Sueño dia 2

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Estaba en una cama, amarrado de los pies y de las manos, tenía una cinta en la cabeza que hacía que no pudiera moverla, al igual que tenía un trapo amarrado en la boca, la cama era de metal oxidado sin sábanas, solo con un colchón muy viejo y agujerado, la habitación era fría y muy pequeña pintada de color negro, el piso era de cemento y no había ventanas, escuche que el piso se movía mire a todos lados y no vi nada, tal vez era mi esquizofrenia la que me hacía sentir eso, de pronto sentí que algo mojado tocaba oreja, fije la vista en mi oreja para ver que era lo que estaba molestándome o ver si era solo mi imaginación, pero había una lengua flotante con dientes  amarillos y muy afilados, comencé a morir de desesperación, fue tanto mi estrés que el trapo de mi boca se rompió.
– ¡Auxilio! Por favor ¡alguien ayúdeme!. Grite, pero al parecer nadie me escuchaba. – Por favor, ayuda.

Parecía que los dientes y la lengua flotante querían comerme, movía las manos como un loco muriendo pero logré sacar las manos, a toda prisa me quite la cinta que detenía mi cabeza y después libere mis pies, la fuerza con la que estaba amarrado hizo que mis tobillos y muñecas estuvieran sangrando, era tanto el miedo que tenía que empece a sudar a gotas, mi camisa estaba empapada, al ponerme de pie, me caí, ya no tenía la misma fuerza, no sé cuánto tiempo llevaba amarrado a esa cama para gente loca, pero al parecer perdí todas mis fuerzas ahí, la lengua flotante se acercaba cada vez más a mi, no me quedo más remedio que andar a gatas, había un conducto de ventilación, me metí por ahí pensado que llegaría a algún lado, y era claro que la legua flotante no cabía por ahí, la cerré y comencé a arrastrarme hacia alguna posible salida, sentía una ráfaga de viento por el lado izquierdo así que me dirigí hacia allá.

De pronto escuche como si los muros se estuvieran cerrando, vi un pequeño charco que se acercaba de color verde fosforescente, lo toque y me quemo la mano.
– Es ácido. Me dije.
Seguí arrastrándome, cuando llegue al final del conducto, abrí la reja y vi que era mucha la altura de ahí al piso, el ácido se acercaba más y más, así que cerré los ojos y decidí saltar, cuando caí en el piso, estaba todo mojado, parecía haberse inundado, las luces parpadeaban, se iban apagando una por una desde el largo corredor sur, eso hizo que me diera más miedo, puse mis manos en mis orejas y comencé a llorar, de pronto el piso me consumió, me encontraba en una silla de metal, se escuchaban lamentos, no se de donde provenían pero no me interesaba saberlo de todas maneras, habían dos enormes puertas de metal, me sentía tranquilo hasta que vi una enorme sombra por el corredor, abrió una de las puertas, trate de no hacer ningún ruido, me quede quieto sentado, la sombra era un ser enorme con un hacha, no tenía ojos, tenía unos enormes cuernos retorcidos en la cabeza, sus brazos y piernas estaban llenas de llagas abiertas, su aspecto era muy escalofriante, emitía sonidos de lamento y gritos que sonaban como un puerco en una matanza brutal, de pronto de una ventana entró la lengua con dientes flotantes, comencé a sudar más y más, hasta que lloré en silencio, el enorme ser empezó a mover su nariz de puerco como si estuviera olfateando algo, pasó su dedo por una de las gotas de sangre que había dejado yo en el camino, creo que puede oler la sangre, si es así estoy perdido, no aguante la desesperación y entonces lo hice, grite.
– ¡Ahh! Auxilio por favor, ¡ayude me alguien! ¡Él cabeza de cerdo me va a matar igual que la lengua!.
De pronto, todo comenzó a dar vueltas como si estuviera en un tornado, todo se puso verde como el ácido del conducto de aire, la sangre del hombre puerco se derramó y exploto, estaba traumado, tenía sangre en todos lados, la lengua se desintegró, entonces se acabo todo.

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