Excepto que no lo eran en realidad. Key se tropezó al pensar en ello con claridad. Minho estaba detrás de él, acariciándole el cuello mientras lo aprisionaba contra la puerta para besarlo otra vez.-¿Qué te pasa? - preguntó él.
-¿Crees que no nos arrepentiremos? - preguntó a su vez Key - Después tendremos que trabajar juntos - le recordó, mientras él lo besaba en el cuello - ¿cómo vamos a hacerlo si...?
-¿Y cómo vamos a estar aquí dos semanas si no...? - contestó Minho, sonriendo con picardía . Tomó la punta de la polera de Key y comenzó a sacarla por sobre su cabeza - Olvidémonos del trabajo por ahora.
Key se estremeció al sentir sus caricias. Sabía que no resultaría tan sencillo como él decía, pero no podía pensar, y menos cuando el recorría su cuerpo con las manos, mientras lo besaba de forma apasionada. Al instante, se rindió ante el deseo. La cama era maravillosa y, la idea de estar completamente a solas, muy atractiva. Nadie podría verlos. Nadie podría oírlos. Sólo estaban los dos, con sus cuerpos entrelazados, y nada importaba, excepto acariciarse, saborearse y sentirse.
-Pensemos sólo en estar aquí - Susurró Minho - centrémonos en el ahora.
Así que Key eso hizo. Tomó a Minho por el cabello y lo llevo hasta su boca, su piel le quemaba, y le parecía que había pasado una eternidad desde que lo hubieran tocado. Se estremeció por completo cuando sus pieles desnudas se tocaban, Minho mojo sus dedos con su boca y la llevo hasta su entrada, no podía permitirse preámbulos, cuando estaba tan excitado, tan deseoso de entrar en el cuerpo de Key. Cuando sus dedos entraron en su entrada, sintió su estrechez, Key confirmo aquel punzante dolor, echando su cabeza hacía atrás. Cuando Minho sintió que Key apretaba sus dedos, los reemplazo con su hombría, sin esperar entró, Key afirmo el trasero de Minho deteniéndolo brevemente para acostumbrarse, pero fue el mismo que se comenzó a mover, para liberar esa tensión sexual, que sentía. Los gemidos inundaron el lugar, de la misma forma que sus pieles al chocar, Minho tomo a Key, y comenzó a masajearlo de arriba hacía abajo, verlo morder sus dientes, lo hizo perder la razón, lo penetro con fuerzas, haciendo que los gritos fueran más extremos. Alcanzando el clímax en cosas de minutos, pero cuando hizo el intento de salir Key lo detuvo, haciendo que se moviera un poco más en busca de su propio placer.
.
ஜ ಌ ஜLos días siguientes permanecerían para siempre en la memoria de Key. Por las mañanas continuaron yendo a bucear a los arrecifes, y las tardes las pasaban en la playa, nadando, leyendo o tumbados a la sombra charlando.
A menudo, Key se conformaba con sentarse a contemplar el mar. Inhalaba despacio, saboreando la brisa marina y sintiendo el calor del sol en el rostro, observando como las palmeras se movían con el viento. Minho llevaba días sin abrir el notebook. Se despertaba temprano y, mientras Key seguia durmiendo, paseaba hasta el embarcadero.
Key prefería los atardeceres. Minho solía preparar algo de beber y, juntos, se sentaban en el porche a ver la puesta del sol. En silencio, contemplaba como el cielo se tornaba de color rosa anaranjado, mientras el mar resplandecían y ambos recordaban como se habían prometido amor mutuo bajo la misma luz.
Key deseaba poder quedarse para siempre en Grecia. Le encantaban los colores, el olor de la brisa marina, el viento caliente que acariciaba los árboles. Pero sobre todo, adoraba estar con Minho. Adoraba las noches, y las mañanas, cuando él regresaba de su paseo para despertarlo con sus caricias. Las tardes a la sombra. Le encantaba cada momento, cuando él lo acariciaba, o cuando él lo buscaba y lo encontraba a su lado. Pero bajo el placer que obtenía a cada momento se ocultaba la idea de que aquello no podía durar. Key intentaba no pensar en que pronto tendría que regresar a Corea, y a sus días grises. A las aglomeraciones del metro y los lunes por la mañana. Y sobre todo, a ser el secretario de Minho.
ESTÁS LEYENDO
Luna De Miel (MinKey) ADAPTACIÓN
RomansChoi Minho , un magnate en el mundo de los negocios, estaba acostumbrado a tener la última palabra... Hasta que lo dejan plantado en el altar. Pero en lugar de desperdiciar su luna de miel, decidió llevarse a Key, su secretario, a un viaje de negoci...