Descubierto

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Sonrió con nerviosismo. El  pelirrojo ya lo esperaba. Estaba apoyado del tronco del árbol. Se miraba tan guapo.

Solo tres veces lo había visto. Y las tres veces hacia su corazón latir rápidamente, sus mejillas sonrojarse y temblar levemente.

—H-Hola...

—Hola— sonrió al castaño y lo invitó a sentarse —Llegaste antes de lo pensado.

—No tenía nada que hacer— la verdad es que se había desvelado toda la noche para poder reunirse con él.

—¿Asistirá  a la fiesta?— cuestionó nervioso.

—Eso espero— no estaba seguro de nada. La fiesta era al día siguiente. La tercer noche de su tío fuera.

—¿Cómo son los demás reinos?

—Pacíficos, al menos la mayoría.

—¿La mayoría?

—Tōō es ... Conflictivo. Aomine Daiki, el próximo rey, es algo especial. Quiere todo para él pero es tranquilo.

—Ya veo.

—Y Seirin... Es... — soltó un suspiro — Tiene rivalidad con el reino. El hoyo en que caíste, lo hicieron los de Seirin.

—¿Por qué?

—El rey de Seirin, Kiyoshi Teppei, asegura que mi... Nuestro rey le traicionó. Dice que le robó algo. Tiene 20 años peleando.

—¿Qué le robó?

—Nada. El rey asegura que nada.

—¿Y por qué no hablan? Tal vez lleguen a un acuerdo.

—No. El ya lo intentó. Cuando lo hicieron​, lo único que provocaron fue el rapto de príncipe menor.

—¿Rakuzan tiene príncipes?

—Sí, dos. El príncipe heredero, y el príncipe menor, un doncel.

—¿Cómo es? El príncipe doncel.

Sonrió — Es hermoso. Es... Perfecto.

Sintió una opresión en su pecho al ver la mirada y sonrisa tan hermosa  al hablar del príncipe. Hablaba de él con tanto cariño. De seguro estaban juntos —Ya veo...

—¿Qué quieres hacer hoy?— preguntó para romper el incómodo silencio.

—¿Puedo conocer el reino?

—... Claro— esperaba que nada saliera mal —Vamos.

Siguió al pelirrojo. Le gustaba escucharlo hablar. Eran tan atento e inteligente.

—¿Entonces sabes cocinar?

—Sí. En un principio mi tío me enseñó.  Luego comenzó a llevar libros de cocina.

—¿Tienes muchos libros?

—Libros viejos. Todos hablan sobre Teiko.

Sonrió —Tengo una idea.  Por aquí— sujetó la mano del castaño y lo guío hasta el pueblo.

Se separó al notar las miradas. De seguro era un reino donde no aceptaban a los donceles, era mejor mantener distancia.

Frunció el ceño molesto e hizo señas​ para que no hubieran reverencias. No me convenía que el castaño supiera su origen.

—Son hermosos— los pasteles y  panes se miraban deliciosos.

No se resistió, entró a la panadería y compro el pequeño pan que em castaño había apuntado.

—Muchas gracias— tomó le pan ofrecido y le dió una mordida —Delicioso~

Sonrió encantado. Sonrisa que no pasó desapercibida por los aldeanos que observaban ¿Quién era ese doncel?

—Sigamos.

Esta vez fueron a una librería. Kōki no Urabá encantado cada libro.

Se dirigió al vendedor y pidió dos libros: La separación de Teiko y la fundación de la reinos.

—Toma.

—¿Eh?— vió el paquete.

—Espero sea de su agrado— entrego el paquete al castaño.

—Gracias...— Ahora que recordaba no sabía el nombre del pelirrojo —¿Cómo se...

Fue interrumpido por Maru quien comenzó a picotear su cabeza —Maru ¿qué pasa?— su pequeña ave le jaló de la ropa y trataba de llevárselo — Oh no.

—¿Qué pasa?

—Mi tío. Mi tío ha regresado. Lo siento. Me tengo que ir.

—¡Espera!— el castaño se alejó rápidamente. Intentó alcanzarlo pero no lo logro. Había escapado​ de nuevo.

————————

Corrió detrás de Maru. Cuando llegó a la torre todo estaba apagado.

Tal vez le gané.

Corrió detrás de la cortina de agua, encendió la lámpara y camino a través del túnel.

Salió en la chimenea...

—¿Desde cuándo sales?

—Tío...— la lámpara cayó de su mano.

Makoto lo miraba furioso.

Doncel cautivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora