Capitulo 30: El fantástico secreto de Leon, revelado

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Los cabellos rubios se mecían gracias al viento que golpeaba suavemente su rostro, la rubia se veía bastante conforme y agradecía tener el cabello corto, así el viento se sentía más fresco y no tenía que sufrir por que se enredara gracias a los bruscos movimientos sin control. Lo que la llevaba a preguntarse, como quedarían los cabellos platinados del francés quienes se movían con brusquedad.

El automóvil de Leon, resultó ser más impresionante de lo que Layla o Ken hubiesen imaginado: Era un auto de marca "Ciel" era un vehículo de lujo que tenía un concepto que recodaba a los años 60. Imponente y color negro.

El techo del auto era eléctrico y podía convertirse en un convertible con solo presionar un botón. Era espacioso, elegante, de cuatro puertas que se abrían de forma poco común: Las traseras se abrían de forma opuesta a las delanteras. La parte frontal era imponente y el resto de la carrocería era cromada por lo que a la luz del sol brillaba como u espejo.

Layla estaba más que impresionada observando el interior, todo era estampado minimalista y el tablero contaba con una especie de consola que parecía flotar y se prolongaba por lo largo del tablero principal, y se separaba en los espacios del piloto y copiloto. En cuanto a los asientos, todo era de piel de suaves tonalidades beige, con aplicaciones de madera que adornaban algunas secciones de los asientos protegidos en sus pequeños contornos por detalles metálicos.

Si, Layla podía ver la esencia del mismo Leon plasmadas en ese auto y le sorprendía. Ni siquiera podía sentir la velocidad en la que iban, parecía realmente que volaban.

Pero mientras ella iba admirada de aquel auto, Ken, quien iba en el asiento trasero. Se sentía brutalmente intimidado y asustado. No pudo evitar pegarse por completo al asiento y aferrarse al cinturón de seguridad, mientras evitaba que los largos cabellos de Leon le golpeasen el rostro. No espero que Leon Oswald tuviera semejante bestia de auto, él pensaba que tendría algo un poco menos ostentoso y más sencillo. Que equivocado estaba.

-Tú auto realmente me ha dejado sorprendida –Comento la rubia, viendo a Leon quien mantenía la mirada fija al frente, sus ojos eran cubiertos por unas gafas de sol que hacían resaltar muy bien su rostro- Se nota que es nuevo ¿Cuándo lo compraste?

-El mes pasado –Respondió Leon sin mucha explicación-

-Supongo que solo lo usas para cosas importantes –Parpadeo Layla, quien también tenía gafas oscuras cubriendo su rostro

-Eso es bastante claro –Respondió

-En realidad es bastante evidente... –Sonrió con victoria viéndolo- cuando se trata de Sora –Agregó con normalidad

Leon frunció levemente el ceño viendo de reojo a la rubia, ni siquiera podría refutar semejante acusación, porque claramente era verdad. Lo que anotó una nueva victoria a Hamilton.

Ella parecía de lo más divertida con esa situación. Para la rubia los sentimientos de Leon por Sora eran bastante claros (aunque le daba crédito a Leon por saberlos ocultar muy bien, al menos para el resto), Layla los conocía desde el momento en que Leon Oswald había obligado a Sora a intervenir en la escena de Romeo y Julieta. Leon había sido tan transparente en esa situación, que ni él mismo se dio cuenta en ese instante, pero eventualmente lo hizo y ahora lo tenía claro, de eso Layla no tenía duda alguna.

Quien era una verdadera incógnita, hasta ese momento para ella, era la propia Sora. Layla no sabía qué tipo de sentimientos eran los que la joven estrella tenía hacía el francés, si lo veía de forma romántica o solo le tenía cariño especial porque eran amigos. Algo similar a lo que era Ken Robins.

Kaleido Star: Fairy WingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora