Cruce de miradas

CAPÍTULO 1

Sonrío cuando veo a mis amigos esperándome en la puerta del instituto, todos me saludan y entramos. Levanto la cabeza buscándolo, pero al no encontrarlo por ningún lado me doy por vencida y sigo andando hacia nuestra clase. Hablo un poco con todos y rezo por que esta última semana de instituto pase rápido, ya prácticamente no tengo exámenes, solo uno de matemáticas el miércoles, y después podré decir adiós a primero de bachillerato. Estoy a punto de entrar en clase cuando unas manos me cogen por la cintura y hacen que me de un susto de muerte, me giro rápido y veo a Jonas sonriéndome.

- Tío eres idiota - le digo dándole un golpecito en el brazo sin poder ocultar una sonrisa.

- Buenos días a ti también - me dice sonriendo mientras nos sentamos en nuestro sitio.

Yo me siento al lado de Lily, mi mejor amiga, que me sonríe nada más verme y me pregunta por el fin de semana. Es raro que aunque seamos tan amigas en los fines de semana no solemos quedar juntas. Le cuento que fui a la playa con unos amigos y con Jonas, quien no paraba de llamar mi atención cogiéndome de la mano y tocándome el pelo.

- Bueno señores, espero que este año hayáis aprendido mucho y que el año que viene vengáis con más ganas - dice la profesora de biología nada más entrar en la clase.

Mi amiga y yo nos reímos sin motivo alguno, tal vez sea porque no hayamos aprendido nada en su clase o por el simple hecho de que solo nos queda un año de instituto. Miro hacia atrás, que es donde está Jonas y veo que me sonríe. me hace una seña para que mire el móvil y sin pensármelo dos veces lo cojo y lo miro a hurtadillas, ya que si esta profesora nos pilla con él vamos directamente al despacho del director.

¿Haces algo esta tarde?

Sonrío al ver el mensaje y contesto sin pensármelo dos veces.

Nope, ¿algo interesante que hacer?

Meto el móvil en el bolsillo y me pongo a ver el interesantísimo,(nótese la ironía), documental que nos ha puesto la profesora. A los cinco minutos mis ojos empiezan a cerrarse y decido coger el móvil para no quedarme dormida en clase.

Me han dicho los chicos de ir a la bolera, ¿te apuntas?

Lo medito unos minutos antes de contestar, porque no se me da nada bien jugar a los bolos, pero el que vaya él hace que no me lo piense dos veces.

Parece divertido

Mando el mensaje y miro a Lily, quien está luchando internamente por no quedarse dormida. Me rio por lo bajo y hace que capte su atención. Bajo la mirada al móvil.

Conmigo siempre es divertido ;)

Casi se me escapa una risa al leer el mensaje.

Egocéntrico...

Al segundo leo el mensaje que manda y mi corazón se va a salir del pecho

Sé que te gusta...;)

Pongo los ojos en blanco y vuelvo a prestar atención a la pantalla, en la que sale un león cazando una gacela, hago como si fuera lo más interesante del mundo cuando noto que la profesora me mira sospechando de que estoy usando el móvil. Le sonrío inocentemente y vuelvo mi atención a la pantalla.

La clase se me hace interminable y casi salgo corriendo cuando suena el timbre, voy a la fuente del colegio a refrescarme la cara y a beber un poco de agua, cuando estoy volviendo a clase me cruzo con Jonas y me guiña el ojo, lástima que no estemos en la misma clase de inglés. Suspiro cuando escucho a Miss Mendez decirle a los de la clase que vamos a ver una película británica. Entro en la clase y me siento contando los minutos que quedan de instituto. Pensando en cómo será la quedada de esta tarde, podrían pasar tantas cosas...

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- Mañana es el día - me dice Lily mientras nos arreglamos en mi casa para la fiesta de esta noche.

Y se refiere a que nos vamos a Barcelona unos cuantos días, hemos ahorrado lo suficiente como para estar en uno de los mejores hoteles de allí, así que el hotel es una pasada y no podemos esperar para llegar.

Pero hay algo que me preocupa más y es que hoy es el día en el que le diga mis sentimientos a Jonas, después de nuestra tarde en la bolera todas las dudas que tenía sobre nosotros se han disipado. Después de que me enseñase a tirar bien la bola, con su mano en la mía su cuerpo pegado al mío y su aliento rozando mi nuca sé que lo nuestro tiene futuro.

Sonrío a Lily mientras cojo el móvil y leo que él ya está en la fiesta. Como mi casa está al lado de la playa no tardamos más de 2 minutos en llegar allí, donde ya hay un montón de personas y es que San Juan es la fiesta que inicia el verano, y ningún adolescente se la quiere perder. Saludamos a nuestros amigos y nos dirigimos al escenario, donde está pinchando un Dj, la verdad es que no sé cual es, pero me gusta la música, así que bailo unas cuantas canciones, hasta que me doy cuenta de que no he visto a Jonas en toda la tarde.

Miro al cielo y está oscureciendo, me dirijo a nuestras toallas y cojo el móvil para preguntarle dónde está y cuando lo mando decido ir al puesto de bebidas que hay al lado de la playa, me compro un mojito y voy a darle mi primer sorbo cuando lo veo, me voy a dirigir a él sonriendo pero algo me frena, bueno más bien alguien, y ese alguien es una rubia que esa besándolo.

Noto como mi corazón se rompe y cómo el vaso cae de mis manos, todo el mundo a mi alrededor se gira quejándose porque le ha salpicado la bebida, pero eso no me puede importar menos. Veo como ambos se giran hacia mí y me miran, Jonas tiene una mirada perpleja en la cara y al ver que tengo los ojos llenos de lágrimas, se levanta, pero no le da tiempo a acercarse a mí porque salgo corriendo y me muevo entre toda la gente que hay para que no pueda alcanzarme. Voy a mi toalla y la cojo, junto con mi mochila. Le envío un mensaje a Lily en el que le digo que me voy porque me duele la cabeza y no quiero estar mal para mañana.

Llego a mi casa y entro sin que mis padres se enteren, ya que ambos están durmiendo, me encierro en mi habitación y me meto en el baño, donde me doy una larga ducha y me desahogo allí, intento que no se me oiga, y cuando creo que ya he llorado lo suficiente salgo de la ducha y me miro al espejo. Tengo los ojos rojos y me veo fatal, me echo unas cremas en la cara y me acuesto, no sin antes lavarme los dientes. Suspiro cuando me acuesto e intento no pensar más en Jonas. A los minutos me duermo con un nudo en el estómago.