Capítulo 1

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Capítulo 1

Hace tan solo 3 años había terminado de estudiar arqueología, cuando había comenzado pensaba que sería una carrera en la cual podría tener fama fácilmente, encontrar un objeto antiguo y ¡boom!, la fama llegaba, pero la realidad fue otra, pasaba horas y horas en cierto tipo de montañas y solo encontraba piedras inútiles para él, pero un día, la suerte tocó a su puerta, si es que así podríamos llamarlo. Un grupo de arqueólogos se estaba preparando para hacer un viaje a Egipto, que mejor lugar para encontrar objetos de la antigüedad, objetos misteriosos que podrían llevarlo a la fama. Dentro de 6 meses viajarían y él era el más emocionado, después de todo ahora sería famoso por su trabajo, según él.
El tiempo transcurrió y por fin ya habían llegado al desierto de Egipto, las pirámides eran simplemente fantásticas, inmensas y majestuosas.

—Para ser arqueólogo te sorprendes por unas simples pirámides —dijo un hombre burlándose de él

—Es que es primera vez que estoy aquí —respondió Donghae

—¿Primera vez?, entonces no sé qué tipo de arqueólogo eres, un fracasado supongo —dijo otro riendo

Donghae se sintió avergonzado, después de todo era verdad, era un fracasado en lo que había estudiado, lo máximo que había encontrado eran piedras que se podían encontrar en cualquier lugar.
No quiso estar con el grupo de arqueólogos, iría a otra pirámide, después de todo estaban separadas por unos 70 metros una de otras, dudaba que sucediera algo. Sin que nadie se diera cuenta, caminó hasta la otra pirámide, pero apenas llegó a la siguiente pirámide recordó que no había traído consigo su botella con agua, podía regresar con los demás y tomarla, pero no quería que lo volvieran a humillar.

—Esto es sorprendente

Dijo para sí mientras caminaba alrededor de aquella pirámide, en cierto punto pudo ver una separación, alumbró con su linterna hacia el interior y vio más arena. Era delgado, así que cabía por aquel lugar, al entrar de cierto modo se desesperó, el lugar era demasiado encerrado y la única luz que había era la que entraba por aquella separación.

Decidió que dentro de la pirámide investigaría, pero había cierto tipo de muros, por lo que solo se abarcaría un metro cuadrado, no se arriesgaría a un derrumbe. Sin miedo a equivocarse, podría decir que aquella pirámide de longitud media unos cien metros, quizás más.
¿Cuántas horas estuvo en aquel lugar?, ni siquiera el mismo lo sabía, solo cuando salió de aquella pirámide se dio cuenta que ya era de noche, el helado viento fue como una puñalada en su cuerpo, sabía que de día hacía un calor monstruoso, pero de noche la temperatura bajaba hasta llegar a matar a una persona de hipotermia.
Caminó hasta llegar a la pirámide en donde estaban los demás, pero al llegar no había absolutamente nadie, lo habían abandonado en aquel lugar, su corazón se aceleró, no estaba correctamente vestido para pasar una noche en el desierto. Un viento fuerte golpeó su cuerpo, sus manos ya no las estaba sintiendo y su cuerpo temblaba, volvió hasta aquella pirámide en la que se encontraba, aunque sea esa noche estaría protegido por el frio.
Estaba durmiendo cuando comenzó a de a poco a temblar, no había reaccionado bien al comienzo ya que estaba algo somnoliento, pero aquel temblor ya no fue temblor, sino un terremoto, se paró rápidamente del suelo y quiso salir, pero tropezó con algo, y no supo cómo, pero la arena se lo tragó literalmente, el suelo de arena se había hundido y él había caído casi 4 metros, gritó por el dolor tan horrible que sentía en su pierna, al alumbrar con la linterna que tenía en el bolsillo, se vio la pierna, la tenía quebrada, el hueso salía por la rodilla. Comenzó a llorar, no quería morir en aquel lugar, nunca nadie lo encontraría, y tampoco podría salir de ahí por sus medios, ya que había caído 4 metros según sus cálculos.

— ¡libérenme! —escuchó una voz a lo lejos

Supo en ese instante que ya estaba delirando, pero volvió a escuchar la misma voz una vez más. Alumbró con la linterna y a su alrededor vio esqueletos con joyas, quedo en shock, pero intentó calmarse.

—¡Libérenme! —escuchó por tercera vez

Trató de tranquilizarse, ya que así podría saber de dónde provenía aquella voz, apagó la linterna y dejó de respirar por unos segundos para no hacer ningún ruido. La voz se escuchó nuevamente y pudo captar de donde venía. Alumbró a su lado izquierdo y vio un objeto enterrado a la mitad, estaba casi un metro de él, pero era imposible que la voz viniera de aquel objeto.

—¡Por favor, Libérenme!

Donghae pensó que ya se había vuelto loco, pero la desesperación en aquella voz era demasiada. Con el dolor infernal que sentía se arrastró hasta llegar a ese objeto, al tomarlo entre sus manos comenzó a moverse y Donghae lo soltó, era una pequeña lámpara de oro.

—¡Libérenme! —escuchó otra vez

Tomó nuevamente entre sus manos la lámpara, no podía negar que si tenía miedo, había escuchado miles de veces las maldiciones que habían en las pirámides, tal vez esto se trataba de aquello, pero de todas maneras pensaba que moriría, ya no tenía nada que perder, quitó la tapa que cubría la lámpara y un humo azul, casi celeste comenzó a salir y poco a poco comenzó a formarse una figura, una figura femenina.

Había una mujer sumamente hermosa a su lado, vestida como las mujeres que bailan bailes árabes, dejaba al descubierto su vientre y su brasier era de diamantes celestes.

—Amo, gracias por liberarme —dijo la mujer

Donghae cerró los ojos y comenzó a reír por la desesperación y el miedo, para él ya no cabía duda de que se había vuelto loco.

—Querido amo, dime tus deseos —dijo ella
—Solo puedo concederte 5 deseos, los que tú quieras

—TÚ ERES PRODUCTO DE MI IMAGINACIÓN —gritó y luego comenzó a reír, para luego comenzar a llorar

—Amo, soy real —dijo ella tocando una de las manos de Donghae
—Dime tus deseos y te los concederé

Donghae la miró asustado, pues sentía la mano de aquella mujer.

—Amo, ¿Qué deseas? —preguntó ella sonriendo

—Sé que eres producto de mi imaginación —dijo Donghae
—Pero ya no tengo nada que perder, deseo jamás haber realizado este maldito viaje

La mujer levanto su dedo índice junto con el dedo del medio y los puso en su frente.
Donghae despertó agitado en su cama, todo había sido un sueño, un maldito sueño, comenzó a reír y se giró en la cama.

—Buenos días, amo

…………..

Concediendo tus deseos (Donghae Y Tú) [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora