"Yo tenía trece años y estaba preocupado de si me regalaban o no un playstation. Cuando me lo regalaron, desbloqueado y con varias copias piratas de los juegos originales, creí que las cosas podrían volverse a poner en su sitio. Que no era «game over» como en los estafadores de los juegos donde tienes que comprar la ficha y basta poner de nuevo en marcha el circuito para dárselo vuelta completo. Que la vida de uno no era una versión pirata de otra vida original, y que la tuya de pronto se te bloqueaba y no se encendía más la pantalla"