No recuerdo sinceramente el día en que comencé a amarlo de ésta forma, cuando fue la última vez que no estuve pensando en él en el metro o en el trabajo, el día en que tomaba mi teléfono para responder primero otros mensajes antes del suyo.
De verdad Creía poder soportar todo ésto por él, netamente por su felicidad pero, creo que cada día que pasa me estoy llendo más a la mierda, hundiéndome en un lugar tan oscuro que siento miedo, demasiado miedo y solo quiero llorar .
Había pasado casi dos meses desde que Nicolás despertó y creo que solo me había dado el cuero para ir a verlo dos veces, fingiendo historias tan falsas como excusas que me sentía asqueado conmigo mismo.
Y como todos los días de estos últimos meses no quería salir, quería quedarme sujetando su foto toda la noche, con excepción de que hoy lo haría mientras me masturbaba.
No era tarde realmente, quizás las seis o siete y recostado sobre mí cama estaba imaginando que eran sus manos las que me acariciaban, su boca la que recorría mi cuerpo de forma suave pero, me era imposible masturbarme pensando en eso. En posición fetal comencé a llorar, lo extrañaba tanto que mi corazón no paraba de sentirse presionado y mi cabeza daba vueltas.
A eso de las diez el timbre de mi departamento sonó, sin ánimos de levantarme cubrí mi cabeza con la almohada cuando volvió a sonar. Golpeaban con fuerza cuando me acerqué al pasillo y las risas del otro lado me dejaron congelado.
— Pero weón, no creo que esté — Edgar hablaba como intentando convencerlo.
— Tu sabes que ya no sale hijo de la come moco — Soltó el bestia tocando una vez más el timbre y la risa del moreno se escuchó de fondo.
Miré mi departamento encontrándome con demasiadas fotos con el Nico, necesitaba esconder todo eso antes de que entraran.
— ¡Abre la puerta cochino culiao! — El timbre volvió a sonar y las risas se volvieron a escuchar — ¡Voy a tocar una vez más, me abres la puerta o llamo a los pacos! — Volvió a gritar.
Tomé el teléfono con rapidez y comencé a escribir, si seguía gritando no sería él el que llamara a los pacos, serían los vecinos.
Bestia
Última vez en línea hace una horaEstoy en la ducha perro culiao, ¿por qué no me avisas antes que vienes?, ¿por qué lo traes a mi casa? 22:34
— ¡Apúrate perro culiao que se calientan las cervezas! — Gritó.
Negué con la cabeza antes de comenzar a correr por mi departamento, tomé todas las fotos y las guardé dentro del clóset, acomodándolas con sumo cuidado para que no se fueran a caer. Entré al baño y metí mi cabeza bajo la llave, ¿no había dicho que me estaba bañando? Mi amigo no era weón y eso yo lo sabía muy bien así que debía hacerlo creíble.
Respiré profundo cuando toqué la manilla de la puerta y boté el aire cuando la abrí, una sonrisa en mis labios y mis ojos dieron con el rapero de mi amigo.
— Menos mal culiao', nos estábamos cansando ya — Apretó mi hombro al entrar sin pedir ni permiso.
— Buena Jaimeme — Edgar me tendió su mano con una sonrisa burlona.
— Hola weón, perdón la espera — apreté su mano.
El último en entrar fue él, me miraba serio y con una ceja levemente alzada. Recordaba esa forma de mirar ya que la vi muchas veces en nuestros años de pololeo, en especial cuando tramaba algo o tenía una maldad en mente.
— ¿Qué? — Mi sonrisa se borró — ¿Cómo has estado?
— Bien, ya recuperado un buen tramo — Tendió una de sus manos soltando la muleta, ésta sonó cuando dió contra el piso.
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Permíteme Amarte Una Vez Más. [ Historia gay ]
Fanfictionuna historia de amor cliché.