajadas hicieron que Mingyu sonriera dulcemente. Cada día era más difícil para el más alto ocultar sus sentimientos por su mejor amigo.

Día tras día, Mingyu terminaba sonriendo como idiota mientras miraba a Soon Young bailar, jugar con su teléfono, tomarse fotos o simplemente sentarse junto a él para charlar. Y le era casi imposible contener sus ganas de besarlo hasta no poder más.

Y Hoshi sentía lo mismo, pero se negaba a aceptarlo; no podía estar enamorado de su mejor amigo. No debía estarlo.

—Soon Young-ah~ despierta —susurró el moreno, llevando su mano al abdomen del otro y dejando pequeñas caricias allí—. Hyung~ —volvió a llamarlo, un poco más alto y pellizcando levemente sus mejillas.

—Mhm, no —se quejó el mayor, removiéndose un poco—. Diez minutos más...

—Pero necesito orinar y tú estás sobre mi —comentó.

Soon Young rio, aún más dormido que despierto, y se levantó un poco para que Mingyu pudiera salir. Luego volvió a acostarse en el sofá; durmiéndose otra vez.

Como siempre, Mingyu fue el encargado de preparar un delicioso desayuno, el cuál esta vez llevó en una bandeja hasta la sala, dejándolo sobre la mesa ratona y sentándose en el borde del sofá.

—Tigrecito, despierta —repitió, acariciando uno de sus muslos. En su voz y caricias no había ningún signo de perversión, sólo había cariño y dulzura— Te traje el desayuno —sonrió.

El de pequeños ojos emitió un quejido y abrió un solo ojo, mirando la bandeja con el delicioso desayuno. Después de unos segundos se sentó, restregando sus ojos.

—¿Cuenta como traer el desayuno a la cama? —bromeó el moreno, mordiendo su tostada.

—Cuenta como traer el desayuno al sofá —respondió bostezando y luego rio—. Gracias, es un lindo detalle... y feliz cumpleaños, Minggu-ah —Soon Young estiró los brazos y abrazó fuertemente al cumpleañero, quedándose con su cara escondida en su cuello por unos segundos. Aún tenía demasiado sueño—. Pero yo debería haberte preparado el desayuno...

—Estabas dormido, perezoso, no importa —le sonrió, felizmente—. Suficiente regalo tengo pasándolo contigo hoy.

El azabache sintió sonrojarse y se volteó rápidamente para empezar a comer.

* * *

El resto de la mañana y tarde Mingyu se la pasó recibiendo mensajes y llamadas de sus familiares y amigos, felicitándolos. Incluso Jihoon le envió un mensaje a su novio para que le dijera feliz cumpleaños.

—¿Adónde iremos hoy? —preguntó, curioso.

—¿Te parece Paradise Club? —respondió Soon Young y Mingyu asintió entusiasmado— Que bueno, porque ya pagué las entradas VIP por adelantado —ambos rieron.

—¿VIP? ¿Eso no es mucho dinero? —preguntó, preocupado.

—¿Que importa el dinero, Mingyu? —se encogió de hombros—. Eres el mejor amigo que podría desear, te mereces lo mejor en tu día.

Mingyu le sonrió felizmente y Soon Young lo imitó.

—¿Qué ibas a hacer si yo no quería ir allí? —preguntó, riendo.

—Te conozco demasiado, Mingyu —rio el mayor—. Sé cuánto te gusta ese lugar, cuantas veces quisiste ir pero Wonwoo no quiso... Ya que hoy yo también puedo salir, aquí vamos.

—También eres el mejor —dijo, abrazándolo y luego separándolo un poco para mirarlo—. Me aseguraré de conseguir algo perfecto para tu cumpleaños.

—No importa, con que no me abandones hoy para irte con el primer chico guapo que se te acerque... estoy conforme —le sonrió.

—¿Crees que te abandonaría por algún chico guapo? —preguntó, Soon Young alzó una ceja y se cruzó de brazos mientras que Mingyu aún seguía con sus manos en su cintura.

La última que salieron juntos a una disco, además de terminar cantando a todo pulmón por la calle, Mingyu se había ido con un chico llamado JeongHan a bailar juntos y pasar un buen rato. Dejando totalmente sólo a Soon Young en la barra.

—¿Vas a seguir pidiéndome que me disculpe? —preguntó, con un puchero en el rostro.

—No, pero sigo creyendo que fuiste mal amigo —se quejó el otro.

—Lo siento, estaba borracho —se disculpó agachándose un poco hasta estar a su altura—. Esta vez no lo haré, lo prometo —levantó su mano, como juramento y sonrió.

[...]

Después de bañarse, vestirse y perfumarse, los dos chicos estaban guapos y listos para salir a divertirse juntos después de tanto tiempo.

A la discoteca fueron en taxi, ambos sabían que probablemente iban a tomar más de la cuenta y no sería bueno ir en el auto de Soon Young ya que no podían conducir borrachos. Al llegar, una larga fila de chicos y chicas esperaban por entrar, pero ellos se adelantaron agradeciendo el tener pases VIP.

La música los envolvió en cuanto entraron; luces de colores parpadeantes, la pista que comenzaba a llenarse cada vez más les impedía ver y caminar correctamente. Ambos tenían que gritar para escucharse, aunque se encontraran uno junto al otro.

—Vayamos a las mesas —articuló el moreno, tomando de la muñeca al mayor para caminar y no perderlo (por segunda vez) en la multitud.

Ambos amigos se sentaron en los sofás de la zona VIP y una camarera, mostrando más piel que ropa, no tardo en ofrecerle dos daiquiris de piña.

—Gracias —respondieron los dos chicos.

Aquella bebida era la favorita de Soon Young, por lo que se tomó su tiempo para beber y saborear aquel daiquiri. Cuando ambos terminaron su bebida, el mayor de los dos propuso ir a bailar un rato.

—No vinimos a estar sentados toda la noche —dijo parándose y extendiendo su mano para ayudar a levantarse al contrario.

Los dos caminaron hasta la pista de la mano, y sólo se soltarán al llegar cuando comenzaron a moverse al ritmo de la música; era divertido estar de aquella manera después de tanto tiempo. Más de una vez, vinieron chicas borrachas y se abalanzaron sobre el par de amigos con intenciones de bailar con ellos o llevarlos a otro lado, pero ambos las rechazaron rápidamente.

Cada tanto, alguien empujaba a uno de los dos y terminaba pegándose al cuerpo de su mejor amigo, riendo nerviosamente y alejándose una vez más. Casi una hora pasó hasta que, agotados, decidieron acercarse a la barra para descansar y tomar algo más.

F R I E N D S (MingyuxHoshi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora