Cruce de miradas

CAPÍTULO 4

Abro los ojos cuando noto que un rayo de sol me da en toda la cara, bizqueo un poco y me desperezo antes de darme la vuelta y ver si Lily esta durmiendo, al no haber nadie en su cama me extraña un poco y me levanto dirigiéndome al baño. Antes de salir de él me lavo la cara y me miro al espejo, me sonrío a mí misma recordando donde estoy y me doy la vuelta. Escucho cerrarse la puerta de la habitación y salgo del baño para encontrarme con Lily, que está dejando una bolsa de una cafetería en la mesa.

- Buenos días, bella durmiente - me dice sonriendo. - Hoy no hace muy buen día, pero no creo que nos llueva.

Me dirijo a la bolsa sin decir una palabra y al ver un café y un bollo de crema me doy la vuelta hacia ella y le sonrío dándole las gracias. Me lo como rapidísimo porque tengo mucha hambre y me dirijo a la ventana observando el cielo de Barcelona, esta lleno de nubes, pero no da la sensación de que vaya a llover.

- He pensado en ir a la rambla - le digo yendo al baño a lavarme los dientes. - Me han dicho que es bastante bonito, y las fotos quedarán preciosas allí.

Acepta y nos vamos del hotel cuando me visto y me maquillo un poco. Decidimos llevar solo una llave ya que así hay menos posibilidades de perder las dos. Que con el desastre que somos no me extrañaría.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

- Bueno, pues esto sería la rambla - dice Lily mientras vamos por una calle.

Me dedico a mirarla atentamente, cada uno de los árboles y cada tienda, intentando que esta preciosa calle se quede grabada en mi mente. Nos hacemos unas cuantas fotos antes de parar a comer. Nos sentamos en el restaurante y mientras esperamos la comida vemos que empieza a llover en el exterior, así que decidimos volver al hotel y ver una película o algo, ya que no hace tiempo como para estar de turismo en la ciudad.

- Entonces yo compro las chuches y tu vas poniendo la película, ¿no? - le pregunto mientras salimos del restaurante tras pagar la comida.

Lily asiente con la cabeza y sale corriendo en dirección al hotel. Yo me preparo para correr hasta la tienda de alimentación que hay en frente de la calle. Entro en ella y comienzo a coger cosas, entre ellas patatas, gominolas y un poco de chocolate, cuando creo que ya tengo todo lo pago y me dispongo a ir al hotel. En el camino me empapo de agua y en ese momento desearía tener una sudadera con capucha y no este top sin mangas que hace que se me transparente todo, intento taparme lo mejor que puedo mientras llego al hotel. Entro corriendo y me dirijo a la puerta. Pego unas cuantas veces y no me abre nadie.

- Joe tía ábreme la puerta que estoy helada y quiero darme una ducha caliente ya - grito a través de la puerta dándole más golpes.

En ese instante se abre la puerta y levanto la mirada del suelo, abro mucho los ojos y me pongo roja cuando me doy cuenta de que quien ha abierto no es Lily, si no un chico que tiene que tener más o menos mi edad y que encima está en toalla, paso mi mirada a sus pies, los cuales están mojados, y la subo, viendo una toalla blanca con el logo del hotel que le cubre de cintura para abajo y llego a su torso, fijo mi vista ahí durante unos segundos, observando sus marcados abdominales, la verdad es que el chico no está nada mal. Cuando llego a su cara todo mejora aún más, me doy cuenta de que tiene la barbilla ligeramente marcada - cosa que me encanta de los chicos - y sus labios muestran una hilera de dientes perfectos cuando habla.

- ¿Qué quieres? - me sorprende cuando habla inglés, no reacciono porque todavía sigo embobada mirando su cara y sus ojos marrones. Abro los ojos cuando finalmente lo reconozco de la cafetería. Y creo que el también me reconoce, porque me dirige una sonrisa, que por cierto, es impresionante. Finalmente puedo procesar sus palabras y contesto.

- Lo siento, me he equivocado de puerta - le digo dirigiéndole una sonrisa y disculpándome.

Él se ríe un poco y me mira de arriba abajo, en ese momento me doy cuenta de que aún se me transparenta el sujetador y me tapo como puedo cruzándome de brazos. Me lanza una mirada disculpándose al darse cuenta de que le acabo de pillar mirando. Se rasca un poco la cabeza y una risa a través de mi puerta hace que salga de mi ensimismamiento y me dirija a ella.

- Bueno, ya nos veremos - me dice antes de cerrar la puerta.

- Adiós - contesto mientras Lily abre la puerta de la habitación y se tira al suelo riéndose sin poder parar.

- Dios, es lo más gracioso que he presenciado en mi vida - me dice sin poder dejar de reír.

- Pues que vida más triste tienes - le digo esperando a que deje de reírse, aunque se me escapa una risita.

Al final me ducho y me pongo el pijama, nos tumbamos en mi cama y nos ponemos a ver la película que ha elegido Lily - la cual es bastante mala - . Nos comemos todas las chuches y debido a ello no tenemos hambre a la hora de cenar, por lo que directamente nos dormimos escuchando el leve sonido de una guitarra.

Sonrío al recordar al chico, con sus penetrantes ojos marrones y su sonrisa impecable, y me lo imagino tocando la guitarra. Es el último pensamiento que pasa por mi cabeza antes de quedarme profundamente dormida.