VII

4.6K 49 3
                                    

Días mas tarde cuando se e encontraban descansando en una venta tuvieron un percance.  Andaban por ahi paciendo una manada de yeguas de unos arrieros yangüeses. Cuando a rocinante le vino el deseo de refocilarse con las señoras yeguas . Por lo tanto los arrieros se dejaron ir a golpes  contra rocinante.

Don quijote se percato de este suceso y fue en su ayuda.

-¡Vamos amigos Sancho! Tomemos la bebida venganza del agravio que delante nuestro se le ha hecho a rocinante.

-¿Que venganza? Si estos mas de veinte y nosotros uno y medio.

-Yo valgo por cien.

Sin embargo los arrieros golpearon a Don Quijote de la Mancha y a Sancho.

-Yo tengo la culpa de todo, Sancho que no debo poner mano a la espada contra hombres que no fuesen caballeros como yo por lo cual, cuando veas que semejante canalla nos hace un agravio, pon mano a tu espada y castígalos.

-Pero Señor yo soy hombre pacifico, porque tengo mujer e hijos que sustentar.


Mas tarde por la noche, llegaron a una venta que Don Quijote imagino era un castillo. La hija del ventero y un arriero habían acordado encontrase cuando ya todos durmieran para refocilarse pero Don Quijote, que esta vez imaginaba que la hija de un señor poderoso se había enamorado de el, provoco una confusión y se hizo una trifulca. Terminada la trifulca, emprendieron camino nuevamente, sin pagar ni estancia, ni comida, ni bebida.

 Terminada la trifulca, emprendieron camino nuevamente, sin pagar ni estancia, ni comida, ni bebida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Sabes, Sancho, creo que esa posada estaba bajo un embrujo, ¿Como explicas todo sino asi?

Don Quijote de la ManchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora