CAPÍTULO 4: Mi noche loca

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Carla se ha tenido que ir a una reunión que le ha dicho su padre requería su presencia, después iría directamente al local con unos amigos y compañeros suyos de trabajo .

Ya preparada para salir de noche con ella y sus amigos, me he puesto algo cómodo pero elegante, o eso creo yo, no estoy muy convencida tampoco. Hace tanto que no salgo de fiesta que me siento algo desubicada, me dispongo a llamar al taxista y le doy la dirección que me ha dicho: " El Delirio"  suena bien, por lo que me ha dicho ella es un lugar un tanto pintoresco. "El masajista" ha tenido buena elección.

Una vez llegada a mi destino, después de despedirme del taxista que por cierto era muy simpático, veo a Carla charlando con una pareja, a medida que me voy acercando a ellos, me va invadiendo un cosquilleo de nerviosismo en el estómago, no estoy muy acostumbrada a socializarme...es la sensación que percibo de mí misma...

-¡¡Buenas noches niña!! Esta es mi amiga Ariadna , Ari para los amigos jajaja, ellos son Andrea y Julio dentro de un rato vendrá su primo (me dice con una sonrisita ) no puede venir a la cena pero sí vendrá a bailar.



-¡¡¡ Hola !!! -me responden los dos al unísono, son muy guapos...es lo primero que pienso, a parte de que van muy bien vestidos. Ella con un traje tipo kimono japonés y unos zapatos color canela preciosos, lleva una pulsera de oro blanco con piedrecitas diminutas de color ámbar, también un colgante a juego pero que solo tiene una piedra del mismo origen que las de la pulsera, el pelo, de color caoba oscuro recogido  en forma de moñito. La verdad que está preciosa...de manera automática, me comparo con ella y me siento algo inferior en mi gusto por vestir (menos mal que Carla me llevó de tiendas) Julio en cambio iba mas de sport; un polo blanco de manga corta, con ribetes azul marino, un tejano ceñido y unos náuticos de color  marrón claro, pero aún yendo de manera tan diferente vestidos se les veía como conjuntados, no sé...  son como ese efecto óptico que tienen algunas obras de arte que por muy dispares que se vean los objetos, entre ellos tienen una fusión expectante.

-¡Bip!¡Bip! - es el masajista que me dice que llegará un poco tarde a la discoteca por un imprevisto que le ha salido. "Pedazo de plantón me ha pegado"-pienso, menos mal estoy con Carla y sus amigos.

-Bueno Ari, ¿preparada para pasar una noche inolvidable? pues ¡¡¡ vamos para dentro !!!- dice Julio todo excitado, con ganas  de adentrarse en el local, nosotros pasamos por al lado de una cola bastante grande de gente, yo extrañada de no ponernos detrás de las últimas chicas, si no siguiendo de largo, miro a Carla que estaba hablando por el móvil mientras  caminaba a mi lado  y seguíamos  a Julio y Andrea que van delante nuestro marcando el paso. De repente, un hombre enorme vestido todo de negro, sin cuello, puesto que la musculatura de los hombros se le juntaba con la mandíbula cuadrada y debería de medir unos dos metros como mínimo, saluda a Julio y Andrea y les da las buenas noches apartando una cadenita forrada de terciopelo rojo y nos adentramos en el local. Me quedo totalmente asombrada. No era un local como los que yo estaba acostumbrada a ir, también debo de decir que hacia muchísimo tiempo que no salía de locales nocturnos, y cuando salíamos ni por asomo eran como éste, ya solamente el olor del mismo te envolvía, era un olor entre esencia de vainilla y coco, mirase donde mirase, más que estar entrando en un Restaurante-Pub, así los llaman aquí a los sitios como este, que se cena y luego si se quiere se puede tomar una copa y bailar, todo en el mismo sitio sin desplazarte , pero cambiando de ambientes dentro del mismo local, es como estar en un parque temático, donde puedes acceder a diferentes funciones , después de dejarme arropar por el perfume, me di cuenta en el tacto del suelo, era todo tapizado el primer salón , atravesabas una cortina de loneta purpura como si entrases en el escenario de un teatro, entonces  el suelo se convertía en mármol grisáceo, y teníamos a una camarera esperándonos con una sonrisa ,que ni sacada de un anuncio dental.

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