Narra Antonio.
Desde que yo cumplí mis tres años pasé a ser una carga para mis papás. Mi mamá ya no quería cuidarme y papá no me ponía atención. Fui el menor de tres hermanos, Tatiana, se fue de casa apenas cumplió la mayoría de edad, la única noticia que tuvimos fue que comenzó a trabajar en una empresa muy importante y luego a los años nos llegó a una invitación a su ceremonia de matrimonio. Nunca comprendí porque mis padres no quisieron ir. A mi hermana no la conocí en persona porque yo apenas era un recién nacido cuando se fue de casa.
Santiago, es mi otro hermano, el que me cuidó cuando mi mamá dejó de hacerlo, el que me enseñó a pedalear una bicicleta, el que me enseñó a entender que un golpe con una pelota de baseball duele. Me enseñó cosas que papá nunca me iba a enseñar. El matrimonio de mis padres fue una desgracia para ellos, mis abuelos habían arreglado todo y solo porque mi madre quería la herencia de mi padre.
Creí que las cosas iban bien y cada vez mejorando hasta que un día hubo un problema con mi hermano y nuestro vecino, por lo que había escuchado en la discusión de mis padres con mi hermano fue que él lo había violado. Al principio creí que era una mentira, no creí que mi hermano fuera hacer esas cosas, luego una mañana cuando desperté me di cuenta que las cosas de mi hermano ya no estaban en su cuarto. Él había huido de casa, yo apenas tenía nueve años, como mi madre volvió a estar desempleada comenzó a cuidar más de mí, o simplemente darme las necesidades básicas. Alimento. Educación. Salud.
Nunca recibí algún trato de cariño de ella, pero de todas formas nunca me hizo falta, ya que Santiago se había encargado de eso también. Yo lo quería mucho. Me dolió cuando se fue, y cuando lo hizo me di cuenta que en un futuro va a ser así. Yo también me iré de casa, así como Tatiana y Santiago lo hicieron. Comprendí que estar cerca de mis padres es enfermizo.
Pasé ocho años viviendo de una forma miserable, me tuve que soportar los gritos de mi madre cuando hacía las cosas mal y los golpes de mi padre cada vez que venía tomado todas las madrugadas, cada día que estaba en esa casa era como una tortura. Todo eso cambió cuando cursaba mi último año, finalmente me hice de amigos, llevaba años de no tener alguno y no porque fuera un antisocial, sino porque nadie se quería acercar al chico con moretones por todos lados, con ojeras y que era un blanco fácil hacia el bullying.
Conocí a Josué, Andrea, Noah, Joshua y... Daniel. Me había enamorado de él hace un año, pero siempre lo veía como algo imposible. Todo iba bien, las cosas en la casa habían mejorado, mamá había conseguido trabajo y papá había dejado de tomar. Era como un milagro del cielo.
Pero luego comenzaron los problemas de nuevo. Papá había perdido su empleo y como mi madre no podía mantener las cuentas de la casa con solo su salario, mi padre hizo algo que no debió hacer jamás. Comenzó a trabajar con unos traficantes de drogas y que al parecer eran buscados en varios países. Una madrugada había escuchado varios sonidos extraños e hizo que me despertara. Había entrado un hombre alto, cabello rubio, con un traje negro de ejecutivos y con un arma en la mano.
Recuerdo haberme asustado tanto que tiré un jarrón haciendo que mis padres se despertaran. El hombre me apuntó con la pistola, pero luego la bajó cuando mis padres se acercaban.
-¿Quién eres? ¿Por qué estás aquí? -había preguntado mi padre, pero eso fue lo último que dijo después de que una bala atravesara uno de sus ojos y cayera tendido al suelo. La cara de mi madre era por así decirlo... ¿De alivio? Miré la espalda de aquel hombre el cual estaba caminando hacia la salida, tenía miedo, pero saqué el coraje suficiente para levantarme de donde estaba y agarrar la chaqueta de aquel hombre. Cuando le vi el rostro una imagen de Daniel se me vino a la cabeza.
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Feliz Por Haber Amado.
Dla nastolatkówDaniel es un chico de 17 años con sus típicos problemas de adolescente, pero de su gran lista agrega uno más, su homosexualidad. Noah es el mejor amigo de Daniel, es alto, fuerte y guapo. Un modelo a seguir para cualquier chico en el instituto, per...