Acorralados

Capitulo 10 - Proposición

-Después de mi queridísimo helado Luciel paso toda la tarde del sábado conmigo, fuimos al cine, a comprar algunas plantas para adornar mi habitación y a pasear por la ciudad, al llegar a casa Luciel me llevo hasta su despacho para acordar los términos de nuestra relación.

-Antes de nada, Gaia, a mí no me va el sado, que los jóvenes estáis muy alborotados con la película del ricachón al que le gusta el cuero. –Tenía que contenerme la risa, era demasiada graciosa la cara que tenia de indignación.

- ¿Y qué le gusta al ancianito?

- ¿Ancianito? Vas a ser castigada por esto después, bueno de todas maneras es complicado de explicar, pero a mí me gusta una clase de relación en la cual las dos partes siguen un roll, principalmente yo seguiría el roll de Daddy y tú de Baby girl.

-Creo que he visto en que se basa principalmente en Tumblr.

- ¿Tumblr? De todas formas, necesito que lo pienses, obviamente puedes actuar como quieras, pero en ese caso te tendrás que aceptar los castigos que te ponga, en ningún caso te voy a maltratar, como mucho alguna cachetada y solo en casos muy extremos, tendrías que quemar la mansión para llegar a ese límite. –La verdad es que no me parecía mal, en casa de mi tía siempre dormía con peluches y Emma siempre me ha dicho que soy como una niña pequeña.

- ¿Tendría que utilizar chupete?

-Solo si tú quieres, pero me agradaría que lo uses la verdad, yo como tu Daddy me haré cargo de tu educación y de tu manutención. No voy a controlar la ropa que usas ya que me gusta como vistes actualmente.

- ¿Y qué pasa si por cualquier cosa suspendo?

-Pues que serias castigada y tendría que asignarte a un profesor particular.

-Entiendo, ¿podemos ir a comprar peluches entonces?

- ¿Vas a aceptar así de rápido?

-No entiendo porque no, sé que puedo seguir ese roll a la perfección.

-De acuerdo, antes de nada, no es necesario que me estés llamando Daddy, puedes llamarme por mi nombre.

-Está bien, ¿entonces mis peluches?

-Pues lo siento pequeña, pero estas castigada sin peluches hasta el lunes por llamarme ancianito.

-De acuerdo. –Le dije haciendo pucheritos. –Me voy a estudiar entonces que no me tiene que quedar ninguna.

-Buena chica. –Me dio un beso en la frente y salimos del despacho.

Me encontraba en mi habitación tirada en el suelo haciendo resúmenes de filosofía, ya que mi profesora lo único que hacía en clase era quejarse de su vida en general y nos ponía exámenes cada dos por tres sin haber dado nada de temario.

-Estoy agotada, como ha podido poner la loca esta cinco temas para la semana que viene.

-Señorita baje a cenar, la estamos esperando. –Era Gustavo.

-Ya bajo no se preocupe.

-Cuando llegue al comedor estábamos solo Evan y yo, Gustavo ya había servido la cena, pero aun así ninguno habíamos comenzado a cenar.

- ¿Y tu hermano? –Dije curiosa ya que no me había dicho nada de que iba a salir.

-No tengo ni idea, pensaba que tu si sabrías algo.

-En ese mismo instante, nuestro tema de conversación entro por la puerta este traía un oso color café que mediría un metro, pero el subió directamente a su habitación y al bajar el oso ya no estaba, mi gozo en un pozo la verdad, en la cena tratamos varios temas acordes al último trato cerrado y después de esta cada uno se dirigió a su respectiva habitación.

-Señorita Gaia, el señor Luciel quiere que vaya a su dormitorio. –Era otra vez Gustavo desde detrás de la puerta.

-Dígale que iré después de ducharme, que tardare unos cinco minutos.

-Así lo haré señorita.

-Después de una ducha exprés me puse mi pijama el cual constaba de un pantalón gris y una camisa de tirantes negro, algo súper elegante. Me dirigí al dormitorio de Luciel, y entre, no sin antes haber pedido permiso, me encontré con mi querido Daddy que también acababa de salir de la ducha y solo llevaba puesto un bóxer.

-El oso que he traído antes es para ti.

-Pero si estaba castigada.

-Pues tendrás que hacer algo para que te levante el castigo. –Una sonrisa picarona se formó en su rostro.

- ¿Y qué es lo que quieres que haga?

-Comerte un helado, por ejemplo, así que ven aquí pequeña.

-Luciel se sentó en la cama y me indico que me pusiera de rodillas frente a él, este me levanto la cabeza para poder besarme de una forma muy apasionada, después del beso su erección era notable y bajándose el bóxer la dejo al descubierto, Luciel me abrió la boca y me dijo que sacara la lengua, yo le obedecí y él comenzó a pasar sus dedos por ella y a continuación su gran miembro, yo estaba muy excitada así que decidí sorprenderle, había visto como se hacía en algunos videos eróticos y me veía capaz de recrear una situación parecida. Introduje su miembro en mi boca o al menos lo que cabía en esta, sentía el calor que este emanaba, Luciel profundizaba mis movimientos empujándome la cabeza, mis ojos estaban llorosos por la presión que estaba siendo realizada en mi garganta y Luciel dándose cuenta de esto y me obligo a cesar el sexo oral, mientras volvía a besarme me desnudaba estaba muy excitada y solo pensar que estaba completamente desnuda hacía que me quisiera morir de la vergüenza Luciel se puso un preservativo y comenzó a embestirme de una forma continua pero dulce.

-Luciel, tenemos un nuevo invitado en el sótano y los novatos me envían a decírtelo, PERO QUE NARICES ESTAIS HACIENDO, PODEIS VESTIROS.

-EVAN QUE NARICES HACES AQUÍ. –Luciel estaba cabreado. –SAL EN ESTE MISMO INSTANTE, lo siento preciosa vamos a tener que dejar esto aquí por un entrometido.

-Dios santo, que vergüenza, Evan nos ha visto... y yo estoy... no quiero salir nunca de esta habitación. –Luciel me dio un beso en la frente, me arropo y me dejo el oso de peluche al lado.

-Te lo has ganado, siento no poder terminar con nuestro asuntillo, tengo que matar a alguien. –Luciel se vistió y salió de la habitación.

-Esto solo me podía pasar a mí, bueno al menos te tengo a ti. –Le dije a mi nuevo peluche.

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Hola, aquí el pingüino loco, se que no he explicado bien el roll que van a seguir, pero intentare desarrollarlo en los siguientes capítulos, todo poco a poco si tenéis curiosidad buscar información que nunca viene mal tener conocimientos sobre todo.