Tercera parte/One-shot 1

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Disclaimer: Las parejas oficiales nunca debieron ser, así que nosotros atentamos contra lo establecido en los últimos dos libros, porque un amor como este vivirá en el corazón de todos nosotros: hoy, mañana y siempre. Los personajes le pertenecen a J.K. Rowling.

*º*º*º

En la habitación de Hermione, la profesora Minerva sostenía una conversación realista con el sanador.

—¿Es verdad qué va a morir?

—No voy mentirle, las probabilidades de que se salve son nulas, aunque reaccionara no aseguro que sobreviva más que unos días —contestó con desasosiego.

McGonagall se resistió a oír tal verdad, sacudió su cabeza negando. Era una noticia demasiado dura, asimilarla requería más de un momento. Acababa de dejarla fría, de arrancarle de raíz la esperanza.

—Es mejor que se siente.

—No, no... —musitó recuperando el aliento— haga todo lo posible por salvarlo —pidió encarecidamente.

—Es lo que seguimos haciendo.

Minerva asintió con un mal sabor de boca y unas terribles ganas de llorar.

*º*º*º

Las horas pasaron, Harry ya no agonizaba pero tampoco decía nada, no hacía ni un sólo movimiento que indicara que estaba consciente. Fueron los momentos más angustiantes para Hermione. El sanador después de dar su fatídico pronóstico, con autorización de su superior, decidió quitar la restricción de visitas. McGonagall pudo entrar a verlo entonces y le siguieron: Tonks, Neville, Luna, Arthur y Molly, los gemelos. Ginny simplemente se quedó en la entrada, no se había acercado a Harry, pues no soportaba verlo así.

—¿Cómo está Ron? —cuestionó Hermione con preocupación a Molly, no había podido ir a visitarlo con todo lo que estaba pasando. No quería abandonar su lugar junto a Harry, por temor a que algo le ocurriera o a que él despertará y ella no estuviera ahí.

—Él está mejorando, pero sigue débil. Tienes que saber que pregunto por los dos —informó ligeramente aliviada—. Ahora se encuentra dormido.

Hermione sonrió compartiendo la felicidad de todos. —¡Me alegra! —Si tan sólo Harry hiciera lo mismo su felicidad sería completa—. Después iré a verlo, quiero contarle yo misma del estado de Harry.

Ginny se fue después de escuchar eso, no toleraba aún estar dónde ella estaba y menos escucharla hablar.

*º*º*º

El tiempo no tenía sentido dentro de esas paredes, Hermione se mantuvo ahí, cuidando de él, hablándole, esperando que eso lo ayudará a atravesar las telas de las inconsciencia.

—¿Y bien cómo está? De seguro mejora si tú lo sigues cuidando así —mencionó Remus al encontrarla acariciando su rostro.

—Yo... —mencionó apenada dejando ver un ligero sonrojo.

—Tranquila, no le diré a nadie —Se acercó sentándose en la silla cerca de la cama, ya que ella se encontraba sentada en la orilla del otro lado—, pero tú, señorita, deberías descansar. Minerva se enoja muchísimo al saber que no sigues las indicaciones y yo también lo hago, entiende que nada ganas con hacer eso.

—El sanador dijo que es posible que no viva, eso quiere decir que en cualquier momento puede... ¿no va a sobrevivir? —preguntó con su voz quebradiza y un semblante que dejaba ver lo mucho que estaba sufriendo por eso— ¡No es justo! Él no tenía que luchar solo... si él no me hubiera petrificado —profirió levantándose, dirigiéndose a la ventana de la habitación, se recargó en el marco conteniéndose.

El Último BesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora