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    El ojiverde no podía dejar de mirar al pequeño a su lado.
Se encontraban recostados sobre el pasto, en un parque de Holmes Chapel.
El ojiazul tenía sus ojos cerrados y sabía que Harry estaría mirándolo así que reprimio una sonrisa que amenazaba con formarse en sus labios y susurro
-¿me cuentas esas historias raras que inventas de las estrellas, Hazza?-
El ojiverde a pesar de tener una gran sonrisa como siempre solía tener, fingió ofenderse
-No son inventos!- se quejó al borde de una carcajada -son historias reales-
Louis amaba molestar a Harry de esa manera pero esta vez sólo asintió
-Cuéntame sobre ellas, Harry- pidió
-esta bien, pequeño- accedió antes de aclararse la garganta y comenzar con su relato -dicen que las estrellas son los sueños de las personas, una estrella apagada es un sueño que no fue cumplido, una estrella fugaz; es un sueño cumplido- susurro el ojiverde apreciando como los ojos del mayor, los cuales ahora abiertos contemplaban las estrellas, reflejaban los destellos del cielo
-mi estrella eres tu Harry-

Harry recordaba la noche anterior con una sonrisa, había conocido a Louis de esa misma manera, un día sólo se le ocurrió ir al parque a mirar las estrellas para olvidar todo lo que estaba pasando en su vida.
Había terminado con su novio pero en el momento en el que vio al pequeño, olvido hasta el nombre de su ex novio.
En el poco tiempo que se conocian, Louis le habia contado mucho como que su madre había muerto y estaba sólo en el mundo, vivía en un departamento pequeño en un edificio grande, a veces simplemente quería cerrar los ojos y pensar que nada de eso había pasado y que seguía siendo un adolescente que vivía con su mamá pero ya tenía 18 años y debía cuidar de si mismo.
Harry iba a ese parque todas las noches desde que había conocido a Louis, había algo en el pequeño de ojos azules que le llamaba la atención y no pensaba alejarse de el hasta hacerlo feliz.
No sabían nada el uno del otro, sólo intercambiaban palabras durante la noche cuando se encontraban en el parque, Harry ademas sabía que Louis había tenido y tiene una vida difícil y ver los ojos del menor volverse oscuros cada vez que hablaba de su madre le dolía justo en el pecho, como si fuera capaz de compartir el mismo dolor con el.
Harry decidió el mismo día que lo conoció, hablarle sobre las estrellas siempre que pudiera, se la pasaba todo el día escribiendo sobre estas luces del cielo sólo para ver a Louis sonreír maravillado durante las noches.
Una sonrisa verdadera que hacia a Harry sentirse dichoso por ser el responsable de esta.
Harry trabajaba en una panadería pero en sus tiempos libres, se dedicaba a escribir letras y componer melodías sobre lo que sentía.
Últimamente todas estas letras pertenecían al ojiazul y Harry ansiaba poder cantarselas algún día y poder ver sus ojos con esa luz que tenían cada vez que Harry le dedicaba algo o por el contrario que estos se cerrarán como cada vez que el pequeño sonreía achinando sus ojos.
Harry pensaba que Louis era la cosita más bonita y tierna que había visto nunca.
En estos momentos, Harry se encontraba ansioso, había decidido invitar a Louis a su casa para prepararle algo de cenar.
Se había duchado, se había vestido y tenía una sonrisa imborrable que no parecía caber en su cara.
Sus hoyuelos nunca se habían visto de esa manera y sus ojos tenían un brillo especial.
El pequeño Louis se las había arreglado para meterse en el corazón del ruloso sin ningún problema y no parecía querer moverse de ahí.
Cada vez que las orbes azules se reencontraban con las verdes, ambos podían decir que se sentían en su hogar.

-🍭🍭🍭-

Por otro lado el pequeño Louis era un manojo de nervios.
Ese día había conseguido trabajo en una panadería luego de llegar a la conclusión de que el dinero que había recibido por la herencia que le había dejado su madre algún día se acabaría.
Había estado tan emocionado que por un momento olvido que debía ir al parque como todas las noches.
Se había duchado, se había cambiado y cuando vio la hora supo que estaría llegando tarde.
Salio de su pequeño departamento y corrió escaleras abajo con desesperación, olvidando llevar un abrigo y rogando porque esa noche no lloviera como últimamente estaba sucediendo.
Corrió como si su vida dependiera de ello y cuando dobló en la esquina divizo el parque y una pequeña -no tan pequeña- personita sentada en la banca donde solían reunirse.
El ojiverde había estado esperándolo una hora y parecía desanimado.
Louis lo vio levantarse de la banca para retirarse pero en ese momento lo tomó de la mano haciendo que este saltará asustado (tal vez pensando que lo estaban robando)
-Espera!- dijo Louis soltando su mano en el momento que Harry se volteó y respirando pesadamente
- Lou- susurro Harry mirándolo con una sonrisa y con ese brillo en sus ojos que tenía cada vez que veía al ojiazul.
Louis recobró su respiración antes de abrazar a Harry tomandolo por sorpresa.
-Hazza! Hay algo que debo decirte!-
Harry sólo sonrió aún más correspondiendo el abrazo del menor en estatura.
-¿qué pasa pequeño?-
-he conseguido trabajo, Hazza! Es por eso que he llegado tarde-
-¿Ah si?¡Eso es bueno, Lou!¡Me alegra saber que ya te sientes mejor y has decidido conseguir un trabajo- el ojiverde había empezado a dar caricias en la espalda del ojiazul -no sabía que estabas buscando un trabajo, podría haberte ayudado- fruncio el ceño recordando que una de las chicas con las que trabajaba en la panadería había mencionado que estaban buscando a alguien que los ayudase.
-lo siento, olvide mencionarlo, hoy he salido y me han aceptado en una panadería- levantó su mirada, dejando su mentón apoyado en el pecho de Harry y justo cuando el ojiverde iba a responder el estómago de Louis se apresuró rugiendo por el hambre y dejando el tema de lado.
-Mi pequeño tiene hambre- el menor se rio y se separó del abrazo para tomar su mano -¿te gustaría venir a cenar a mi casa, Lou?-
Las mejillas del pequeño Louis se transformaron en dos tomatitos y no podía decidirse si era porque lo llamó "mi pequeño" "Lou" o porque lo invito a ir a su casa cuando nunca antes lo había hecho y no era sólo eso; ¡lo había invitado a cenar!
-¡Claro que si, Hazza!- tal vez fuera tarde, pero eso a Louis no le importó, tal vez pronto lloveria pero eso tampoco le importó.
No era tonto como para negarse a ir a cenar con Harry, el hombre más lindo que Louis había conocido y también la única que había apoyado a Louis desde su madre.
Así sin nada más que decir, tomados de las manos, caminaron hacia el vehículo del ruloso.
Sin apuro, sólo disfrutando de la compania del otro y escuchando sus corazones latir en uno.
Las nubes se juntaban grises en el cielo, amenazando con una gran tormenta.
Tormenta que no parecía alterar la pequeña burbuja que los pequeños enamorados, aunque no sabían que estaban enamorados, habían creado a su al rededor para no ser molestados. Sólo disfrutando el uno del otro.
Uno sin el otro, sería como un barco sin brujula.

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Little Star (Ht)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora