Entrenando cap 4

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Pasaron 7 años desde lo ocurrido, los sueños malos seguían viniendo y eso me afectaba mucho, por eso desde ese día donde por primera vez mate a una persona que quería hacerme daño, me la pasaba entrenando para que eso no vuelva a ocurrir y volviendo al presente estaba entrenando esgrima con Arno ya que el es un maestro en el espada chin.

Arno: ¡¡sigue, no te detengas!!- demandó viendo como se estaba cansando pero al escuchar la voz demandante del joven Francés se reincorporó otra vez en la pelea

Le ordenó mucho ya que estaban peleando a una velocidad que no era normal según su opinión, hasta que logró en un movimiento muy rápido que no se logró ver, quitarle la espada tirándola lejos de él y ella aprovechó eso para dar una vuelta pasando su pie por los de él provocando que el cayera, se puse encima de él y posó una de sus hojas ocultas en su cuello, sin hacerle daño.

Arno: as mejorado bastante, hasta podría declararte maestra- me dijo serio pero con una ligera sonrisa

Chiara: no te excedas Tío Arno, tengo 13 años, todavía soy muy pequeña para ser maestra- dijo levantándose y ofreciéndole la mano para que se levante cosa que hizo

Arno: bien, descansa, para que luego vallas con Connor para que sigas perfeccionando tu camuflaje

Chiara: si, Tío Arno

Los dos caminaron entrando a la casa otra vez donde Chiara se sentó en el comedor al lado de su padre que había terminado una misión que le habían dado en la mañana.

Ezio: ¿y como te fue Chiara?- preguntó emocionado

Chiara: derrote a Arno en la espada- dijo orgullosa de su acto

Arno: es bastante buena, pelea a una velocidad anormal por así decirlo- dijo guardando la espada en su forro de su cintura

Ezio le abraza poniendo un brazo alrededor del cuello de la menor y ella posa su cabeza en el hombro de su padre

Chiara: falta Desmond, ¿donde se habrá metido?- dijo buscándolo con la mirada pero no dio resultado ya que no estaba en su campo visual

Ezio: el había subido a su cuarto a buscar su hoja oculta ya que la dejo arriba pero no a bajado desde entonces

Chiara: yo lo busco- se ofreció levantándose de su asiento

Subió las escaleras que guiaban a los cuartos y entro en el de Desmond que tenía su nombre pintado en negro, entro, lo que vio nunca lo olvidaría.

Chiara: ¡¡DESMONNDD!!

En eso que grito todos subieron al ver por qué hice tal acto y al ver adentro del cuarto estaba Desmond con un agujero en el cuello, tal y como estaba en su sueño de hace siete años.

Chiara: c-como lo derrotaron, como derrotaron a un maestro de gran nivel, tuvo que ser alguien inhumano- sospecho intentando aguantar sus lágrimas

Habló con una voz débil y a la vez triste, le tenía mucho cariño a Desmond, al igual como le tenía bastante cariño a los demás.

Chiara: Connor vamos a entrenar por favor, para olvidar eso- dijo agarrando la mano del Nativo para llevarlo al bosque que tenían a un lado de la mansión

Connor: está bien Chiara- dijo caminando a un lado de ella

Los dos se fueron de hay y empezaron a entrenar, Connor le perseguía sin parar de correr  hasta que Chiara logro perderlo de vista camuflándose perfectamente en el bosque que tenían hay, el saco su arco para atacarle y preparo la flecha para ver en donde iba a aparecer para atacarlo, ella sacó sus hojas ocultas para hacer sonido de que lo iba a atacar, cuando el se puso de espaldas ella aprovechó ese momento para lanzarse sigilosamente hacia el poniéndose encima con su hoja oculta apuntando a su cuello.

Connor: tu sigilo y camuflaje son sorprendentes, es muy increíble, mejor que los míos pero sería algo exagerado- dijo con una ligera sonrisa

Yo iba a hablar agradeciéndole pero escuchamos un grito desde adentro pidiendo ayuda y en eso los dos nos levantamos y fuimos corriendo más rápido que flash a los adentros de la casa y cuando entramos escuchamos que los gritos y golpes venían de arriba y en la habitación de Arno, hasta que escuchamos como perforaban piel, entramos todos que iban hacia arriba también y cuando entramos Arno estaba muerto en la misma posición que el sueño que me atormentaba desde hace años 

Chiara: el mismo hombre, EL MISMO MALDITO HOMBRE NOS ESTÁ MATANDO UNO POR UNO?!- preguntó con más rabia de la que sus familiares creían, estaba enfadada y triste a la vez que ni sus propios sentimientos distinguía

Ezio: ESTO NO PUEDE SEGUIR ASÍ, A ESTE PASO TODOS MORIREMOS- se quejó Ezio

Chiara: hoy saldremos, si nos quedamos aquí otro morirá- dijo viendo a Arno con algo de tristeza, le tenía mucho cariño a él también

Altair: ella tiene razón, no podemos quedarnos aquí si alguien más va a morir

Ella se quedó estática, amaba mucho a Arno, el era como su tercer papá ya que el segundo era Altair y el primero es obviamente el papá biológico Ezio

Ezio: habrá una fiesta de carnaval en el pueblo, si quieres podemos verla para olvidar esto- dijo abrazando tiernamente a Chiara para consolarla

Ella aguantaba las lágrima por la pérdida de los dos maestros, el cual el único recuerdo que tenía de ellos eran las hojas ocultas las cuales guardo para tenerlas como recuerdo para toda su vida.

Los que quedaban salieron de hay y se montaron en el mirador y empezaron a ver las fiestas que todos disfrutaban sin problema, hasta que su padre llegó con una bolsita con nueces acarameladas, sus favoritas.

Ezio: te traje nueces acarameladas Chiara

Chiara: Gracias papá

La abrió y comió una, eran deliciosas y los que estaban hay le miraron, pidiéndole con la mirada que al menos les de una.

Chiara: tomen una, para que dejen de matar a la bolsa con la mirada- sonrió por lo que dijo ya que le causo gracia y todos agarraron una y luego ella siguió comiendo mientras veía los fuegos artificiales que estaban iluminando el cielo con varios colores sorprendentes hasta que noto que Altair estaba fijándose en un callejón sin salida que estaba completamente oscuro, ella se fijo también y se levanto provocando que las miradas de todos se pusieran en ella, incluyendo la de Altair 

Malik: que te pasa Chiara?- pregunta viendo el rostro sereno que ella estaba manteniendo y que no tenía hace un momento

Chiara: ese callejón- lo señala- hay personas que me parece a verlas visto en otra parte en ese callejón- les dijo seria ya que le parecía conocer a las personas que estaban metidas en la oscuridad

Todos voltearon a ver qué pasaba hasta que vieron con los ojos bien abiertos a unas personas que no parecían ser de este país, y mucho menos de este continente y esas personas eran...

La hija de Ezio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora