Invisible.

Capitulo 1.

( 1 semana antes de la muerte de mi madre).

Desperté sonriente y feliz de la vida, así como lo hacía todos los días. Me mire en el espejo, siempre he amado mi sonrisa, me empecé a peinar y me hice una coleta alta. Abrí mi armario y saqué lo primero que encontré, un Jean color rosa y una blusa blanca, saque unos botines y baje a la cocina.

Saludé a mi madre, la luz de mis ojos, la que siempre me apoya y está para mí. Cómo de costumbre me hizo unos sándwiches, con un jugo de naranja. Pero yo la notaba distinta, tenía una cara de cansancio y parecía pálida.
- Ma, estás bien?- le pregunté.
- Si mi cielo, no te preocupes - respondió.
Pero yo seguía con mis dudas.
Subí nuevamente a mi habitación, me metí al baño y me cepille. Iba hacia la sala para coger mi bolso y me choque con mi hermano.
- Luis, ten más cuidado!!!! - le dije.
- Ayyy Roxana, buen día para ti también -.
- Eran buenos -.

Me despedí de mi madre y Luis, me dijo que me podía llevar a la preparatoria ya que su universidad queda cerca, pero me negué, ya que estaba disgustada con él. Cómo raro mi padre no estaba en casa, casi siempre dormía fuera de casa, y cuando llegaba, lo hacía de mal humor y hasta borracho. Mi padre no es un mal hombre, pero no nos demuestra su cariño. Aún así no dejo de sonreír.

Llegué al salón, muy feliz escuchando música, y ahí estaba, la persona más insoportable del mundo... Laura. No me la aguanto ni un segundo, siempre nos hemos llevado mal, desde aquel día en que me empujo por las escaleras y casi me caigo. Y con ella estaba Simón... Es encantador, es uno de los más lindos de la prepa, pero nunca se fija en mí. El resto del salón es muy normal, yo casi no me hablo con ninguno de ellos desde que se fue mi mejor amiga. Ella vivía en mi barrio y también estaba en el salón, era la que me ayudaba en todo siempre, cuando estábamos en los descansos no me dejaba sola, cuando le contaba las cosas de mi padre, tenía un consejo para mí, pero tristemente se mudó, y se fue a vivir a California.