Lilium Peccatum

Encuentro Prematuro (Segunda Parte)

"Quomodo cecidisti de caelo, lucifer, fili aurorae?! Deiectus es in terram, qui deiciebas gentes!, qui dicebas in corde tuo: 'In caelum conscendam, super astra Dei exaltabo solium meum, sedebo in monte conventus in lateribus aquilonis; ascendam super altitudinem nubium, similis ero Altissimo'" 

La gran Orden de Maria, un lugar donde cualquier niña huérfana sería aceptada siempre y cuando fuera hermosa, tuviera una gran devoción y no preguntara nada. O al menos esa debería ser la idea, porque Yuuri no cumplía con todas esas reglas según su parecer pues no se consideraba hermosa y siempre preguntaba en busca de respuestas.

Ella siempre quiso mantener un perfil bajo, incluso dentro de la orden, pero eso se había acabado en el momento en que conoció a Magnus. Si bien, ella se sentía a gusto cada vez que le veía en la biblioteca o cuando notaba su presencia al cantar en la catedral, el hecho de ser su "pequeña amiga" solo le traía problemas con la hermana Marie.

Ahora que se le había prohibido definitivamente salir sin guardia sólo podía ir a la catedral un poco o ir por las compras para prepara la cena con resto de las niñas y hermanas...pero ¿como había llegado a tener tal prohibición? La respuesta a es cuestión era sencilla, después de que el "encargado" de la orden se enterara de que a veces escapaba para ir a ver Magnus. Tenía entendido que, por lo poco que había podido escuchar una ocasión desde la puerta de la habitación de la Madre superiora, el padre Nikiforov y Magnus se conocían desde hace mucho tiempo sin embargo no se llevaban bien y nadie entendía el como era que se habían llegado a conocer.

En fin, ella conocía a Magnus pero no conocía al Sr. Nikiforov, pero pese a ese detalle se lo había imaginado como alguien de porte solemne y tal vez mayor de edad ¿la razón? había escuchado a hurtadillas que tenia un cabello plateado que brilla con el resplandor de las estrellas y que parecía danzar cuando el viento lo mecía aunado a los ojos tan azules como el cielo mismo y que eran capaces de provocar suspiros en las hermanas del convento. Yuuri realmente quería conocer al padre y preguntarle porque le negaba ver a su mejor amigo Magnus, pero sabía que eso estaba prohibido a menos que él la eligiera para ser parte de la subdivisión de la orden:  Rosea Sanguis, conocidas también como las hijas de Lilith que mostraban una ferviente devoción a la figura femenina y extrañamente al padre Nikiforov. 

Aquella tarde era había iniciado como cualquier otra, ella llevaba puesta la bufanda con tramado de leopardo que le había quitado a Magnus e iba sonriendo luego de haber conseguido una nota alta en la prueba de latín. Se había desviado un poco de su camino habitual al dormitorio, pero realmente no tenia prisa y el hecho de que aun en diciembre las rosas del atrio florecieran le intrigaban, fue en ese momento donde la conoció.

En una de las jardineras donde crecían las más bellas y fragantes rosas vio sentada a una bella dama, de cabellos tan rojos como el fuego y con unos ojos tan azules como el agua más clara del mar más cálido y puro, contemplar las rosas  con una tranquilidad que termino por contagiar a Yuuri. La dama al percatarse de la presencia de la niña sonrió e hizo un ademan con las manos para indicar que se acercara, y Yuu de inmediato obedeció.

  —Privet señorita, eres una de las niñas de la orden ¿verdad? — la  mujer le dedico una cálida sonrisa —¿Cual es tu nombre?—

  —Pri-privet—   por un momento se sintió nerviosa, pareciese como si ella captara la atención de la gente más bella del mundo a pesar de ser insignificante—Si, soy una huérfana de la Orden, mi nombre es Yuuri, Yuuri Katsuki—  

  — Oh! un pequeña y linda japonesa, eso es raro pero creo que es un cambio nuevo....aquí generalmente solo hay niñas europeas— agregó de manera calmada mientras revolvía el cabello azabache de la menor. —¡Pero que descortés de mi parte! aun no me he presentado, mi nombre es Lilith.....aunque preferiría que me llamaras Mila Babicheva—  le dedicó un pequeño guiño a modo de juego.

  — Babicheva-sama — musitó con un leve sonrojo la menor mientras dirigía la vista a las rosas a su alrededor.

  Por un momento hubo silencio, pero no era de ese típico silencio incomodo era más bien del tipo que se agradece por la paz y serenidad que lleva consigo; pero eso no duró mucho una voz llamó desde la lejanía a Yuuri, era la hermana Marie que le buscaba para continuar con las labores de la cena por lo que se despidió con la mano y corrió donde la hermana. Al estar junto a ella dirigió su mirada nuevamente donde la señorita Babicheva se encontraba y se percato de que frente a ella se distinguía la figura de un hombre alto con el cabello platinado y, a pesar de no haber visto su rostro, supuso que ese caballero de espalda ancha era el padre Nikiforov. 

Dukh Gneva al habla!

Este capitulo es más cortito que el otro sin embargo sirvió para introducir a mi pelirroja favorita, Mila, como Lilith la primera mujer de Adán (Adam, como quieran llamarle).

Consideré que ella era la mejor opción porque ella no se doblega ante nadie, es una mujer fuerte y que lucha por sus objetivos. Y como pueden leer ¡Un nuevo pokemon, digo, personaje apareció! aunque de manera breve, así es aquí es donde entra nuestro calvito amado.

  Do svidaniya!

PD: Les dejo esta imagen de Mila, más o menos así es como me la imaginé para escribir este capitulo.